Cocentaina ha recuperado este miércoles la tradición de la fiesta de la Corriola. El paraje de Santa Bárbara ha vuelto a llenarse de vecinos para el típico almuerzo a base de longaniza roja y pan redondo en forma de polea, tras el paréntesis forzado por la pandemia. La subida se ha realizado a pie desde primera hora de la mañana.
Familias enteras, mayores y jóvenes, todos con la mochila al hombro, han subido hasta el área de la ermita para cumplir con la tradición y dar cuenta del manjar preparado durante la semana previa por las carnicerías y panaderías del municipio.
El buen ambiente ha presidido la jornada, pese al viento y alguna que otra gota que tampoco se ha querido perder el evento. Las campanas de la pequeña iglesia han vuelto a sonar impulsadas por los asistentes, que, además, han tenido la oportunidad de disfrutar de la torre levantada por los componentes de la Muixeranga contestana.