Un trozo de la cornisa de una vivienda en la calle San Mauro número 13 de Alcoy se ha desprendido este domingo entorno a las 13 horas. Los restos de cascotes habrían caído a la vía pública y también al balcón de un residente.
El incidente no causó mayores incidentes ni heridos, ya que en ese momento nadie se encontraba paseando por las inmediaciones. Además, es una zona en la que se encuentran varios locales de hostelería que acostumbran a poner mesas en su exterior. De esa forma, el percance fue denunciado en las redes sociales por un vecino cuya casa colinda con la vivienda en la que se produjo el desprendimiento. Se trata de una vivienda antigua de propiedad municipal, según apuntan fuentes vecinales y ha podido confirmar este diario a través de la concejala de Vivienda y Patrimonio Municipal del Ayuntamiento de Alcoy, María Baca.
Asimismo, el inmueble se encuentran en una zona céntrica de Alcoy donde varios pisos han sido reformados para la entrada de estudiantes universitarios y particulares que deseen alquilar. Destacar que la zona fue acordonada y limpiada al cabo de una hora del suceso.
Programa de rehabilitación
Así, la edil de Vivienda, María Baca, ha indicado que el domicilio de San Mauro número 13 se encuentra dentro de la Estrategia EDUSI para la rehabilitación integral de viviendas en el centro de Alcoy: "La adjudicación quedó desierta, por lo que estamos pendientes de llevarla otra vez a concurso junto a la vivienda de calle La Sardina número 14. Nos tiene que llegar el proyecto de modificación de precio y licitar de nuevo ".
Este diario está pendiente de ampliar la información por parte de los técnicos municipales para saber si el edificio ha pasado las Inspecciones Técnicas correspondientes (ITES).
La Junta de Gobierno anunció en julio de 2021 la aprobación de dos proyectos que impulsarían la regeneración del centro de Alcoy con la rehabilitación de dos edificios, el de la calle San Mauro y el de la calle La Sardina respectivamente.
El consistorio notificaba que en el inmueble de San Mauro se habilitarían un total de cuatro viviendas de uso intergeneracional, es decir, destinadas a colectivos que tiene mayores dificultades, como son los menores de 35 años y los mayores de 65 años.
Mientras que en el edificio de la calle La Sardina, se habilitarían un total de nueve viviendas unipersonales, lo que supone que solo podrían ser alojadas por una única persona. En este caso, cada piso contaría con servicios básicos como cocina y aseo, pero además los vecinos dispondrían de espacios comunes.
