La Diputación de Alicante ha puesto en marcha una línea de ayudas para las farmacias rurales por valor de 140.000 euros, dando así respuesta a una larga demanda del sector, tras dos años de negociaciones con el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Alicante (Cofa). La institución provincial se suma de esta forma a sus homólogas de Valencia y Castellón, que ya ofrecen desde hace algún tiempo subvenciones a las boticas ubicadas en pequeños núcleos de población, aunque el objeto de las bonificaciones no será en principio el mismo. La cuantía de la partida, eso sí, es más elevada que la que se ofrece en los demás territorios de la Comunidad Valenciana.

Las ayudas se aprobaron el pasado mes de julio y son extensivas a todas las farmacias ubicadas en localidades de menos de 1.500 habitantes, y no únicamente a las catalogadas como de viabilidad económica comprometida (VEC). Con ello, se atiende a otra reivindicación planteada por los profesionales, ya que el número de boticas consideradas VEC en la provincia es de 16, mientras que, con los datos más recientes del padrón en la mano, las situadas en poblaciones que no llegan a las 1.500 personas cerca de 60. Algunas de ellas se encuentran en entidades pertenecientes a municipios de mayor tamaño.

Un hombre pasa ante la farmacia de un municipio de la comarca de El Comtat. JUANI RUZ

Las subvenciones, tal y como se refleja en el texto oficial del acuerdo, dado a conocer por el Colegio Oficial de Farmacéuticos, pueden ser para dos conceptos distintos, cada uno con su propio montante. Uno de ellos es ayudar a sufragar la cuota de conectividad a la receta electrónica, para lo que se destinarán 38.868 euros, mientras que el otro es más amplio, ya que se refiere a actividades de formación o divulgación sociosanitaria que los farmacéuticos lleven a cabo con los vecinos de la población donde se encuentra la botica. Estas pueden ser desde cómo organizar un pastillero a charlas sobre prevención de enfermedades. Aquí, la cantidad a aportar es de 101.132 euros.

Justificación hasta el 31 de octubre

La iniciativa acordada entre la Diputación y el Cofa abarca las anualidades de 2023 y 2022, por lo que los boticarios pueden pedir la subvención de cualquier actividad como las mencionadas que hayan realizado desde el 1 de enero del año pasado. También pueden bonificarse a través de esta partida posibles gastos de personal que hayan tenido los farmacéuticos, o por la adquisición de material desechable para llevar a cabo alguna campaña. Eso sí, deben justificar el objeto de las subvenciones antes del próximo 31 de octubre.

El Cofa se muestra muy satisfecho con el acuerdo al que se ha llegado con la Diputación, después de un arduo trabajo de negociación con la institución provincial, tal y como señalan a este periódico fuentes de la entidad. Desde el Colegio Oficial inciden, además, en que se trata de una cuestión largamente demandada por unos profesionales que son "esenciales" en el aspecto sanitario en las localidades en donde trabajan, así como un servicio básico que contribuye a frenar la despoblación.

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Manuel Olivert, presidente de los farmacéuticos rurales de la provincia. LUCIO ABAD

Por su parte, el presidente de la Asociación de Farmacias Rurales de la Provincia de Alicante (Afarpa) y boticario de Benimassot, Manuel Olivert, también destaca su satisfacción por esta nueva línea de ayudas, "porque era algo que llevábamos mucho tiempo hablando y, además, han incluido a todas las boticas rurales". No obstante, lamenta que no se centren más en gastos fijos como el alquiler de locales, que en Valencia y Castellón sí se incluye entre los aspectos a bonificar. También considera un tanto apurado el plazo para justificar las actividades a subvencionar, máxime cuando queda todavía por definirlas de manera más concreta. Este aspecto, señala, se perfilará a lo largo de septiembre.