Las Fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy están llegando a su fin. Con rigurosa puntualidad, a las diez de la mañana de este domingo 24 de abril, un jinete de la filà Cordón ha descendido por la calle San Nicolás hasta llegar al castillo para entregar un mensaje en el que insta a los cristianos a entregarles la plaza. El capitán de las tropas de la cruz ha contestado rompiendo el pergamino y lanzando los pedazos desde las almenas de la fortaleza, un gesto que no ha gustado al representante moro, quien ha dado media vuelta y ha protagonizado una intensa y limpia carrera a lomos e su caballo para contar a los suyos lo ocurrido.
Tan sólo media hora después, el nuevo embajador moro, Óscar Martínez, que toma el relevo a Juan Javier Gisbert, se ha dirigido al castillo para negociar la rendición de los cristianos, prometiéndole al capitán "colmarte de dones exquisitos, conservar tus honores y grandezas, respetar los hogares y los ritos, de este pueblo esforzado". Pero las tropas cristianas no se han creído sus palabras, por lo que el embajador de este bando, Ricard Sanz, ha espetado: "mucho prometes ahora, más nada cumplirás llegada la hora".
El diálogo ha ido subiendo de tono y finalmente no ha sido posible llegar a un entendimiento, por lo que el embajador moro se ha dirigido a los suyos al grito de "¡Viva Al-Azraq! Tomemos el castillo", a lo que el cristiano ha contestado: "Alcoians! Per Sant Jordi i Aragó, a defensar la fe de Jesucrist!".
La Embajada Mora ha dado paso a una ruidosa batalla de arcabucería que está impregnando el centro de la ciudad del fuerte y característico olor a pólvora. En esta primera contienda, tal y como es tradición, resultarán vencedoras las tropas mahometanas.
Tras un preámbulo para comer, el contraataque ha llegado en torno a las 16.30 horas, cuando un jinete cristiano ha llegado a la plaza para entregar un mensaje al capitán moro, quien ha roto el pergamino, desencadenando la huida del cristiano. Acto seguido, el embajador cristianos ha intentado recuperar el castillo, enzarzándose en una acalorada discusión con su homólogo moro, que le ha espetado: "Di a los tuyos, ¡guerra, guerra!". A lo que el representante de la cruz ha respondido: "Di a los tuyos, ¡armas, armas!".
La Embajada Cristiana también ha desencadenado en una acalorada y sonora batalla que acabará con la reconquista cristiana.
