Guardianes de la biodiversidad en la provincia de Alicante: 200.000 plantas al año
La Generalitat dispone de tres viveros forestales en la provincia que nutren a las administraciones y empresas de todo tipo de especies para repoblaciones y parques naturales
Son guardianes de la biodiversidad en la provincia. Ante la necesidad de realizar una repoblación tras un incendio o una restauración medioambiental, o para mantener un parque natural, los tres viveros con los que cuenta la Conselleria de Medio Ambiente en Alicante son los que suministran, a la carta pero bajo pedido, las especies necesarias para llevar a cabo las actuaciones. Son centros de producción de planta forestal para mantener nuestros montes y ciudades. Son un manantial de riqueza natural y vida.
Estos viveros, ubicados en la Font Roja de Alcoy, en Camp de Mirra y Guardamar del Segura, producen unas 200.000 plantas al año. Y ofrecen además especies que no se suelen encontrar en viveros comerciales, y que en algunos casos sus encargos pueden tardar hasta tres años en germinar o ser viables para trasplantar, como es el caso por ejemplo del tejo o la sabina.
Las instalaciones, además, son una herramienta para combatir la desertización que impulsa el cambio climático, cuyos efectos sufren los propios viveros, con ciclos alterados en la germinación de las plantas como consecuencia de temperaturas que no son propias para épocas del año como otoño o invierno. Y también han visto como ha cambiado las condiciones climáticas, ya que antes no eran viables en Alcoy especies como el algarrobo, el lentisco y el palmito, y ahora con estas nuevas condiciones climáticas pueden prosperar.
Diana Fernández, técnico de la Conselleria de Medio Ambiente, ha destacado que dependiendo de las especies y la climatología de cada zona, se plantan unas especies u otras en cada vivero. El vivero de la Font Roja es el que menos número de plantas produce de los tres, pero esto se ve compensado por la variedad de especies que se cultivan.
Adaptación
Así, los viveros están distribuidos estratégicamente en la provincia con el fin de obtener plantas de diferentes procedencias, con requerimientos ecológicos compatibles con el sitio en el que se van a utilizar.
Fernández ha explicado que es muy importante hacer las repoblaciones lo más diversas posibles para que haya variedad de especies. Y ha apuntado que “hay que ir con cuidado con las plantas que se utilizan, ya que por ejemplo una planta del vivero de Guardamar del Segura que no está endurecida, no se puede plantar en la Font Roja, ya que esa planta sufrirá de manera brusca unas condiciones climáticas que requieren una adaptación progresiva”.
Por su parte el agente medioambiental Rafel Jordá ha manifestado que los viveros, además de tener plantas que no se suelen encontrar en los establecimientos comerciales, también tienen otras que son habituales, pero con la ventaja de garantizar la procedencia, para así poder repoblar las montañas de la zona con plantas, si no de km 0, sí de proximidad.
A este respecto, Fernández ha agregado que “hacemos muchas plantas que no hacen los viveros comerciales, por lo que no entramos en competencia con ellos”.
Paciencia
Y David Pérez, trabajador de la empresa Foresma, que gestiona las instalaciones del vivero de la Font Roja, ha recordado la paciencia con la que tienen que trabajar, ya que por ejemplo “una sabina tarda entre uno y tres años en germinar. No se puede dejar de cuidarlas durante todo este tiempo, hasta que se produzca la germinación, que depende de muchos factores que siempre son fáciles de controlar o de prever". Por ejemplo, con la temperatura de los últimos inviernos, cada vez más suaves, dificulta o directamente bloquea la germinación de determinadas especies, y en otros casos adelanta esta germinación, por lo que se ven obligados a protegerlas de los golpes puntuales de frío que puedan darse.
El vivero de la Font Roja funciona desde hace tiempo. Antes como “suministrador” de plantas para el parque, y desde 2017, cuando se incorporó a la red de viveros de la Generalitat, también para toda la provincia.
Las plantas que se producen en estos viveros forestales se emplean en repoblaciones de la conselleria, para parques naturales, actuaciones para recuperar zonas que han sufrido incendios o para el Día del Árbol, además de otros proyectos como el BioUp de Alcoy para renaturalizar la ciudad, o intervenciones de empresas para por ejemplo restaurar minas o canteras, en este caso con pinos sobre todo.
Recogida de semillas y cambio climático
Las plantas que ofrecen estos viveros cuentan con certificado y revisión fitosanitaria, recogiendo las semillas de zonas cercanas. Pero la sequía que azota la provincia por el cambio climático ha hecho que sea un año malo para encontrar semillas, que se tienen que buscar por la sierra y la falta de lluvias ha hecho que esta labor sea más difícil, según explica el agente medioambiental Rafel Jordá. Y es importante recoger esas semillas de zonas próximas, ya que no se puede recoger de cualquier sitio, para evitar la contaminación genética entre poblaciones de la misma especie.
Del mismo modo, se dan otras complicaciones, por poner un ejemplo, las carrascas de los montes de Alcoy no suelen dar semilla, por lo que se tiene que recurrir a las que crecen en zonas agrícolas y sus proximidades. En el caso de Font Roja una fuente de suministro son las carrascas de la cercana Vall de Polop y de Banyeres de Mariola.
El vivero Camp de Mirra está produciendo casi en exclusiva para el proyecto BioUp de Alcoy, una actuación del Ayuntamiento que necesita 60.000 plantas en dos años para renaturalizar la ciudad y su entorno. Y en 2023 el complejo de Guardamar sirvió 60.000 plantas para la repoblación de la sierra de Crevillent.
Nieve
En la Font Roja se da además la dificultad de la nieve, ya que en dos ocasiones una gran nevada ha destrozado el invernadero, por lo que tras la última se instaló un túnel de producción diseñado para soportar grandes nevadas.
Principales especies
Las principales especies que se cultivan en Guardamar, que cuenta con una superficie de 18.000 metros cuadrados y una producción de unos 120.000 ejemplares al año, son pino piñonero, pino carrasco, palmito, algarrobo, lentisco y especies propias de zonas húmedas y saladares del sur. En Camp de Mirra, que dispone de 6.000 metros cuadrados y una capacidad de 50.000 plantas anuales, las especies más cultivadas son especies de ribera y frondosas: álamo, sauces, roble valenciano y carrasca. Y en la Font Roja, con unos 2.000 metros cuadrados y unas 25.000 plantas anuales, las plantas más cultivadas son la carrasca, el madroño, y los árboles caducifolios del parque (arce, fresno, quejigo) y arbustos como el lentisco.
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