Un coloso de Europa de 430 años en el olvido
El Pantano de Tibi cumple 30 años como BIC con un uso agrícola casi residual y sin que se haya puesto en valor en enclave, mientras que el Ayuntamiento tramita un plan para aprovechar su enorme potencial turístico
Hace ya más de 30 años que fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC), pero languidece pese a tratarse de infraestructura colosal con más de 400 años de vida. Constituye la presa en funcionamiento más antigua de Europa, pero está infrautilizado. Su uso agrícola es residual, aunque expertos reclaman medidas para mejorar la calidad del agua para poder regar los campos.
Y su puesta en valor para aprovechar su enorme potencial cultural y turístico no acaba de llegar, por lo que su deterioro es cada vez mayor, víctima de vandalismo y la falta de ayudas públicas. Hace cinco años el Consell Valencià de Cultura (CVC) ya alertó de la necesidad de que las administraciones recuperaran un enclave único.
El Pantano de Tibi es propiedad de la Comunidad de Regantes Sindicato de Riegos de la Huerta de Alicante, con sede en Mutxamel, que no tiene medios para llevar a cabo una adecuación de las instalaciones para hacerlas visitables de forma segura. Se limita a duras penas a su mantenimiento.
Los regantes llevan años dispuestos a acordar un convenio para que la administración pública invierta y se pueda utilizar la presa de forma turística y cultural, conservando ellos el aprovechamiento de su caudal.
Por su parte el Ayuntamiento de Tibi tampoco tiene recursos económicos para asumir esta tarea, aunque tramita un plan especial de protección para regular los usos en su entorno, orientando su futuro hacia un turismo sostenible, como primer paso para sacarlo del olvido, y busca un acuerdo con los agricultores para su uso.
Expertos reclaman medidas para mejorar la calidad de sus aguas para su aprovechamiento en el campo
Esta infraestructura data de 1594 y fue durante varios siglos la presa más alta del mundo y un hito de la ingeniería civil. Está situada entre Tibi y Xixona, a caballo entre el río Verd, que recoge las aguas de la Foia de Castalla y acaba en el pantano, y el río Montnegre-Seco, que arranca bajo su pared de 46 metros de altura.
Gracias a ella floreció hace siglos la fértil Huerta de Alicante, pero ahora sus aguas tienen una elevada conductividad que impide su uso en muchos cultivos por su salinidad. Y además los lodos y arrastres que aterran la presa han reducido su capacidad de sus 3,7 hectómetros cúbicos originales a unos 2. Así, necesita un dragado y una rehabilitación urgente.
Por la calidad del agua su uso para riego se restringe a la zona más cercana, la de Montnegre, entre Xixona y Alicante, además de usarse una parte para cultivos de l'Alacantí -0,5 hm3 al año-- tras un proceso de desalación, después de que se pusiera en marcha en 2023 una pequeña desalobradora. Además, cuando hay lluvias abundantes, también se aprovecha el caudal, al mejorar la calidad de las aguas embalsadas. Y hay un caudal ecológico continuo que oscila entre los 20 y 30 litros por segundo.
Prioridad
Para el Ayuntamiento es prioritaria la recuperación de este paraje para destinarlo a uso turístico y medioambiental. Su alcalde José Candela ha explicado que están en proceso para aprobar el Plan Especial de Protección del Pantano de Tibi, que salió a exposición pública el pasado verano. Con este documento buscan ampliar la protección de la presa a su entorno, incluyendo la Casa del Pantanero, la zona de la Alcornia, la lengua del pantano... Así, Candela ha explicado que se regulan los usos que se pueden dar a los terrenos de su entorno, enfocados al turismo de naturaleza sostenible. Por ello se han suspendido licencias urbanísticas para sentar las bases de lo que se espera sea un gran atractivo natural, cultural y turístico.
El alcalde también ha señalado que tras las fiestas tienen previsto retomar los contactos con la Comunidad de Regantes, con el objetivo de cerrar un acuerdo para compartir las instalaciones y poner en valor la presa, de forma que el Consistorio pueda pedir subvenciones autonómicas, estatales y europeas para rehabilitar el pantano, acondicionar la zona y dragar el pantano para mejorar la calidad de sus aguas. Y los regantes seguir disponiendo de sus aguas.
