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Los afectados por la Xylella acusan al Consell de optar por la tala porque la paga Bruselas

La plataforma y alcaldes de la zona reiteran que el arranque de almendros no está logrando frenar la plaga y que hay que aprender a convivir con ella a base de tratamientos

Un grupo de agricultores en una parcela con almendros acabados de arrancar en Fageca, municipio de El Comtat. juani ruz

Los afectados por la Xylella de la provincia de Alicante instan a la Generalitat a defender ante la UE un plan de contención de la plaga, que sustituya al actual de erradicación. La plataforma que los agrupa, así como alcaldes de la zona infectada, reiteran que el arranque de almendros no está logrando frenar la plaga y que hay que aprender a convivir con ella a base de tratamientos y controles exhaustivos. En este sentido, acusan al Consell de estar optando por la erradicación por motivos económicos, dado que mientras estas medidas están subvecionadas por Bruselas, la contención la tendría que asumir la propia administración autonómica.

Tal y como informaba ayer este diario, la Agencia Europea de Salud Alimentaria (EFSA), organismo de la Unión Europea, destaca en la última evaluación de la plaga de la xylella que ésta no tiene cura y que avanza sin parar. De igual forma, en el informe científico de la Conselleria de Agricultura correspondiente al mes de mayo, se indica que la zona infectada por esta devastadora bacteria ocupa ya 3.800 hectáreas y que son 98.700 los almendros que deben arrancarse, de los que 44.000 ya han sido destruidos. Eso supone, según las mismas fuentes, el 8% de la superficie afectada del medio centenar de municipios de El Comtat, la Marina Alta y la Marina Baixa. Desde la Generalitat se reitera que es la Unión Europea la que obliga a seguir este plan de erradicación.

No son de la misma opinión, sin embargo, los agricultores, que han reaccionado ante estas nuevas informaciones insistiendo en reclamar un plan de contención que evite la destrucción de almendros sanos. Este cambio de estrategia supondría, en la práctica, ampliar la zona tampón de 5 a 20 kilómetros, eliminar solo las especies afectadas, destruir el material vegetal infectado y los árboles sospechosos y a partir de un positivo, aislar la zona en un radio de 100 metros y sobre esa área realizar un seguimiento exhaustivo, intensificar el trabajo en campo y observar la evolución de la plaga, prospecciones y análisis al menos dos veces al año, efectuar los tratamientos adecuados, prohibir la comercialización fuera de la zona demarcada y poner en marcha un plan de replantación inmediata.

El presidente de la Plataforma de Afectados por la Xylella, Adolfo Rives, subrayaba que la base de su petición es simple: «No están consiguiendo erradicar la plaga, y no solo eso, sino que en cada nueva comunicación hay más extensión y especies infectadas».

Para Rives, la política de erradicación de la Conselleria «solo es comprensible desde el punto de vista que está subvencionada por la UE, mientras que la contención no. Además, se trata de una política cobarde. Quieren cubrirse las espaldas para, en el momento en que la Xylella pase a los olivos y los cítricos, poder argumentar que han hecho todo lo posible».

El secretario técnico de Asaja, Ramón Espinosa, se expresa en parecidos términos, señalando que «han pasado más de dos años desde que empezaron con la erradicación y los resultados han sido nulos. Aquí, por mucho que digan, hay razones económicas y políticas para hacer lo que se está haciendo, además de la presión de las empresas viveristas. Lo que nosotros proponemos con el plan de contención está avalado por la opinión de técnicos de contrastado prestigio tanto del CSIC como de la propia EFSA».

El alcalde de Benifato, David Blanes, del PP, destaca que tras los resultados del plan de erradicación, «los técnicos nos dicen que hay que aprender a convivir con la xylella, y no hay otra forma que con un plan de contención». En este sentido, tanto él como las organizaciones citadas reclaman a la Generalitat que defienda ante Bruselas este cambio de estrategia. «Ahora que son del mismo partido, por lo menos que lo planteen al Ministerio de Agricultura para que éste lo traslade a la UE».

También los alcaldes socialistas de Balones y Millena, Juan Tomás Bou y César García, han defendido en más de una ocasión que se dejen de arrancar almendros sanos.

La infección de varias especies arbustivas añade complicaciones a la lucha contra la bacteria

Los agricultores afirman que no tiene sentido destruir árboles si la plaga también afecta al sotobosque

Los afectados por la Xylella señalan que la detección de la bacteria en varias especies arbustivas añade complicaciones a la lucha contra la plaga, al tiempo que refuerza su reivindicación en el sentido de cambiar el plan de erradicación por otro de contención.

Una de las últimas actualizaciones realizadas por la Conselleria de Agricultura señalaba que se habían confirmado positivos, aparte de en el almendro, en especies arbustivas como la polygala myrtifolia, la calicotome spinosa e incluso el romero, muy común en las comarcas que están afectadas por la plaga.

Tanto el presidente de la plataforma de afectados, Adolfo Rives, como el alcalde de Benifato, integrante de esta misma asociación, David Blanes, señalan a este respecto que no tiene sentido seguir destruyendo almendros cuando la bacteria ya se encuentra en el sotobosque. «Se da la paradoja que, si arrancamos y después volvemos a replantar, la bacteria volverá a infectar los árboles porque está en los arbustos de alrededor», enfatiza Rives.

Es por ello por lo que insisten en reclamar el plan de contención. «Si hay que arrancar, al final terminarán arrancado hasta el sotobosque, con lo que dejarán estas comarcas hechas un auténtico desierto», lamentan.

Ramón Espinosa, de Asaja, eleva la cifra de almendros que están pendientes de triturar a 320.000, por lo que señala que «estamos hablando de salvar el secano de estas comarcas, y también del medio de vida de muchos de los vecinos que residen en las zonas rurales».

De hecho, una de las cuestiones que más preocupan en El Comtat, la Marina Alta y la Marina Baixa es la repercusión que va a tener la destrucción de las plantaciones de almendros sobre la ya castigada economía rural. También se critican las «raquíticas» compensaciones que están ofreciéndose a los agricultores afectados.

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