El fuerte estruendo de los arcabuces y el intenso olor a pólvora son los protagonistas de esta última jornada de las Fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy. El enfrentamiento entre ambos bandos está contando la participación de unos 2.000 festeros y 3.010 kilos de explosivo, según los datos facilitados por la Asociación de San Jorge.
La falta de entendimiento entre los embajadores de las tropas cristianas y las huestes moras ha dado paso a la primera batalla de arcabucería, un acto que está contando con una participación ligeramente inferior a la de 2019, debido a que este año tocaba renovar los permisos para poder disparar y hay festeros que no han llegado a tiempo. Sin embargo, esta situación es prácticamente inapreciable y la ciudad está pudiendo disfrutar de un sonoro Alardo.
El capitán de la filà Montañeses y el alférez de los Cruzados han iniciado la contienda desde el castillo: el primero por la izquierda, seguido de Montañeses, Andaluces, Cides, Guzmanes, Mozárabes, Navarros y Alcodianos; y el segundo por la derecha, con los Cruzados, Asturianos, Labradores, Vascos, Almogávares, Tomasinas y Aragoneses tras él.
Las tropas que acompañan al capitán cristiano han subido por San Nicolás disparando sus armas hasta llegar a El Camí, donde las filaes se han puesto por delante del capitán para descender hasta la plaza de la Cruz Roja y volver por San Nicolás a la plaza. De forma paralela, el alférez y su séquito se han dirigido por San Lorenzo y el País Valencià hasta llegar a la plaza del Pintor Gisbert, donde han seguido por Roger de Llúria, Bartolomé J. Gallardo y Rigoberto Albors para retroceder por el País Valencià y volver a la plaza.
Mientras los cristianos vuelven el camino recorrido, los moros avanzan con las filaes Cardón, Llana, Domingo Miques, Verdes, Mudéjares, Marrakesch y Berberiscos tras el capitán, y Ligeros, Judíos, Chanos, Magenta, Abencerrajes, Realistas y Benimerines tras el alférez.
El ejército de la cruz han entrado a la plaza de España de espaldas, empujado por las huestes moras, que lo han hecho de frente. Y en medio del estruendo final de este primera batalla los cargos festeros han empuñado sus sables y espadas para protagonizar un acalorado enfrentamiento cuerpo a cuerpo, en el que también han participado los embajadores, que ha culminado con el bando moro tomando el castillo.
La gran tribuna del Ayuntamiento y las plataformas del otro lado de la plaza de España han contado en todo momento con gran afluencia de público pese al fuerte estruendo de los arcabuces. El acto del Alardo, asimismo, cada vez congrega a más espectadores, sobre todo al final, ya que mucha gente no quiere perderse la batalla cuerpo a cuerpo y la toma del castillo.
