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«Las empresas tienen que desarrollar tecnologías basadas en la naturaleza»

Nicola Cerantola es consejero delegado de Ecologing, y ha participado esta semana en el «Focus Pyme», un evento celebrado en Alcoy

«Las empresas tienen que desarrollar tecnologías basadas en la naturaleza» Juani Ruz

La economía circular se presenta como un sistema de aprovechamiento de recursos donde prima la reducción, la reutilización y el reciclaje de los elementos. Es decir, se trata de utilizar la mayor cantidad de materiales biodegradables en la fabricación de los bienes de consumo, para que éstos puedan volver a la naturaleza sin causar daños medioambientales al agotar su vida útil. Nicola Cerantola, profesor en la materia y un reconocido divulgador a nivel internacional, dejó claro durante su conferencia en Alcoy que no sólo el futuro de las empresas pasa por ahí, sino también el futuro del planeta, amenazado ahora mismo por una imparable corriente consumidora.

P ¿Qué es lo que se pretende combatir con la economía circular?

R La población del planeta se encuentra en permanente crecimiento, lo cual es sinónimo también de un incremento del consumo. Está demostrado, en este sentido, que cuanto más consumo, mayor necesidad también de recursos como el agua, la electricidad y los materiales, y esa es una tendencia que se debe frenar porque no es en absoluto sostenible. Nos tenemos que replantear, por tanto, nuestra economía, y caminar hacia un mundo en el que no existan desperdicios, en que todo se pueda reaprovechar y donde se produzca prácticamante a demanda. Y en los casos en que no sea posible utilizar materiales biodegradables, por la necesidad de contar con baterías o componentes electrónicos, el objetivo será facilitar un desacople sencillo de los mismos para reincorporarlos al ciclo de producción y darles una nueva vida. Se trata, en definitiva, de aunar los intereses de las empresas con los intereses de la humanidad.

P ¿Cuál es el proceso que deben seguir las empresas para sumarse a este movimiento?

R Lo primero que tienen que hacer es desarrollar tecnologías basadas en la naturaleza. Es decir, comprender cómo la naturaleza soluciona sus problemas, aprendiendo de materiales y formas, para trasladarlo a la tecnología. Hay que observar el comportamiento de las hormigas y las abejas, también el movimiento de las aves que vuelan en grupo, para copiarlo a traves de inteligencia artificial y sensores. También hay que fijarse en materiales como las cáscaras de los mejillones, un sistéma cerámico que se autoconstituye a la temperatura del agua y que se adhiere a las rocas de manera natural, sin ningún tipo de químicos. Hay muchas cosas, como digo, que se pueden aprender de la naturaleza, y de lo que se trata es de copiarlo y adaptarlo a nuestras necesidades empresariales.

P ¿El futuro pasa ineludiblemente por la economía circular?

R No queda otra solución, y la prueba es que la economía circular ha entrado en la agenda de las empresas para quedarse. También es importante trabajar con proveedores cercanos y de manera colaborativa, para que las cadenas de abastecimiento queden menos expuestas. Por otro lado, las microempresas y los emprendedores tienen un papel muy importante que jugar en todo este proceso, y se les debe apoyar para que saquen sus proyectos adelante.

P ¿Las administraciones públicas también tienen que respaldar esta transición?

R Evidentemente, hay que hacer un llamamiento a los agentes políticos para que remen en la misma dirección. No podemos desarrollar una política lineal, como se hace ahora, y pretender que sea circular. La sostenibilidad debe primar en todos los aspectos de la vida.

P La propuesta de la economía circular es la antítesis de la absolescencia programada, tan de moda en estos momentos...

R Totalmente. Hay que fabricar prácticamente sobre demanda y producir productos que duren y que incluso se puedan reparar. No se trata de vender unidades, sino prestaciones.

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