Inviable para los regantes
Por su parte los regantes aseguran que para ellos no es viable económicamente que vuelva a funcionar a pleno rendimiento esta infraestructura, debido a las escasas precipitaciones, la salinidad de los caudales que llegan allí procedentes de las depuradoras de la Foia, el elevadísimo coste del dragado del pantano y el problema ambiental que supondrían esos lodos.
Y también, aunque se solucionara todo esto, al pasar el agua por el cauce del río Montnegre el caudal se volvería a salinizar por las características geológicas de la zona, según ha explicado el presidente de la Comunidad de Regantes, Francisco Vidal. Así, los agricultores apuestan por la desalación de las aguas residuales del área metropolitana de Alicante, contempladas en un proyecto de la Generalitat, denominado Vertido Cero, que no acaba de cristalizar.
Una zona peligrosa y vandalizada
Así, los agricultores también apuntan a que su futuro pasa por un uso cultural y turístico, que requiere inversiones y que les permita mantener el aprovechamiento de sus aguas. Hay carteles que prohíben el paso por el peligro que representa la zona por la falta de medidas de seguridad del recorrido hasta la pared, su subida por unas espectaculares pero vertiginosas escaleras talladas en la roca o la parte superior de la presa, sin vallas y su puente de madera podrido.
Además, el complejo sufre frecuentes actos de vandalismo, con roturas de candados, robos de elementos centenarios, destrozos... e incluso en la Casa del Pantanero, que fue rehabilitada hace más de una década y tuvo que ser tapiada para evitar la acción de los desaprensivos, sin que tenga actualmente un uso.
El presidente de los regantes ha recordado que han transmitido en numerosas ocasiones a las administraciones su predisposición a llegar a una acuerdo para que se ponga en valor en enclave, de forma de que los agricultores mantengan el aprovechamiento de sus aguas pero se pueda disfrutar como enclave turístico, cultural y natural.
"El problema de fondo es que es una infraestructura que está en el término de Tibi, con pocos recursos económicos. Y Xixona, por cuyo territorio también se extiende, tampoco dispone de muchos más. Y el que podría hacer algo es el de Alicante, que está aguas abajo", ha apuntado Vidal. Y es que el embalse era propiedad de Alicante, hasta que en el siglo XIX cedió la titularidad a los regantes, siendo conocido entonces como el Pantano de Alicante.
Ejemplo de Elche
Y pone en ejemplo Elche, donde la titularidad de su pantano también es de los regantes, pero a través de un convenio el Ayuntamiento ilicitano, con una capacidad económica mucho mayor que el de Tibi, ha puesto en valor la presa y la ha convertido en todo un eje turístico, cultural y medioambiental.
Del mismo modo también ha recordado que se planteó hace ya cuatro años del proyecto del corredor verde entre el pantano y la desembocadura en El Campello impulsado por la Diputación, pero "no sabemos nada desde hace dos años". El pasado octubre la Generalitat anunció que se adhería al proyecto, que prevé una inversión de 50 millones en acondicionar todo el cauce, a través de ayudas europeas. Pero el proyecto parece aún en un estado muy embrionario.
Una "vergüenza"
Por su parte el catedrático de Análisis Geográfico Regional y director del Laboratorio de Climatología de la UA, Jorge Olcina, señala que la necesidad de poner en valor en enclave, manteniendo su uso agrícola en las parcelas en las que aún se cultivan, "que son ya residuales", pero ya enfocando más su futuro al cultural y ambiental.
Así, destaca que "es una vergüenza, que ese pantano, que es el pantano más antiguo funcional que tenemos en España, no esté declarado con una figura de protección internacional. Se han hecho propuestas para declararlo Patrimonio de la Humanidad, junto con otros embalses de la provincia de Alicante, y por supuesto que merecería una figura de reconocimiento internacional, lo cual podría mejorar la situación de falta de inversión, sobre todo que tiene este embalse".
Mejora de la calidad de sus aguas
De cualquier forma, Olcina considera que es necesario, independiente de su uso, "un dragado porque los aterramientos de diferentes episodios de crecida han ido aterrándolo, por eso la capacidad real del embalse es mucho menor que la que señalan las estadísticas oficiales del embalse. Por tanto, requiere un dragado, una limpieza profunda".
