La Fundación Mariola-La Asunción, propietaria del Preventorio, en Alcoy, ha reabierto la piscina después de realizar mejoras para adecuarla a la normativa vigente y tras implantar estrictas medidas de seguridad frente al covid-19. Una empresa privada está controlando el acceso de usuarios y ha asumido la desinfección de las instalaciones, que han permanecido dos años cerradas, y que cuentan con un centenar de bañistas diarios.
La histórica piscina del Preventorio, situada en plena sierra de Mariola, en el término municipal de Alcoy, vuelve a estar abierta. Las instalaciones llevaban dos años cerradas debido a que no se adecuaban a la normativa vigente, y para su reapertura la Fundación Mariola-La Asunción, con la colaboración del Ayuntamiento, ha tenido que realizar una importante obra, que incluye la instalación de una depuradora.
El aforo del recinto es de 75 personas, inferior al habitual por las nuevas medidas sanitarias impuestas por las autoridades para evitar nuevos contagios de coronavirus. Precisamente por este motivo, al entrar, un empleado de la empresa Sea Eventos, la cual se está encargando del control de acceso, desinfección y venta de refrescos y helados, toma la temperatura a cada persona. Además, cada usuario se ha de limpiar las manos con gel hidroalcohólico y los pies en unas alfombras.
«Estamos todo el día desinfectando con una solución con lejía todas las instalaciones, especialmente todas aquellas que la gente suele tocar, como duchas, pasamanos y barandillas», explica Yolanda García, una de las empleadas. «Este procedimiento lo debemos hacer cada hora y media, pero yo, si puedo, lo hago cada menos tiempo», recalca.
Sólo en la primera jornada se registraron más de 180 bañistas, de hecho «abrimos a las diez de la mañana y a las 11 tuvimos que cerrar porque el aforo estaba completo. Pero lo más sorprendente es que sobre las tres del mediodía volvimos a abrir, y de nuevo en una hora volvimos a cerrar».
Desde el sábado han pasado por la piscina del Preventorio más de 500 personas, lo que supone una media diaria de 100. «Estábamos deseando que reabrieran, y la verdad es que estamos muy contentos con el resultado. Ha quedado muy bien y el agua está muy limpia», asegura Aarón Faus, que es usuario de toda la vida, como Francesc Masià, quien añade que «lo ideal ahora sería que abrieran también la piscina de abajo, la que antiguamente era de mujeres; y por supuesto el bar».
Joaquín Sirera es otro de los usuarios que está contento con la reapertura. «Nosotros -en referencia a su familia- subimos de toda la vida, de hecho mi nieta se enseñó a nadar aquí». Antes de la reforma «el agua estaba más fría», pero igualmente «es una suerte contar con este tipo de instalaciones en un entorno tan particular y natural».
Otros bañistas han aprovechado para reivindicar que «es más cara que la municipal para jubilados y niños» y que «no tenemos los mismos servicios, porque no hay vestuarios, solo aseos». En este sentido, el coste de la entrada es de dos euros para todo el mundo y el horario de 10 a 19 horas todos los días hasta el 20 de septiembre.
