Alcoy incrementará a corto plazo el control de la calidad del aire urbano con la instalación de seis nuevos sensores en diferentes puntos de la ciudad, que se sumarán a otros cinco ya existentes. Tres empresas, según explican fuentes municipales, optan al suministro y colocación de estas estaciones de medición. El contrato tiene un importe de 38.720 euros, de los cuales el Ayuntamiento aportará apenas 10.000, y una vez se adjudique los aparatos deberán estar en funcionamiento en un plazo de dos meses.
Dos de los cinco sensores actuales para vigilar la posible contaminación urbana se encuentran en el centro histórico, uno en la confluencia de las calles San Nicolás y San Lorenzo, el conocido como Cantó Pinyó, ante la plaza de España, y el otro en la avenida País Valencià. Un tercero está en la calle Oliver, en Santa Rosa, mientras que los dos restantes se hallan en la Zona Norte, en la avenida Juan Gil-Albert y el polideportivo de Caramanxel. En el casco antiguo se implantarán tres de las nuevas estaciones de control, en las calles Casa Blanca y San Jaime y ante el IVAM CADA. Las demás se implantarán en El Camí (Zona Alta), la Rosaleda y la calle Espronceda, estas dos últimas en el Ensanche.
De esta forma, se obtendrán datos más precisos acerca de la calidad del aire en Alcoy, los cuales podrán consultare en tiempo real a través de la web de la Smart City, al igual que ya ocurre con lo que arrojan los sensores ya existentes. El hecho de que se incida en buena medida en el centro histórico obedece a que la iniciativa forma parte del proyecto de Zona de Bajas Emisiones aprobado hace algún tiempo. En este sentido, 28.800 euros del importe del contrato corren a cargo de ayudas a municipios que han desarrollado acciones de este tipo. En estos momentos está en marcha el proceso de adjudicación por parte del personal técnico del Ayuntamiento.
Junto con los seis sensores ambientales se instalarán otros seis acústicos y cuatro pantallas. Los datos obtenidos se enviarán cada 10-15 minutos a la página web de la Smart City, de manera que se vayan actualizando de manera continua. Fuentes municipales hacen hincapié en este sistema de control es necesario para la implantación de una Zona de Bajas Emisiones, de manera que se pueda hacer un seguimiento constante de los diferentes parámetros, para velar que se cumple en todo momento lo que marca la normativa. Ahora mismo hay también dos sensores de sonido, uno en la avenida País Valencià y el otro en la plaça de Dins, lugar donde es habitual que se registre una importante concentración de personas.
El vicealcalde, Jordi Martínez, insiste en que "como ya anunciamos, en una Zona de Bajas Emisiones es necesario tener un control con sensores ambientales que nos permitan actuar según el registro de los datos aportados". El edil defiende que la incorporación de estos seis nuevos sensores es "actuación más para tener una ciudad que reduce las emisiones y apuesta por la movilidad sostenible y saludable", y recalca la "total transparencia" que supone el hecho de que puedan verse en tiempo real.
