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El terremoto que erigió a San Mauro como patrón de Alcoy

El fuerte seísmo que asoló la ciudad en diciembre de 1620 y causó daños en varias localidades de la zona originó el culto por el santo - Expertos recuerdan que un episodio así puede volver a ocurrir

Iglesia de San Mauro de Alcoy, alzada en el lugar donde se invocó al santo para pedir que cesara el terremoto el 3 de diciembre de 1620. | JUANI RUZ

Al referirse al patrón de Alcoy viene de inmediato a la cabeza San Jorge, pero la figura que venció al dragón y es protagonista indiscutible de los Moros y Cristianos no está sola. Comparte el patronazgo de la ciudad con San Mauro, quien da nombre junto con San Francisco a una de las iglesias alcoyanas. La advocación que se toma es la de San Mauro Mártir, que se conmemora el 3 de diciembre, y tiene su origen en un acontecimiento histórico del que acaban de cumplirse 401 años: el terremoto que sacudió Alcoy a finales de 1620, y que causó graves daños personales y materiales.

El profesor de la UA Iván Martín. | JUANI RUZ

La tierra tembló en torno a las seis de la tarde del 2 de diciembre de 1620. A ese primer seísmo le sucedieron 33 réplicas, que se prolongaron hasta el día siguiente, tal y como recoge la investigadora alcoyana Elisa Buforn, catedrática del Departamento de Física de la Tierra y Astrofísica de la Universidad Complutense de Madrid, y que ha publicado recientemente junto con su colega Agustín Udías un libro sobre este terremoto y la serie sísmica que se produjo en la zona en 1644, editado por el Instituto Geográfico Nacional (IGN). Las gentes de la entonces villa de Alcoy imploraron que el episodio terminara, reunidas en el espacio conocido como Les Eres Noves. Y aquel 3 de diciembre, llegó la calma.

ELISA BUFORN, CATEDRÁTICA UNIV. COMPLUTENSE MADRID: «Es muy importante que la gente tenga memoria sísmica, ya que estos fenómenos son inevitables»

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Aquello se interpretó como una intercesión divina de San Mauro y, en su honor, se levantó un templo en aquel mismo lugar, la hoy parroquia de San Mauro y San Francisco -el lugar se sigue conociendo como Les Eres-, y se erigió al mártir romano copatrón de la villa. Aunque un tanto eclipsado por San Jorge, la devoción por San Mauro en Alcoy ha llegado hasta nuestros días. La Asociación de San Mauro Mártir continúa celebrando cada año en torno a estas fechas la festividad con diversos actos religiosos, que este año concluyeron el pasado sábado. Además, Mauro sigue siendo un nombre muy popular entre los alcoyanos de todas las edades.

Fenómenos recurrentes

El terremoto de Alcoy de 1620 causó la muerte de al menos 30 personas, entre ellos varios frailes del convento de San Agustín, que se encontraba en el espacio donde hoy se ubica el Ayuntamiento. Además, se destruyeron unas 380 casas de las 614 que tenía la población, tal y como recogen en el citado libro Elisa Buforn y Agustín Udías a partir de diferentes fuentes documentales. También hubo daños materiales de menor gravedad, en Ibi, con unas 30 casas dañadas, y en Alcoleja, donde se resquebrajó la iglesia, así como en Agres, entre otras localidades del entorno.

IVÁN MARTÍN, PROFESOR DPTO. CIENCIAS DE LA TIERRA UA: «Sabemos que vivimos en una región sísmica activa y tenemos que estar preparados ante ello»

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No mucho tiempo después, en junio de 1644, se produjo en la zona una serie sísmica, con una sucesión de varios terremotos con epicentros diferentes a lo largo de dos semanas, que afectaron a localidades de El Comtat como Muro y l’Orxa, y de comarcas vecinas como Pego, el Castell de Guadalest y Albaida, entre otras. El relativamente corto espacio temporal entre este último episodio y el de 1620 no ha sido habitual históricamente, pero ambos, y otros que han ido ocurriendo en todo lo que ahora es el norte de la provincia de Alicante y sur de la de Valencia entre los siglos XIV y XVIII recuerdan que esta es una zona de gran actividad sísmica.

En este sentido, Elisa Buforn explica a este periódico que «lo más importante es que la gente tenga memoria sísmica» y conozca «que esto ocurre de vez en cuando, y son fenómenos impredecibles e inevitables». Por ello, añade, «la mejor herramienta es la prevención». Acerca de los fenómenos de 1620 y 1644, señala que como alcoyana le interesaba investigar sobre ellos, recopilando toda la documentación disponible, como un hecho muy destacado del pasado local que ha dejado huella, a través de la devoción por San Mauro. Y también, por la relevancia de «conocer la sismicidad histórica» para saber más sobre el alcance que podría tener un episodio así en la actualidad.

El profesor del Departamento de Ciencias de la Tierra y el Medio Ambiente de la Universidad de Alicante (UA) Iván Martín, experto en estos sismos históricos y que recientemente ofreció en Alcoy una charla sobre este tema, incide también en que «sabemos que vivimos en una región sísmica activa y tenemos que estar preparados». Por ejemplo, con «viviendas e infraestructuras que resistan un terremoto, que sabemos que se va a producir» en algún momento. También insiste en el factor de «la educación», divulgando a la población cómo debe actuar cuando se produce uno de estos fenómenos.

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