La Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) celebra este viernes y sábado en Alcoy la decimoquinta edición de su Jornada d'Onomàstica, que explora los fuertes vínculos existentes entre el excursionismo y la toponimia. A lo largo de diferentes ponencias y comunicaciones, expertos de diferentes ámbitos relacionados de una u otra forma con la actividad física al aire libre y el estudio de los nombres de lugar abordan cómo ambas temáticas han ido interactuando a lo largo del tiempo. Y muy especialmente, de qué manera eso ha contribuido a la divulgación de las denominaciones tradicionales de parajes, montañas, ríos, masías, corrales y otros accidentes geográficos y elementos del paisaje humano. La cita, que se desarrolla en la sede de la Universidad de Alicante (UA) en la Cámara de Comercio de Alcoy, concluirá con un recorrido por los alrededores de la ciudad.

La presidenta de la AVL, Verònica Cantó, fue la encargada de abrir la jornada, junto con el concejal de Transición Ecológica, Jordi Silvestre, y el presidente del Centre Excursionista d'Alcoi, Javier Villar. Este último destacó que "Alcoy está lleno de nombres característicos, como el Salt, Els Canalons o el Racó Bonaventura, donde el valenciano tiene mucho que decir, y nosotros hemos puesto de nuestra parte" en este sentido, haciendo énfasis en la difusión de esos topónimos. Además, resaltó "la unión entre el excursionismo y todo el vocabulario en torno a él". También Silvestre abundó en que esta actividad "pone en valor la toponimia, los nombres de nuestras sierras" que envuelven Alcoy y todo lo hay en ellas. El edil se felicitó de que "cada vez hay un mayor sentimiento de conocer los lugares por donde uno va, y eso supone un enriquecimiento" intelectual y emocional.

La presidenta de la AVL, Verònica Cantó, durante la inauguración del encuentro. LUCIO ABAD

En esa misma línea se pronunció Cantó al señalar que el excursionismo "suscita un gran interés y nos mueve la curiosidad". La presidenta de la entidad normativa se refirió a la relación entre las rutas a pie y la toponimia como un "festeig", el término que designa en valenciano una fructífera relación de pareja, y señaló que "viene de lejos". Según dijo, "nuestros paisajes tienen alma, nos hablan y hacen que los queramos". Por ello, defendió la importancia de organizar unas jornadas para conocer "qué ha aportado el excursionismo a la toponimia", e incluso qué lugares han comenzado a recibir una denominación en particular a raíz de ser frecuentados. "Divulgar la toponimia es una responsabilidad compartida", recalcó. Además, alabó el "valencianismo militante" que tradicionalmente ha caracterizado al excursionismo en estas comarcas.

La importancia de las grafías

La ponencia inaugural corrió a cargo del académico Jordi Colomina, quien abordó el "Cambio y continuidad en la toponimia y la antroponimia alcoyana", centrándose en cómo la grafía de los nombres de lugar puede ir variando con el tiempo, al igual que ocurre con las de nombres y apellidos. En este sentido, el experto analizó algunas de esas evoluciones en el caso de Alcoy y planteó una cuestión para la reflexión: en el caso de las grafías de apellidos que no son correctas desde el punto de vista normativo, fruto de una mala transcripción fonética o de una castellanización, ¿resulta oportuno "corregirlas"? A su juicio, "se puede plantear y se debe recomendar, pero no obligar", puesto que grafías a priori incorrectas, como Castañer en vez de Castanyer, o Torregrosa en vez de Torregrossa, "individualizan, y eso es algo bueno".

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Parte del público asistente. LUCIO ABAD

El caso de los topónimos es algo distinto. "También van evolucionando y deformándose", y eso en principio también es positivo en opinión de Colomina, porque si no se fueran asumiendo esos cambios "acabaríamos hablando en latín". Ahora bien, recalca que "lo que no se debe hacer es escribir un topónimo valenciano con grafía castellana", a diferencia de los apellidos.