La comisión de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana del Senado debatirá mañana una moción de Compromís que propone un decálogo de medidas para recuperar y reformar el servicio ferroviario después de la parálisis provocada tanto por el Estado de Alarma como por los recortes reiterados en este servicio. Entre ellas la línea Xátiva-Alcoy, que ha pasado de cuatro a dos frencuencias diarias. El portavoz de la coalición en el Senado, Carles Mulet, ha expuesto que “ Los usuarios de tren convencional de regionales-Media Distancia de varias líneas que discurren por todo el territorio del Estado han denunciado que como consecuencia del estado de alarma y las restricciones a la movilidad por la Covid-19, se han reducido drásticamente los ya de por sí escasos trenes existentes y que, estos, no se han recuperado a su nivel inicial anterior a la pandemia. “

Algunos ejemplos los encontramos en las líneas de media distancia del País Valenciano (Xàtiva-Alcoi, València-Cuenca-Madrid, València-Teruel-Zaragoza y València-Vinaròs, donde se da la circunstancia que estas líneas están declaradas de Obligación de Servicio Público aprobadas en Órdenes y declaraciones publicadas en el Boletín Oficial del Estado con unas condiciones específicas en la hora de prestar el servicio, por lo cual  no parece razonable que sean precisamente las sacrificadas y que se esté aprovechando la pandemia para depreciar la calidad del servicio público.

Así, la situación de la línea Xàtiva-Alcoi ha pasado de los cuatro trenes diarios por sentido a dos al día en la actualidad. En l'Alcoià, Comtat y la Vall d’Albaida residen más de 230.000 personas, por lo cual el servicio es insuficiente para núcleos poblacionales de interior muy importantes como Alcoi, Cocentaina u Ontinyent. Lo mismo ha ocurrido en las relaciones de interior (hacia Teruel, Cuenca y Alcoi ) y hacia el Norte (Vinaròs), cuando es más necesario que nunca mantener distancias de seguridad , por lo cual lo más lógico hubiese sido aumentar el número de trenes y no recortarlos y mantenerlos sin volver al estado inicial, con la excusa de una baja ocupación a lo largo del estado de alarma.

Mientras los trenes de Cercanías en muchas comarcas mantiene un servicio muy reducido, que no da respuesta a las necesidades de trabajadores y estudiantes o para realizar citas médicas sin tener que perder todo el día para hacer una gestión médica o administrativa. La situación del servicio es, a día de hoy, idéntica a la de hace 30 o 40 años en un contexto en el que, encima hacen falta medidas de higiene y distancia para evitar contactos y prevenir rebrotes del covid,

Mulet ha recordado que paralelamente, en los últimos años se el servicio de transporte de viajeros que presta Cercanías de Renfe ha sufrido un grave deterioro. Un servicio que, según datos de la empresa, utilizan diariamente unas 40.000 personas en el conjunto de las seis líneas de la red. Lo que había sido un medio de transporte público colectivo que en un tiempo se había considerado imprescindible, eficiente y de prestigio ya hace tiempo que ha dejado de serlo.

Desde hace unos dos años es raro el día que el servicio de cercanías no sufre retrasos, cancelaciones o supresión de unidades en horas punta. Además de la pérdida de tiempo y los inconvenientes que supone para las personas que utilizan diariamente el tren en nuestro ámbito personal y profesional, esto supone viajar en pésimas condiciones de confort y seguridad, con lo que muy a menudo no se cumple la normativa UNE-EN 13816 que marca un máximo de cuatro personas de pie por metro cuadrado, o con frecuencia no se respeta la normativa de Evacuación en caso de emergencia, o por viajar con las puertas de salida de las unidades móviles clausuradas ('puerta inútil ', según la terminología de Renfe), como consecuencia de que el parque móvil es viejo y con falta de mantenimiento.

