El horror y el exterminio desplegados por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial utilizó como uno de sus modus operandi la deshumanización de quienes estaban cautivos. Pero todas y cada una de las víctimas eran personas, con un nombre y toda una historia detrás. Muchas de ellas nunca salieron de aquellos macabros recintos, pero quienes sí lo lograron reivindicaron después la memoria de todo aquello. Conocerlo para que no se repita, y poner también un nombre, un rostro y unos datos a todas las vidas que se truncaron.
Este es también el objetivo del Lloc de Memòria, un espacio que desde ayer recuerda en Alcoy a las 23 personas nacidas en la ciudad o vecinas de ella que fueron deportadas a los campos nazis. Se encuentra en un espacio tan popular como el paseo de Cervantes, a la entrada del refugio construido durante la Guerra Civil, y está conformado por un panel de placas -de momento son 22, ya que uno de los homenajeados ha sido identificado muy recientemente, pero la suya se colocará también en breve- con los nombres de los represaliados y una sucinta reseña biográfica de cada uno.
La iniciativa ha partido del instituto Andreu Sempere, junto con el Ayuntamiento de Alcoy, la asociación Amical Mauthausen y la Cátedra Paz y Justicia de la Universidad de Alicante (UA), dentro de la tercera Trobada de Joves de la Xarxa de Memòria i Prevenció del feixisme «Mai Més», que ha realizado el mismo centro de Secundaria. En el acto se dieron cita familiares de algunos de los homenajeados, así como la práctica totalidad de la corporación municipal alcoyana, representantes de la Generalitat y docentes y alumnos del IES Andreu Sempere; un grupo de estos últimos fue leyendo, una a una, las biografías de los 23 deportados alcoyanos. El último de los que nueve que sobrevivieron fue Francisco Aura Boronat, fallecido en noviembre de 2018, un mes antes de cumplir 100 años.
El director del instituto organizador, Jesús Martínez, agradeció las intervenciones de los alumnos y la presencia a los familiares de las víctimas, y resaltó que «es dignísimo crear un lugar de memoria en un sitio emblemático de la ciudad» como el paseo de Cervantes. Por su parte, el presidente de Amical Mauthausen, Joan Calvo, señaló que «todo el trabajo que llevamos a cabo desde hace años tiene sentido en un día como hoy», y puso en valor el sentido de «recordar lo que sucedió para que no vuelva a pasar nunca más».
La secretaria autonómica de Cooperación y Calidad Democrática, Toñi Serna, también presente en la cita, recordó que «cada uno de los nombres corresponde a una persona a la que hemos de honrar» y que «es muy inportante que la memoria no pase de largo». El alcalde, Toni Francés, cerró el acto resaltando la importancia de este homenaje y reivindicando Alcoy como una «ciudad antifascista». A su juicio, reconocimientos como este son «una deuda que tenemos todos los que creemos en la democracia» con las personas represaliadas, a la vez que incidió en la necesidad de «no olvidar a las víctimas, ni a quienes las provocaron».
