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Patrimonio ferroviario perdido para siempre en Agres

La vieja estación de enlace entre la antigua línea de Villena a Alcoy y la que aún llega desde Xàtiva termina de venirse abajo, dos años y medio después de que se desplomara parte de la fachada

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Patrimonio ferroviario perdido para siempre en Agres Juani Ruz

Una parte muy importante del pasado ferroviario de las comarcas de El Comtat y l'Alcoià, así como del Alto Vinalopó, la Vall d'Albaida y la Safor, ha terminado de desaparecer. La antigua estación de vía estrecha de Agres, de la línea que discurría de Villena a Alcoy, enlace con la de vía ancha procedente de Xàtiva y con el mismo destino, ha terminado de desplomarse hace pocas fechas. Se ha perdido así para siempre un edificio que fue testigo de idas y venidas, de transbordos y de cientos de historias cotidianas de una época en la que la movilidad dependía en gran medida de ferrocarriles modestos como el de Villena a Alcoy y Yecla (VAY), el contiguo de Alcoy a Gandia o la línea de vía ancha que a duras penas sigue abierta.

El desastre estaba anunciado desde enero de 2020, cuando se derrumbó ya parte de la fachada que ha terminado de venirse abajo ahora y que ha arrastrado en su caída a casi todo el resto del edificio. Tan solo se mantiene en pie el lienzo de pared posterior, el que veían al llegar al lugar los viajeros de la línea estrecha hasta su cierre en 1969, y un lateral. Pero la desaparición de ese último vestigio es también cuestión de tiempo, víctima de la misma desidia de más de medio siglo de abandono, que ha provocado que el conjunto del inmueble y lo que fue pasen a ser un recuerdo.

Tal y como recuerda Juan María Milán, miembro de la Asociación Amigos del Chicharra -constituida en 2020 en Villena y que reivindica la memoria de la línea- y estudioso de este ferrocarril, la estación de Agres se inauguró el 20 de diciembre de 1907, cumpliendo así el sueño de la compañía de vía estrecha de llegar hasta Alcoy, aunque en un inicio fuera con un transbordo a la línea de vía ancha de la Compañía del Norte. Dos años después, el 1 de diciembre de 1909, se culminó el trazado hasta Muro, donde se estableció otro enlace con el tren de Gandia, con el que compartía trazado hasta Alcoy.

Esta pequeña red de ferrocarriles permitió a los habitantes de estas comarcas desplazarse, y más aún en la década de 1960, cuando el Estado asumió la tutela de las líneas de vía estrecha. Hasta el primer derrumbe de enero de 2020, en la fachada del imponente edificio de dos plantas aún se podía leer que la estación era "Empalme para las líneas Gandia-Villena-Yecla-Jumilla-Cieza-Murcia". Los restos de las letras que componían esta rotulación descansan entre la pila de escombros en que se ha convertido el entorno del arruinado inmueble.

Milán considera que la pérdida del edificio supone "una desgracia" en términos patrimoniales, pero no solo desde un punto de vista material, sino para la memoria colectiva de la zona. "Fue una estación que tuvo muchísimo movimiento", hasta el punto de ser la única de toda la línea en contar con un bar-restaurante hasta el final de sus días. Arquitectónicamente también era distinta al resto, por su categoría de punto de enlace. Además, hace hincapié en el gran número de transbordos que en ella se hacían a diario, incluso para hacer trayectos que hoy en día se antojarían extraños: "Entonces resultaba más rápido ir de Villena a València usando el empalme de Agres que por La Encina".

Las ruinas del edificio de la VAY pertenecen al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), al igual que el contiguo apeadero de vía ancha que sigue en servicio. Los escombros no han sido despejados tras el derrumbe, ni tampoco vallados ni acotados de ninguna forma, de modo que cualquiera que acuda puede comprobar muy de cerca la desolación que ofrece la pérdida de este símbolo de una época. Y también, el riesgo que entraña, como recuerda Juan María Milán: "Hay que tener en cuenta que se trata de una vía verde por la que pasa gente, y enfrente hay un apeadero donde suele haber viajeros, con el consiguiente peligro de que haya alguna desgracia" si caen los pocos cascotes que quedan en pie.

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