Además, la mayor parte de las unidades móviles no disponen de acceso adaptado para personas discapacitadas, sino que se ha de acceder al tren subiendo escaleras, barrera que difícilmente puede salvarse cuando se va en silla de ruedas. Tampoco disponen de lugares donde dejar las bicicletas, en un momento en que los desplazamientos dentro de Valencia con este medio de transporte son tan habituales, debiendo dejar las personas usuarias sus bicicletas allí donde pueden, generalmente taponando las puertas.

Por ello la propuesta de Compromís exige al Gobierno:

PRIMERO.- Restablecer la normalidad como mínimo con el número de trenes de media distancia y regionales anterior a la crisis del covid- 19 y, en la medida de las posibilidades, aumentarlos por las especiales circunstancias de la crisis sanitaria.

SEGUNDO.- Abordar con todas las empresas e instituciones implicadas (Renfe, Adif, Ministerio de Fomento, ayuntamientos y comunidades autónomas) la mejora en la puntualidad en la red, puesto que son numerosos los trenes que llegan con retraso y que sufren cancelaciones, lo que está implicando una bajada en el número de usuarios fruto de la merma en la calidad del servicio.

TERCERO.- Apostar por el tren como medio de transporte colectivo ecológico, seguro y sostenible para hacer frente al reto de la emergencia climática y la necesidad de reducir las emisiones que provoca el uso del transporte privado.

CUARTO.- Instar al Gobierno del Estado a que mantenga el proyecto de presupuestos para 2019 que contempla una partida global de 174 millones para Cercanías de València, para recuperar las inversiones que se han venido escatimando durante años, al tiempo que controlen que las partidas presupuestarias se invierten en lo que realmente se necesita: la mejora del servicio de Cercanías Renfe/Adif.

QUINTO.- Que el Ministerio de Fomento priorice la inversión en la mejora de las líneas de Cercanías para destinar recursos a personal, infraestructuras y mantenimiento (electrificar todas las líneas, doblar líneas en todos los trayectos que lo necesiten, prolongar líneas para conectar ciudades/zonas con alta densidad de población ...). Esta medida es absolutamente necesaria si se quieren alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible que marca la Agenda 2030, suscrita por España en la cumbre de la ONU de septiembre de 2015.

SEXTO.- Que se haga una reducción general en los precios de todos los títulos de transporte; que los abonos de 10 viajes tengan una vigencia anual en lugar de mensual, como ya ocurre en otros medios de transporte, y que ofrezcan otras modalidades de billete destinadas a las personas que hacen uso del transporte ferroviario en sus desplazamientos a los lugares de trabajo o estudios. Esta medida ayudaría a aparcar definitivamente el coche particular en los trayectos hacia València y Cercanías.

SÉPTIMO.- Que se optimice la gestión de los turnos en horas punta, con gran acumulación de gente en la estación (en la Estación del Norte, principalmente).

OCTAVO.- Que se establezca un único canal centralizado y coordinado de información al usuario, de forma que se puedan conocer las incidencias del servicio de forma más eficiente. Y que este servicio comunique siempre y de manera regular las incidencias que puedan alterar el horario establecido, tanto por megafonía de la estación como por megafonía del tren, paneles informativos y redes sociales.

NOVENO.- Que exista una buena coordinación entre las entidades Renfe y Adif, ya que en muchas ocasiones el argumento que utiliza Renfe Cercanías València para justificar los retrasos es que estos son causados ​​por la regulación del tráfico ferroviario o cualquier otra cosa las que son competencia de Adif, lavándose las manos continuamente ante las frecuentes y molestas incidencias que padecen. Esta coordinación es necesaria para el correcto cumplimiento de los horarios y para poder informar puntualmente de las eventuales incidencias que puedan surgir y ocasione su incumplimiento.

DÉCIMO.- Que se ponga a disposición de los usuarios un canal on-line unificado de sugerencias/reclamaciones de Renfe/Adif. Los usuarios no tienen que ser conocedores de las competencias de cada entidad a la hora de realizar sus quejas y/o reclamaciones.