El polígono industrial La Foia, el más antiguo de Castalla, se modernizará a corto plazo después de 40 años de actividad. Los empresarios de esta área fabril han aprobado ya la constitución de una Entidad de Gestión y Modernización (EGM), a través de la cual se optará a las diferentes convocatorias de ayudas públicas que vayan surgiendo para acometer obras de renovación. La Asociación de Empresarios de la Foia de Castalla (Ibiae), que fue la que orientó a los propietarios acerca de esta opción y ha estado tutelando todo el proceso a lo largo de varios meses, ocupará la gerencia del nuevo ente gestor.

La figura de la EGM para las zonas industriales está contemplada en la actual legislación autonómica y resulta especialmente útil en polígonos que, como este de Castalla, fueron construidos en su día por iniciativa privada. Esta es la línea que se ha seguido en otras áreas fabriles del entorno, como el polígono Cotes Baixes de Alcoy, que también constituyó su entidad gestora el año pasado. Tal y como recuerda el director de Ibiae, Héctor Torrente, en declaraciones a este periódico, este ente jurídico resulta "muy útil a la hora de realizar obras", tanto para acogerse a ayudas como para acometer los trabajos pertinentes.

Además, la operación tiene en este caso concreto una especial importancia porque previsiblemente hará posible que, a medio plazo, el Ayuntamiento de Castalla recepcione el polígono y pase a considerarlo suelo urbano. Pese a llevar ya cuatro décadas en funcionamiento, las calles de esta zona fabril siguen siendo de titularidad privada, con lo que carecen de los mismos niveles de urbanización que otras de la propia Castalla que sí son suelo urbano. Cabe recordar, en este sentido, que el alcalde de la localidad, Antonio Bernabeu, se ha mostrado absolutamente dispuesto que el Ayuntamiento asuma el polígono, siempre y cuando se acometan previamente una serie de mejoras.

Otra imagen del polígono que se renovará, situado junto a la entrada norte a Castalla. LUCIO ABAD

La entidad gestora del polígono La Foia ha quedado constituida por los cerca de 40 empresarios que operan en el entorno. La mayoría de ellos son afiliados a Ibiae, por lo que la asociación empresarial asume la gerencia sin soportar ninguna carga económica adicional, ni tampoco los propietarios tendrán que hacerlo. En principio, la EGM se constituye por un periodo mínimo de nueve años, tal y como marca la normativa, según señala el director de la patronal de la Foia. El único paso que falta para que eche andar es su ratificación en el pleno municipal, pero se trata de un mero trámite, dado que el Ayuntamiento de Castalla ha estado de acuerdo en todo momento con este proceso.

Obras en Onil

Paralelamente a la creación en Castalla de la EGM para el polígono La Foia, en la vecina Onil se están llevando a cabo obras de mejora en diferentes zonas industriales, en este caso a cuenta de las ayudas del Instituto Valenciano de la Competitividad Empresarial (Ivace). El Ayuntamiento pidió fondos para la mejora de los polígonos La Marjal I, La Marjal II y Els Vasalos. Las tres áreas han recibido las correspondientes subvenciones, cada una de ellas valorada en algo más de 186.000 euros.

Trabajos de soterramiento de cableado en el polígono La Marjal II de Onil. LUCIO ABAD

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En cada uno de estos polígonos se están realizando trabajos de soterramiento de cableado y obra civil para la instalación de fibra óptica, así como de acondicionamiento de zonas verdes y regeneración paisajística. También se están habilitando puntos de recarga de vehículos eléctricos, además de renovarse el alumbrado público y la señalización horizontal. Otra actuación prevista es la instalación de un circuito de videovigilancia. En la fase I de La Marjal, además, se está reforzando el talud que separa la zona industrial del encauzamiento del río Verde.

La alcaldesa de Onil, Humi Guill, ha mostrado públicamente su satisfacción por el desarrollo de estas obras, que deben estar finalizadas antes de que termine el año. En estos trabajos, la patronal Ibiae ha realizado labores de asesoramiento, sirviendo de puente entre los empresarios y la administración municipal para "ver dónde estaban las necesidades", explica Héctor Torrente, máxime teniendo en cuenta que las actuaciones debían ceñirse a lo recogido en la convocatoria.