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Cae el alquiler de casas de campo este verano en el interior de la provincia por falta de oferta

Las inmobiliarias tienen lista de espera de interesados en arrendar este tipo de propiedades, pero aseguran que desde la pandemia los dueños prefieren disfrutarlas a sacarlas al mercado

Las inmobiliarias no tienen casas de campo para ofrecer a sus clientes. JUANI RUZ

Las inmobiliarias del interior de la provincia de Alicante registran lista de espera para alquilar casas de campo este verano. El arrendamiento de este tipo de propiedades ha caído de forma drástica desde el inicio de la pandemia debido, según explican los profesionales del sector, a que los dueños de viviendas en pueblos o en la montaña prefieren disfrutarlas ellos antes que sacarlas al mercado como se hacía años atrás.

El alquiler de casas de campo en las comarcas del interior, "caseta" como se conoce por la zona a este tipo de propiedades, siempre ha sido una alternativa para quienes prefieren disfrutar de la tranquilidad que ofrece un entorno natural. Pese a que es habitual que la demanda sea superior a la oferta, desde que empezó la pandemia las inmobiliarias de l'Alcoià y El Comtat están desbordadas y aseguran tener lista de espera.

En Muro, una de las poblaciones en las que más transacciones de este tipo se realizaban, Emilio Margarit, el gerente de Inmobiliaria Muro, explica que "el alquiler en general está mal porque la gente no quiere alquilar sus viviendas" y aunque la demanda "es enorme, no hay oferta". De cara a la temporada de verano que está a la vuelta de la esquina "solo he logrado cerrar un contrato" y está a la espera de que "la semana que viene me entre otro chalé para alquilar todo el año, pero no me hará falta ni publicarlo en la web", insiste.

Margarit asegura que tiene una lista de espera de más de veinte personas y la diferencia entre oferta y demanda es tan exagerada que los precios se han disparado. "Alquilar una casa de campo julio y agosto, los dos meses, está sobre los 2.000 euros" y si se prefiere solo uno "el precio pasa a 1.200 o 1.300 euros". Este agente inmobiliario también recalca que "ojo, con ese precio no son chalés, son casas pequeñas con piscina y algo de terreno".

En la misma línea, el gerente de Inmobiliaria Equus de Cocentaina, Antonio José Pérez, considera que "estamos en una mini burbuja del alquiler", ya que "con la pandemia la gente es más reacia a alquilar y cada vez hay menos oferta en general". En cuanto al alquiler vacacional de casas de campo, "nosotros no nos dedicamos a eso porque no tenemos clientes que quieran sacar al mercado sus propiedades".

Fuera como fuere, las casas de campo "son la demanda estrella" en el interior de la provincia cuando llega el buen tiempo, según apuntan desde Inmobiliaria Carbonell, en Alcoy, en la que en los últimos dos años han observado un cambio de tendencia y en el sector y "este tipo de propiedades están prácticamente todas ocupadas y no se alquilan". 

"Hay gente que desde el confinamiento se ha trasladado gran parte del año a su segunda residencia en el campo, sobre todo los meses de buen tiempo", por lo que "es prácticamente imposible encontrar propiedades disponibles", insisten desde Inmobiliaria Carbonell.

Pero, ¿cuál es el perfil del demandante? ¿Qué tipo de personas buscan estos alojamientos? La respuesta está clara según los profesionales del sector inmobiliario, las familias con hijos. "Las parejas que tienen niños son las que más demandan casa de campo, porque son la opción ideal para desconectar, relajarse y que los más pequeños puedan disfrutar verano", y buscan casas de campo que estén próximas a núcleos urbanos, que les permita ir a trabajar sin hacer grandes desplazamientos.

En portales web, no obstante, la escasa oferta que aparece es de viviendas con todo tipo de comodidades y cuyos precios, según ha podido comprobar este diario, rondan para estancias de larga temporada los 1.800 euros al mes, una semana en temporada alta (julio y agosto) 2.000 euros y un día, sin noche, 600 euros. 

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