La Corriola de Cocentaina, una exaltación de la hermandad

Miles de personas se dan cita en el paraje de la ermita de Santa Bárbara para participar de esta tradicional y singular fiesta, declarada de Interés Turístico Local

La Corriola de Cocentaina es una de esas celebraciones donde la hermandad con la familia, con los amigos, los conocidos y los convecinos en general prima por encima de todo. Un motivo para el encuentro en una jornada festiva que, además, se lleva a cabo de una manera muy singular en un paraje privilegiado como la ermita de Santa Bárbara y su entorno, desde el que se domina toda la villa condal y se puede adivinar, tras los pinos, la silueta del castillo. Un lugar que no pierde su toque bucólico ni siquiera con la presencia de varios miles de contestanos y otras personas vinculadas a la localidad cada 8 de diciembre, en esta fiesta tan característica, declarada de Interés Turístico Local.

En 2020 no pudo ser por la pandemia, y el año pasado hubo quien prefirió no acudir pese a tratarse de una fiesta al aire libre. Pero este jueves, el paraje se encontraba abarrotado y en un gran ambiente de fiesta. La "corriola" que da nombre a la celebración no es otra cosa de una rosca de pan candeal, que es costumbre comer junto a la ermita de Santa Bárbara, acompañada de una longaniza roja blanda. El origen de esta cita no está del todo claro, pero se remonta varios siglos atrás y se cree que guarda relación con otra fiesta parecida que se celebra en Tremp (Lleida) denominada la Suca, nombre con el que se conocía también a la festividad contestana hasta aproximadamente 1930.

Asistentes comiendo la típica rosca de pan con longaniza roja de esta fiesta.

Asistentes comiendo la típica rosca de pan con longaniza roja de esta fiesta. / LUCIO ABAD

La tradición era antaño subir al paraje el 4 de diciembre, día de Santa Bárbara, y para merendar, pero en las últimas décadas se ha consolidado su celebración el día 8 y por la mañana. Acuden familias enteras o grupos de amigos en pleno, tal y como explicaban a este periódico varios de los asistentes. "Aunque llueva, hay que venir. La tradición es la tradición". "Es algo único que hay que mantener". También es costumbre tocar la campana de la ermita, haciendo que no deje de repicar durante toda la jornada.

La mañana estuvo este jueves amenizada por el escritor y cuentacuentos Jordi Raül Verdú, quien explicó leyendas sobre Santa Bárbara y la "corriola" que da nombre a la fiesta desde época reciente, así como la hipótesis de que la celebración fuera probablemente "traída" por repobladores procedentes de la actual provincia de Lleida en la Edad Media, y de ahí sus grandes similitudes, incluso en el nombre, con la que tiene lugar en Tremp. Asimismo, la Muixeranga Penyeta Blanca de Cocentaina deleitó a los presentes con su espectáculo de torres humanas, con la compañía de la música de la Colla Mal Passet.

El escritor y cuentacuentos Jordi Raül Verdú durante su actuación.

El escritor y cuentacuentos Jordi Raül Verdú durante su actuación. / LUCIO ABAD

La alcaldesa de la localidad, Mireia Estepa, y los concejales de Cultura y Tradiciones, Ivan Jover y Paqui Ruiz, respectivamente, destacaron su satisfacción por la masiva afluencia de personas en esta Corriola ya sin restricciones tras la pandemia, y su alivio por que el tiempo fuera relativamente bueno. "Es una tradición muy arraigada y única", incidía la primera edil. Los asistentes pudieron, además, observar la reproducción que se ha instalado del retablo gótico de Santa Bárbara que se encontraba en el interior de la ermita, y que se trasladó en 1974 al Palau Comtal.