Y luego "lo que hay que hacer es mejorar la calidad de depuración de las aguas que llegan al río Montnegre. Es decir, todas las entidades de depuración que hay en la Hoya de Castalla y que vierten aguas al propio río, que luego acaban en el embalse de Tibi, tienen que mejorar sus estaciones de depuración, depurar con altísima calidad. Sistemas terciarios y avanzados, que incluyen desalación, para evitar que llegue ningún resto de contaminación al embalse de Tibi".
Con esas mejoras "el agua podría volverse a utilizar. Es verdad que ya queda muy poco riego, por así decirlo, en lo que era la antigua Huerta de Alicante, Mutxamel, Sant Joan y el propio municipio de Alicante y un trozo de El Campello. En fin, es prácticamente residual. Pero sería una manera de incentivar la educación, tener una finalidad educativa de explicación del patrimonio cultural que teníamos aquí con el riego de la huerta, que utilizaba esas aguas. Todo eso convendría relanzarlo".
Inversiones
Olcina insiste en que "todo pasa por una mejora del propio pantano, una limpieza, ya que es una vergüenza como está el pantano, aguas abajo de la propia pared de la presa, con desechos, basuras de todo tipo, electrodomésticos que se han tirado allí. Y eso es una vergüenza, que no se limpie. Por tanto, es una concatenación de factores los que han llevado a la situación actual y se necesitaría inversión europea, del Estado y autonómica y local".
Así, una vez se haya dragado y limpiado, y mejorado la depuración de las aguas regeneradas que llegan allí, "hay que hacer un proyecto de explotación cultural de todo aquel entorno, porque es de los embalses más bonitos de España y antiguos. Y lo valoramos muy poco en general".
El Ayuntamiento de Tibi coincide en la necesidad de dragar el pantano para sacar de ellos los lodos y mejorar así la calidad de sus aguas, como parte de su puesta en valor, para lo que estudia cómo poder llevarlo a cabo.
Consell Valencià de Cultura
El pleno del Consell Valencià de Cultura aprobó en octubre de 2019 un informe en el que ya se advertía que "el pantano de Tibi sigue en activo, pero debido a la falta de medios adecuados para conservarlo apropiadamente (sobre todo en lo relativo a la limpieza de lodos, el tratamiento de las aguas y el cuidado del entorno) está condenado a un cese de actividad en un futuro no muy lejano y, en consecuencia, a un estado ulterior de ruina".
Así, concluía que "el pantano de Tibi tiene en la actualidad un uso muy limitado porque su propietario, la Comunidad de Regantes, solo tiene medios para realizar un mantenimiento mínimo, lo justo para dar el servicio de riego a sus agricultores, en una zona pequeña de cultivo. Con las medidas apropiadas (desalación de las aguas y limpieza de lodos), el pantano de Tibi podría volver a dar un servicio pleno de riego para las zonas de cultivo que aún hay en la comarca de l’Alacantí".
Y destacaba que "tiene un valor histórico indiscutible y, como BIC, merece que se hagan todos los esfuerzos posibles para su mantenimiento y conservación. Posee además un valor ambiental que podría ser aún mucho más importante si se cuidase adecuadamente su entorno. A ello habría que añadir un valor turístico, si se llevaran a cabo las iniciativas e infraestructuras precisas. Aunque es visitado con cierta frecuencia por excursionistas, el pantano carece de la accesibilidad y seguridad necesarias para atraer a los turistas amantes de la naturaleza. Turistas nacionales y extranjeros que, a buen seguro, quedarían asombrados por la enorme belleza del pantano".
Por ello recomendaba a la Conselleria de Cultura la elaboración de un Plan Director para el Pantano de Tibi. El mismo deberá recoger el análisis y diagnóstico del estado del inmueble, con un estudio documental histórico, arquitectónico, paisajístico y social; deberá así mismo recoger las propuestas de actuación para su recuperación, mantenimiento y puesta en valor; deberá contener igualmente el cronograma de actuaciones previstas y el presupuesto de la intervención en su totalidad y desglosado en sus diferentes fases".
El tiempo corre, sobre todo para una infraestructura que acaba de cumplir 430 años de existencia.
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