El Ayuntamiento de Alcoy se verá obligado a buscar la colaboración de otras administraciones para hacer frente a la reparación del puente de San Jorge, cuyo coste se ha disparado hasta los dos millones de euros. A los problemas de carbonatación detectados en pilares y arcos se le une la necesidad de consolidar los estribos, principalmente el situado en la parte del Ensanche, afectado por una grieta. La previsión es la de ejecutar las obras en dos años, con financiación tanto municipal como de otros estamentos.
El puente de San Jorge, inaugurado en 1931 con una longitud de 245 metros y una altura de 45,40 sobre el río Riquer, es el principal acceso al casco antiguo de Alcoy. Se trata, además, de una de las obras más representativas del art decó en la Comunidad Valenciana y una de las más colosales de dicho estilo artístico en España.
El Ayuntamiento ya rehabilitó las balaustradas en 2015, dos años antes de que se acometiera una segunda actuación consistente en la ampliación de las aceras y la redución de los carriles para el tráfico, que pasaron de tres a los dos actuales.
El Consistorio tenía previsto completar la rehabilitación del puente interviniendo en la estructura que lo sostiene, para lo cual encargó unos sondeos previos que, tal y como adelantó este diario, confirmaron la presencia de carbonatación en los pilares y arcos. Pese a no ser preocupante para la estabilidad del viaducto, se tendrá que actuar para limpiar el óxido de la estructura metálica y recomponer la capa exterior de hormigón.
Ahora se ha conocido la estimación presupuestaria, que según ha explicado el concejal de Obras, Jordi Martínez, se acerca a los dos millones de euros. «Lo que dispara el coste sobre todo es el andamiaje que será necesario montar para realizar los trabajos. Igual después se presenta alguna empresa que ofrece una solución más económica, pero de entrada estamos barajando estas estimaciones», subraya.
En la intervención también se incluirá la consolidación de los estribos, principalmente el situado en la parte del Ensanche, que presenta una grieta desde hace años y donde ya en su momento se instaló un armazón de hierro.
Con todo ello, el Ayuntamiento tendrá que buscar la ayuda de otras administraciones para ejecutar las obras, toda vez que se trata de una inversión más que considerable para que la asuman en solitario las arcas municipales.
«Nuestra intención -señala Martínez- es realizar los trabajos en un plazo de dos años y por fases, priorizando aquello que nos digan los informes técnicos».
El edil, al igual que han señalado algunos expertos consultados por este diario, destaca que el deterioro sufrido por el puente «es normal, teniendo en cuenta que tiene 90 años y que soporta una fuerte intensidad de tráfico».
