La Conselleria de Educación ha dado un impulso definitivo al nuevo edificio del colegio público Bracal de Muro, al consignar en los presupuestos de 2021 una partida de 6.180.860 euros. La inclusión del proyecto en las cuentas de la Generalitat para el año próximo corrobora el inminente inicio de las obras, que han sido recientemente adjudicadas, tal y como publicó este periódico hace unos días. Así, se pondrá fin después de más de una década a la precaria situación de este centro, en el que varias promociones de alumnos no han conocido otra cosa que aulas prefabricadas a lo largo de toda su etapa escolar.

El colegio se ubica en barracones desde que hace ya más de 12 años, al terminar el curso 2007-2008, el antiguo edificio fue desalojado tras detectarse que padecía aluminosis, y demolido poco después. Las nuevas instalaciones debían haber estado terminadas en un plazo aproximado de cuatro años, pero la solución al problema se ha ido demorando hasta la actualidad. La puntilla fue la paralización de los trabajos al poco de que comenzaran, a finales de 2019, lo que llevó a la Generalitat a retirar la adjudicación a la empresa y volver a realizar todo el proceso administrativo. La adjudicación definitiva se publicó a finales de noviembre.

En todo este tiempo, escolares y docentes han tenido que soportar los inconvenientes propios de las estructuras prefabricadas, como frío intenso en invierno y demasiado calor en los meses de primavera por la deficiente climatización o goteras cada vez que llovía de manera intensa. Todo ello con el añadido de que los barracones están ubicados a bastante distancia del emplazamiento original del colegio, en el otro extremo de la localidad. A principios de este curso se realizaron algunas actuaciones de mejora en las aulas prefabricadas, como la sustitución de ventanas y la instalación de una sobrecubierta.

En los presupuestos autonómicos de 2021 aparecen consignados los 6,18 millones para el colegio Bracal en una sola anualidad, lo cual indica el objetivo de terminar la obra en ese mismo ejercicio. Esto concuerda con el plazo de ejecución de los trabajos, fijado en 13 meses. Así, si todo va bien y se cumplen las previsiones que se ha marcado la Generalitat, a finales del próximo año o principios de 2022 podría estar ya operativo el nuevo colegio, después de al menos 13 años y medio instalado en barracones. Se trata del caso más sangrante de un centro educativo en condiciones precarias en época reciente en el entorno de El Comtat y l’Alcoià, y también uno de los más significativos en la Comunidad Valenciana. Un caso muy similar en la provincia de Alicante es el del CEIP Gasparot en La Vila Joiosa, en el que comenzaron las obras a finales de 2019 y que también se espera terminar en 2021, tal y como reflejan las cuentas de la Generalitat.

La construcción del nuevo colegio Bracal de Muro es además la actuación de mayor volumen que se recoge en los presupuestos del año próximo en lo que a nuevas instalaciones docentes se refiere. Es un hecho que no sorprende si se tiene en cuenta que se trata de levantar completamente de cero un centro en el que estudian alrededor de 400 alumnos. Todos ellos no han conocido todavía otra cosa que los barracones.