La ilusión de los Reyes Magos desborda Alcoy

Sus Majestades de Oriente recorren las calles de la ciudad dejando sus regalos, en medio de un ambiente multitudinario y cargado de emoción - La plaza de España se deshace en júbilo durante la Adoración al Niño

La ilusión de los Reyes Magos desborda Alcoy

Lucio Abad

Si la víspera ya es mágica, la velada del 5 de enero en Alcoy no puede más que serlo también, y con una intensidad mucho mayor. La Cabalgata de Reyes Magos de la ciudad es sinónimo de ilusión y emoción, y al mismo tiempo de tradición y de solemnidad. Y de encuentro, porque han sido miles las personas que se han dado cita este jueves para presenciar la más antigua de estas celebraciones que tienen lugar en España. Ni siquiera la pandemia pudo con ella hace dos años, pero esta vez, sin las restricciones que impuso entonces la crisis sanitaria y las limitaciones que todavía estaban vigentes al inicio de 2022, la afluencia ha sido absolutamente masiva.

La jornada ya había comenzado bien temprano con la estancia del séquito de Sus Majestades en el Campamento Real, descansando antes de marchar hacia el centro de Alcoy, y con la preparación de los paquetes, pero los momentos más ansiados llegarían por la tarde. Desde primera hora, las calles por donde discurre el recorrido han estado abarrotadas de público, que ha esperado pacientemente el momento en que pasara la comitiva de Melchor, Gaspar y Baltasar. Han vuelto imágenes de normalidad de las aceras atestadas de gente, de balcones llenos y de verdaderos ríos humanos dirigiéndose hacia el centro a través del puente de San Jorge o del Viaducto. No es para menos, ya que la ocasión lo merece. Pocos serán los alcoyanos que no sientan algo especial al ver aproximarse el séquito de Sus Majestades, de la misma forma que son muchos los visitantes que quieren ver este momento de cerca al menos una vez en la vida.

Los primeros timbales y trompetas ya hacían aflorar todas las emociones, pero la pasión se ha desatado definitivamente cuando los tres Reyes Magos, cada uno en su dromedario, han hecho aparición. El hecho de que no haya restricciones ha hecho posible retomar una acción muy sentida, la de tratar de lograr que los niños se acerquen a Sus Majestades y lleguen a tocarles, a sentir que lo que viven es real, a la par que regio. Una multitud de pequeños, acompañados por sus padres, se ha agolpado ante Melchor, Gaspar y Baltasar en cada una de sus paradas. Y también han vuelto los caramelos, haciendo que el recuerdo de este 5 de enero sea todavía más dulce. Pero lo más esperado era lo que venía detrás: los pajes que, provistos de sus características escaleras, comenzaban a subir a ventanas y balcones para ir repartiendo regalos.

Otra imagen simbólica de la Cabalgata de Alcoy que se ha podido ver este año con absoluta normalidad es la de una plaza de España absolutamente abarrotada para presenciar la Adoración, iluminada tan solo por el foco que unía a todos los personajes en un mismo haz. Los compases del Mesías de Haendel y los fuegos artificiales disparados desde la iglesia de Santa María han producido el júbilo colectivo, llevando a las cotas más altas las intensas emociones del momento. Los Reyes Magos han desplegado toda su magia, antes de seguir camino junto con todo su séquito, como cada 5 de enero desde 1885, para que a nadie le falte su regalo en esta noche tan especial.