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La Beniata de Alcoy se reabre de forma parcial 19 días después del derrumbe

El tráfico se ha restablecido de momento a través de un solo carril, a la espera de que el Ayuntamiento y la UPV acuerden cómo reparar la ladera, muy afectada por el deslizamiento

Tráfico en la Beniata tras su reapertura, este martes por la mañana, con la ladera dañada a la derecha. ANTONIO TERUEL

El tramo inicial de la calle Alicante de Alcoy, conocida como la Beniata, ha sido reabierto de forma parcial a primera hora de este martes, 19 días después de que un gran desprendimiento en la ladera contigua obligara a cortarla. Una gran cantidad de tierra y piedras se vinieron abajo, cayendo sobre un solar habilitado como aparcamiento. No hubo heridos, aunque sí daños materiales en uno de los vehículos que estaba estacionado. Aunque la calzada no se vio prácticamente afectada, la envergadura de los cascotes y lo aparatoso del derrumbe motivaron que el acceso quedara totalmente cerrado, salvo para los propietarios de garajes, hasta que se despejara la zona.

Por el momento solo se ha abierto a la circulación un carril, el más alejado de la ladera. Esto ha permitido aliviar el tráfico, ya que la calle Alicante, que se corresponde con la antigua travesía de la N-340, supone el principal acceso directo al centro histórico desde el sur de Alcoy. El hecho de que se hayan celebrado estos días las Fiestas ha podido hacer que el corte haya sido más prolongado, pero también que su impacto haya sido menor, dado que durante los Moros y Cristianos el centro ha estado cerrado al tráfico.

El otro carril permanece cortado, y el aparcamiento también sigue sin estar operativo. La calzada y el aparcamiento se han despejado de tierra y cascotes, pero el deslizamiento no se ha reparado, por lo que puede apreciarse la gran cantidad de superficie afectada. Este desprendimiento es uno de los de mayor envergadura que se han producido en Alcoy en las últimas semanas, como consecuencia de las lluvias que comenzaron a mediados de marzo y que, con algunas interrupciones, puede decirse que no han terminado. De hecho, en el otro extremo del solar utilizado como parking hasta el 7 de abril se puede ver otro derrumbe, aunque de dimensiones mucho menores.

La solución requerirá llevar a cabo obras de envergadura para consolidar la ladera. Además, el desprendimiento se ha producido en unos terrenos propiedad de la Universitat Politècnica de València (UPV), contiguos a su campus alcoyano. Por ello, el Ayuntamiento señala que tendrá que ser la institución académica la que realice la reparación, y ambas partes deberán acordar de qué forma se hará y cuándo. El concejal de Obras, Jordi Martínez, explica que tras el derrumbe se comunicó a la UPV que "debían realizar una serie de actuaciones", y que la vicerrectora de Desarrollo Sostenible de los Campus, Débora Domingo, se comprometió a buscar una solución.

El edil señala que está prevista una reunión con la vicerrectora de la UPV para aclarar todas estas cuestiones y ver la manera de llevar a cabo los trabajos. No hay una fecha concreta señalada todavía, aunque se confía en que pueda hacerse esta misma semana. Fuentes de la institución académica corroboran las manifestaciones de Martínez e indican que se espera llegar a una solución a corto plazo, una vez se produzca esa reunión.

Numerosos derrumbes por las lluvias

Las precipitaciones casi continuas que, con algunos intervalos de tregua como el de los días de Fiestas, se han producido desde mediados de marzo han ocasionado diferentes derrumbes y deslizamientos de tierra en Alcoy. Aunque no han sido torrenciales, la persistencia de las lluvias y la orografía han dado pie a que se hayan repetido varias incidencias de este tipo. Hay que destacar, entre otros, el que afectó a una empresa del polígono Sant Benet el 13 de abril, donde la ladera literalmente entró en la fábrica, ocasionando graves daños en la nave y en la maquinaria. También otra empresa del polígono Santiago Payá ha visto cómo ha cedido el terreno junto a sus instalaciones.

Asimismo, ha habido deslizamientos que han generado molestias para el tráfico, como el que socavó el trazado de la carretera conocida como del Rebolcat, la mitad de cuya calzada quedó prácticamente al vuelo sobre el vacío. Aquí ya han terminado las obras para facilitar la conducción de aguas pluviales bajo la carretera y, al mismo tiempo, consolidar la ladera. No fue necesario cortarla, pero sí regular el tráfico con semáforos durante aproximadamente dos semanas.

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