Estima por los paqueteros reales de Ibi

El Ayuntamiento tendrá que desmontar la escultura instalada en 2021 para limpiarla tras sufrir un acto vandálico, condenado por una gran mayoría de vecinos

Acto vandálico contra el monumento a los paqueteros de los Reyes Mayos de Ibi

Lucio Abad

Polémica. El Ayuntamiento de Ibi tendrá que desmontar el monumento a los paqueteros de la Cabalgata de Reyes Magos debido a un acto vandálico en el que se pintaron de blanco las caras de los tres personajes representados. Para los autores, estas figuras reflejan una muestra de racismo, algo que no comparten la mayoría de los vecinos. No obstante, lo que de verdad ha generado rechazo ha sido la forma de expresar ese punto de vista.

La Cabalgata de Reyes Magos de Ibi cuenta entre sus personajes principales con los paqueteros reales, que son los encargados de llevar los juguetes a los domicilios de los niños, a menudo desde el exterior, utilizando para ello unas escaleras. Son una figura más que probablemente inspirada en los pajes de la Cabalgata de Alcoy -el influjo de la vecindad-, presentes desde la primera celebración de este acto en Ibi en 1931, y que, como ellos, visten de negro y llevan la cara pintada de este color, aunque sin marcar de rojo los labios. Y como ellos, suscitan un gran cariño entre la inmensa mayoría de la población. Y también, como ellos, este año se han vuelto envueltos en la controversia de si son una representación racista.

La publicación, el pasado 3 de enero, de un artículo al respecto en una publicación digital, empleando un tono muy agresivo, puso a los paqueteros reales de Ibi en el punto de mira. Días después, el monumento dedicado a estos personajes inaugurado en 2021 amaneció con pintadas de color rojo en su base, denunciando que los paqueteros son una muestra de "blackface", término empleado para definir la acción de pintarse la cara de negro para representar una figura que se considera ofensiva. Y además, las caras de las tres esculturas existentes en el monumento fueron pintadas de blanco.

Los mensajes alusivos al "blackface" y a la acusación de racismo fueron tapados con pintura amarilla de inmediato por las brigadas municipales, pero no se han podido reparar las esculturas. El Ayuntamiento de Ibi ha informado esta semana que el monumento tendrá que desmontarse para que una empresa especializada, que ya ha sido contratada, proceda a limpiar las figuras. El Consistorio, además, ha condenado el acto vandálico y ha confiado en que no se repita, "y mucho menos con un tema tan significativo y lleno de valor para Ibi". También ha lamentado la propagación de mensajes "sin fundamento" que "parten del desconocimiento y solo consiguen empañar los valores de un pueblo respetuoso y solidario".

Detalle del ataque sufrido por una de las esculturas.

Detalle del ataque sufrido por una de las esculturas. / INFORMACIÓN

Los paqueteros y las paqueteras reales son una figura muy querida por una inmensa mayoría de la población ibense, tal y como ha expresado públicamente el Ayuntamiento, y como han señalado a este periódico varios vecinos preguntados por esta cuestión. Los hechos han producido en general mucha indignación, al considerar que esa no es la forma adecuada de mostrar disconformidad con la existencia de los paqueteros o sus características. Entienden que se pueda plantear un debate sobre si estos personajes suponen una muestra de racismo y que se invite a reflexionar sobre posibles cambios, pero el rechazo hacia el ataque sufrido por el monumento es absoluto.

"Superhéroes, no esclavos"

Hay una lista de espera de años para ser paquetero real en Ibi, como señala José Manuel Guillem, vecino de la localidad cuyo hijo se ha interesado por ello. "Son una figura esencial y se les tiene mucho aprecio; para nada son algo despectivo", sentencia. Comparte este punto de vista Carlos Rodríguez, quien cree que "se puede estar de acuerdo con ellos o no, pero el gamberrismo no vale", añadiendo que "tengo 70 años y la ilusión de los niños de entonces eran los paqueteros, y lo sigue siendo ahora". Por su parte, Eduardo Agulló resume lo ocurrido como "una poca vergüenza", y Juan Sola señala, indignado, que "mejor es no haberlos visto cómo hacían las pintadas".

Entre los más jóvenes, la sensación es parecida. Una vecina de en torno a 30 años que prefiere no dar su nombre recalca que los paqueteros "están más cerca de ser superhéroes que esclavos" por la ilusión que producen a los niños, y que "una cosa es dar una opinión y otra hacer daño". También Marina Gómez incide en que "para nada son racismo los paqueteros", sino que, al contrario, "son algo histórico y para alguien de Ibi significan lo más", al tiempo que lamenta que "ahora el pueblo va a tener que cubrir los gastos" de reparar las esculturas.

Tampoco se siente violentado por los personajes de la Cabalgata ibense Miguel Varela, un vecino de la localidad originario de Cabo Verde. Afirma que "racismo es que no me quieran alquilar un piso por ser negro; atacar esto [en alusión al monumento] es más bien ignorancia o desinformación hacia lo que significa". En su opinión, profundizar en el sentido de los paqueteros "podría hacer entender por qué van de negro, conocer su historia y su esencia". Y reitera que "la gente tiene que entender el fondo de la cuestión".

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