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Un recorrido por el Alcoy que ya no existe

El centro histórico de la ciudad ha experimentado una gran transformación a lo largo del último siglo, con la apertura de nuevas calles y la desaparición de gran parte del entramado urbano más humilde, donde vivía la mayoría de la población

El ingeniero topográfico y divulgador Álvaro Verdú en la calle Santo Tomás de Alcoy, sosteniendo una imagen del mismo lugar a inicios del siglo XX. JUANI RUZ

El hecho de que Alcoy atesore un importante patrimonio modernista obedece en gran medida a la prosperidad económica de la ciudad en los albores del siglo XX y a que se trataba ya entonces de una urbe populosa, habitada por más de 32.000 personas en 1900. La mayoría de las construcciones más importantes de aquel tiempo permanecen a día de hoy, pero otras han ido desapareciendo con la continua evolución urbana, bien sea por los criterios imperantes en ese momento o, simplemente, porque la dejadez ha llevado a que se pierdan. Y esta evolución no solo afecta a edificios u otras obras arquitectónicas singulares, sino también, a veces, a espacios enteros de la ciudad, que poco tienen que ver ahora con lo que fueron.

Álvaro Verdú Candela, ingeniero en Geomática y Topografía y miembro del Centre Alcoià d'Estudis Històrics i Arqueològics (CAEHA), ha realizado una exhaustiva investigación sobre ese Alcoy de hace poco más de un siglo que ahora ya no existe, y en ello ha centrado una charla que ha ofrecido esta semana, "El Alcoy desaparecido", dentro del programa de actos previos a la Feria Modernista. Un recorrido sobre todo visual por diferentes espacios de la ciudad, en los que hubo algún inmueble destacado que ya no está o que tuvieron una trama urbana que poco o nada tiene que ver con la actual.

El punto de partida es el lugar quizá más emblemático de la ciudad: la plaza de España. Quien visite Alcoy por primera vez quizá pueda pensar que no ha cambiado mucho en los últimos 120 años, pero nada más lejos de la realidad. Conviene recordar que la actual iglesia de Santa María data de la década de 1940 aunque se inspira en la antigua, derribada durante la Guerra Civil. Durante esa misma contienda bélica también desapareció la iglesia de San Agustín, vestigio del antiguo convento del mismo nombre, cuyo antiguo claustro ocupa ahora la Plaça de Dins y sobre parte de cuyo solar se había construido a mediados del siglo XIX el actual Ayuntamiento. Tampoco la salida hacia la calle Santo Tomás se parecía en nada a la actual.

La antigua Casa Consistorial se hallaba en la Placeta del Carbó, en la Vila Vella, de la que apenas queda ya nada, al igual que ocurre con el Raval Vell, las partes más bajas del centro histórico y donde a día de hoy predominan los solares y las casas en ruinas. En estas zonas, sin embargo, explica Verdú, "era donde vivía la mayoría de la gente en la época del Modernismo". El joven divulgador comenta que hay que tener en cuenta este aspecto a la hora de rememorar y recrear este momento histórico, porque "al final, los propietarios de las fábricas, los que vivían en palacetes o en casas singulares, solo eran un puñado de personas".

Imagen de principios del siglo XX de la calle Caragol de Alcoy, de la que apenas queda un tramo a día de hoy. FABERT

Gran parte de la población obrera se apiñaba en callejones como los de San Roque, Alcassares, Buidaoli o Caragol, empinados y muy expuestos a derrumbes provocados por la mala conservación de las casas y las inclemencias meteorológicas, y de los que hoy solo quedan algunos tramos. Algunos incluso han desaparecido por completo, como las viviendas que ocupaban El Terrer y sobre las que se construyó el Pontó de Sant Jaume. Hay zonas que se mantuvieron en un estado más o menos original hasta la década de 1980, aunque en un avanzado estado de degradación, lo que propició que en los años siguientes fueran demolidas casi en su totalidad.

Portal de Riquer y calle San Roque en el año 1909. FABERT

Así, aunque la gran mayoría de las obras cumbre de la arquitectura modernista en Alcoy han llegado hasta nuestros días, han desaparecido casi todas las construcciones populares de la época. "Por sí solas no tenían interés arquitectónico, aunque visto ahora sí lo tendrían como conjunto urbano", señala Verdú. Además, "ni los materiales de construcción solían ser buenos, ni su emplazamiento era el más favorable", lo que propiciaba que "fueran cayéndose a medida que se abandonaban". El experto incide, en este sentido, en la escasa salubridad: en Alcoy había baños públicos, junto a La Glorieta y en la actual plaza Emilio Sala, porque "la mayoría de las casas carecían de él"; "aún era así en dos de cada tres viviendas en 1960", apostilla.

Crecimiento a costa de la huerta

Durante la época del Modernismo se trazaron o se urbanizaron varias calles nuevas, como la de Santo Tomás, que se alargó y ensanchó para servir de acceso al nuevo puente de San Jorge, gracias al derribo de varias manzanas; o la actual Avinguda del País Valencià, primera zona de expansión moderna de la ciudad. Al principio de esta última, junto a lo que entonces era el trazado de la carretera de Xàtiva a Alicante, se hallaba l'Hostal Nou, que se derribó para edificar en su lugar la flamante sede del Banco de España, símbolo del poderío económico de Alcoy en la época modernista. Este inmueble alberga en la actualidad la Casa de la Cultura.

El plan de Ensanche de Alcoy se aprobó en 1878, pero a comienzos del siglo XX apenas se había desarrollado. La ciudad concentrada prácticamente terminaba en el puente de María Cristina, y en lo que ahora es Santa Rosa apenas destacaban unas pocas construcciones, unas conservadas como el Hospital Civil de Oliver, otras en fase de recuperación como la Fundición de Rodes, y otras desaparecidas como el cuartel del Regimiento Vizcaya 21. Y tras el puente de San Roque, siguiendo lo que ahora es la Alameda, lo que en opinión de Verdú "más se ha perdido de la época modernista, que no es ningún edificio, sino la huerta, sacrificada para ampliar la ciudad".

Inicio de la calle del Carme en el primer tercio del siglo XX, cuando aún podía apreciarse el lateral de la iglesia de San Agustín. Mirar el Passat: Memòries d'un Poble

Alcoy duplicó su población entre 1910 y 1980, llegando a superar los 66.000 habitantes. En ese proceso de expansión, la población fue dejando el centro histórico el cual fue degradándose cada vez más. Una situación provocada por un cúmulo de factores diversos y complejos, reitera Verdú, sobre la cual, no obstante, valora que en las últimas décadas se haya actuado. "Ahora lo que más interesa es conservar lo que queda", haciendo especial mención a zonas como el Raval Nou, las manzanas comprendidas entre las calles de San Nicolás y San Francisco, que apenas han cambiado desde los tiempos del Modernismo y donde también habitaban sobre todo clases populares.

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