La Feria de San Isidro de Castalla se reencuentra este fin de semana con el público, tras los dos años en que, al igual que ha ocurrido con tantas otras propuestas festivas y lúdicas, el coronavirus ha impedido que pudiera llevarse a cabo. Desde este viernes y hasta el domingo, la capital histórica de la Foia acoge el consolidado evento, que además vuelve con algunas novedades que lo hacen aún más atractivo. Y donde la oferta comercial se complementa con diferentes alternativas para el ocio y la cultura.
El certamen ocupa buena parte del centro de la localidad, distribuido en diferentes áreas temáticas. Así, la plaza y la calle Mayor, eje principal del casco antiguo, alberga los puestos del mercado medieval, junto con la perpendicular calle del Camí de Cabanyes, que da paso a la zona con los expositores de turismo y de las asociaciones locales, uno de los cambios en relación a ediciones anteriores. En el entorno del Parque Municipal también están los establecimientos de hostelería y las casetas de los comercios de Castalla, mientras que la Avenida República Argentina acoge la exposición y venta de automoción y maquinaria agrícola.
En conjunto se trata de unos 35.000 metros cuadrados de superficie de exposición, menos superficie que en otras ocasiones, pero con la oferta distribuida de una forma que permite hacer un recorrido completo por el centro de Castalla, diferenciando claramente unas zonas de la feria de otras, pero al mismo tiempo comunicándolas entre sí. A esto se añade la feria de atracciones, que ocupa gran parte de la Avenida de Onil, la carretera que cruza el casco urbano castellut. Asimismo, la calle Convento y la Avenida de la Constitución, en la parte sur del casco histórico, albergarán este sábado el correfocs, una de las actividades paralelas al certamen comercial.
El alcalde de Castalla, Antonio Bernabeu, destaca que los cambios en la organización del espacio comercial que se ha hecho en este regreso de la Feria de San Isidro permite "una distribución más eficiente" de la superficie, e incide en la idea de poder recorrer todo el certamen de manera sencilla y amena. El evento supone "una forma de reavivar la actividad empresarial después de dos años", y cuenta además con "una vertiente social" por la participación de las entidades y asociaciones locales, unido al componente puramente comercial o el aspecto más lúdico. El objetivo, añade, es que tras esta vuelta la feria siga creciendo en expositores año tras año.
También la concejal de Turismo, Maite Gimeno, ha resaltado los "cambios" introducidos este año, como las casetas de los comercios locales o las de turismo, y que "hemos apostado fuerte" por la feria. La edil ha confiado en que "la afluencia sea buena" y "que todos podamos disfrutar" de estos días. El inicio, desde luego, ha sido muy bueno. Las calles han registrado desde el primer momento una notable asistencia de público, muy especialmente en la zona del mercado medieval y en el área de restauración.
Esta 28 edición de la Feria de San Isidro de Castalla se prolongará hasta el domingo a última hora de la tarde. Aparte de la actividad comercial y de otros actos como el citado correfocs habrá diferentes propuestas lúdicas y culturales, como un taller de construcción de marionetas y títeres, el sábado, o un cuentacuentos infantil, el domingo. También tendrá lugar, entre otras actividades, un corte solidario de jamón, a beneficio de la asociación local contra el cáncer.
