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Un socavón provocado por las lluvias mantiene desde hace una semana un carril cortado en uno de los accesos a Alcoy

El desprendimiento ha horadado la ladera sobre la que discurre la carretera que comunica la A-7 y la CV-70 con el Hospital, la Zona Norte y el centro histórico

Aspecto del socavón que se ha producido en un lateral del acceso a Alcoy desde la A-7 por la carretera del Rebolcat. JUANI RUZ

Un socavón provocado por las lluvias mantiene desde hace ya una semana un carril cortado en uno de los accesos a Alcoy desde la autovía A-7, en una situación que parece ir para largo. El agua ha ocasionado un desprendimiento en la ladera sobre la que discurre la carretera, dejando la calzada prácticamente al vuelo, lo que ha obligado a realizar una actuación de emergencia de una cierta envergadura. Mientras tanto, el paso está regulado por semáforos provisionales, que dan paso alternativo en uno u otro sentido.

El deslizamiento se produjo el pasado lunes 28 de marzo, cuando ya hacía más de diez días que en Alcoy llovía de manera prácticamente ininterrumpida. La carretera afectada es la conocida como "del Rebolcat", que comunica el acceso sur de Alcoy de la A-7 y la CV-70, procedente de Benilloba, con el centro histórico de la ciudad y la Zona Norte. En realidad se trata del tramo inicial de la CV-70, transferido hace ya tiempo al Ayuntamiento, pero en el que desde la apertura de la A-7 aumentó el tráfico de manera considerable por ser un acceso directo a esta vía rápida desde el casco antiguo. Y más aún tras la apertura del puente Francisco Aura, ya que la carretera se convirtió también en un enlace semidirecto entre la A-7 y el Hospital Virgen de los Lirios.

La vía discurre entre terrenos de cultivo abancalados, de manera que ambos márgenes están a cotas diferentes a la calzada, uno por encima y el otro por debajo. En este último, a la derecha de la carretera en sentido de salida de Alcoy, se ha producido el derrumbe. La lluvia ha arrastrado toda la ladera y, aunque la calzada se ha quedado prácticamente intacta, bajo ella se ha generado un socavón de dimensiones importantes, con el quitamiedos casi volando sobre el vacío. Así, circular por ese carril resulta cuanto menos aventurado.

Por ello, ya el mismo lunes de la semana pasada se cortó ese carril y se estableció el paso alternativo en el tramo afectado, que una semana después continúa. Desde entonces se están llevando a cabo trabajos en la carretera, aunque a simple vista parece que su avance está siendo lento. Según se puede observar, se ha comenzado a introducir una tubería bajo la calzada, presumiblemente para favorecer la escorrentía de aguas pluviales y evitar que puedan producirse acumulaciones que den lugar a desprendimientos como este. También es visible un acopio de material, arena y piedras, en las inmediaciones, que podría utilizarse para consolidar y estabilizar la ladera.

Este periódico ha tratado de confirmar sin éxito estos extremos, así como más detalles de los trabajos y la duración que se prevé que tengan, y si llegaría el caso de tener que cerrar por completo la carretera al tráfico, a través del concejal de Movilidad y Obras, Jordi Martínez. El edil anunció hace una semana el inicio de estas obras de emergencia, tras producirse el desprendimiento. Las lluvias también ocasionaron algunos deslizamientos en la misma zona, pero desde los bancales situados a una cota superior hacia la calzada. Los materiales arrastrados en estos casos, no obstante, fueron retirados a las pocas horas.

La carretera del Rebolcat casi no ha experimentado reformas desde que fue transferida al Ayuntamiento. La señalización vertical y horizontal sí es nueva, de hace apenas un año, y se encuentra en muy buen estado, pero en esa ocasión el firme de la vía no se reparó, pese a encontrarse desgastado en algunos puntos debido al elevado paso de vehículos. A los baches hay que sumar la estrechez de la calzada, que tampoco se ha ensanchado desde que la vía era el recorrido inicial de la CV-70 hacia Benilloba.

Tan solo presentan un mejor aspecto en este sentido los metros más próximos a la A-7, construidos al mismo tiempo que la autovía hace poco más de una década. En el tramo que discurre ya dentro del casco urbano, no obstante, la situación es mejor, sobre todo en lo que se refiere a seguridad vial, gracias a los resaltos construidos para hacer que los vehículos circulen a velocidad baja.

Varios derrumbes tras las lluvias

Como ya publicó este periódico, el temporal de lluvias que se prolongó durante casi la totalidad de la segunda quincena de marzo no tuvo en un principio incidencias significativas, en parte gracias a que las precipitaciones fueron persistentes y sostenidas y no se produjeron de manera súbita. Sin embargo, a los pocos días se registraron varios derrumbes, todos ellos sin consecuencias personales pero que afectaron de una u otra forma a la circulación.

Así, primero hubo un desprendimiento en una ladera en el arrabal de Alcassares, que obligó a cerrar el camino de la antigua fábrica de Escaló. Otro incidente similar bloqueó durante unas horas el acceso al ecoparque, y un tercero complicó el tráfico en la carretera hacia Banyeres, la CV-795, a la altura de El Salt. A eso hay que sumar el desplome de una casa abandonada en la calle Sant Antoni, en el centro histórico.

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