Cada núcleo de población, cada camino, cada montaña, cada río, cada finca, cada partida... tiene un nombre concreto. Una denominación oficial, otra a veces solo popular pero muy arraigada, pero no hay ningún rincón que permanezca sin su correspondiente forma de identificarla. La Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), encargada de fijar la toponimia de la Comunidad en virtud del Estatuto de Autonomía, tiene materializado el trabajo realizado durante dos décadas, desde su creación, en el Nomenclàtor Toponímic Valencià. Una obra que permite conocer cómo se llama cualquier lugar de Alicante, Valencia o Castellón y que es de libre acceso. Pero además, resulta indispensable dar difusión a esa labor a nivel local.

Para ello, la AVL comenzó a editar, también de manera casi simultánea a la propia creación de la institución, la colección "Toponímia dels pobles valencians", folletos en los que se recogen todos los topónimos de un municipio en particular, y que los muestran de manera sencilla y gráfica. Se han editado ya 263, es decir, casi la mitad de los 542 ayuntamientos de la Comunidad se encuentran inventariados, entre ellos muchos de la provincia de Alicante. Los últimos, correspondientes a diferentes localidades de l'Alcoià y El Comtat como Castalla, Penàguila, Gorga, Quatretondeta, Famorca o Beniarrés, se presentaron en la Jornada d'Onomàstica que la AVL realizó a mediados de este mes en Alcoy.

Maite Mollà, la técnico de la AVL responsable de esta colección de folletos, explica que estos documentos son "una de las aplicaciones" del Nomenclàtor, pero "poniendo el foco en el municipio, en lugar de quedarnos en el ámbito elitista o intelectual". En este sentido, señala que "los nombres de lugar de un determinado pueblo normalmente interesan a todo el mundo allí", por tratarse de elementos que definen espacios próximos, y con los que habitualmente existe un vínculo sentimental. "Son algo que identifica mucho, mueve emociones", recalca. Al mismo tiempo, es una forma de "establecer una conexión" entre la institución y los Ayuntamientos.

Algunos de los folletos toponímicos más recientes de la AVL. INFORMACIÓN

Cada folleto cuenta con listados de topónimos y tres mapas distintos del término municipal que los ubican. Su edición se hace en colaboración con el municipio correspondiente, de manera que "les pedimos su visto bueno" para corroborar, por ejemplo, si un topónimo recogido en la documentación se utiliza realmente y con qué forma. En cualquier caso, Mollà destaca que fruto de ese trabajo es que "el municipio hace suya esa toponimia" y, además, por lo general la edición de cada folleto suele encontrar una importante difusión. Los documentos se pueden adquirir en formato físico, pero en la web de la AVL son de libre consulta y descarga, lo que facilita de forma muy notable su acceso.

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Los folletos toponímicos de la AVL rompen además la falsa creencia de que la institución limita su trabajo a las zonas valencianohablantes de la Comunidad. En la colección hay ya un gran número de ejemplares dedicados a municipios de habla castellana; por ejemplo, entre los últimos que se han editado están los de Casas Altas y Puebla de San Miguel, en la comarca del Rincón de Ademuz. Algunas de las localidades castellanohablantes de la provincia de Alicante que cuentan ya con su folleto son Daya Vieja, Monforte del Cid y Pilar de la Horadada. Y obviamente, esos topónimos se recogen en su lengua propia.

Sobre esta cuestión, Mollà recuerda que la competencia delegada de la AVL abarca todo el territorio, y que "las localidades de la zona castellanohablante son igual de importantes". Además, destaca aspectos como "la influencia aragonesa en los topónimos, muy interesante y que no solo existe en el área donde se habla castellano", junto con las reminiscencias del valenciano que se habló en la Vega Baja y que quedan en muchos nombres de lugar. También incide en que a veces "las fronteras lingüísticas no son tan claras", como lo muestran hechos como que las hablas locales de Villena y Sax, localidades históricamente castellanas, tengan un gran número de valencianismos. "Todo enriquece", reitera.