Alicante empieza a despedirse de las calderas de gas

Estos dispositivos que usan combustibles fósiles ya no se subvencionan en 2025 mientras que a partir de 2026 no se podrán instalar en edificios de nueva construcción, siendo el objetivo de la UE que desaparezcan en 2040

Alicante empieza a despedirse de las calderas de gas

Juani Ruz

La provincia de Alicante inicia en 2025 una lenta pero inexorable despedida de las calderas de gas natural. El objetivo de la Unión Europea es que desaparezcan en 2040, por lo que se ha activado un calendario, no exento de incertidumbres, sobre este tipo de dispositivos, dentro de los objetivos de mejora de eficiencia energética, ahorro y abandono de los combustibles fósiles.

Así, las subvenciones para sustituir este tipo de calderas por otras de gas más eficientes y seguras, de condensación, ya se han retirado en 2025 en la provincia, y en 2026 no se podrán instalar en edificios de nueva construcción. Esto está llevando a un auge del sector para la puesta en marcha de alternativas, que sí que reciben ayudas, como son la aerotermia o las placas solares térmicas, según han explicado desde la Federación de Empresarios del Metal de la Provincia de Alicante (Fempa).

Las calderas de gas ya no se van a poder instalar en edificios nuevos a partir de 2026

Las calderas de gas ya no se van a poder instalar en edificios nuevos a partir de 2026 / Juani Ruz

Así, un gran número de instaladores domésticos se están formando en otro tipo de instalaciones alternativas a la caldera de gas ciudad, generalizadas en las viviendas, sobre todo en las grandes ciudades, así como orientándose al sector industrial, donde la mejora en eficiencia y el ahorro en los costes son claves para la competitividad. Y eso se está notando mucho en la provincia de Alicante, con gran interés de los instaladores por esta nueva ola que se avecina, y que se une al boom de autoconsumo energético a través de placas solares.

Antonio Bernabeu, ingeniero responsable del área Técnico Industrial de Fempa, ha explicado que las ayudas específicas para las calderas ya se han terminado con la entrada de 2025, y aunque aún es posible acceder a subvenciones a través de programas de eficiencia energética, no es factible para instalar calderas de gas por las exigencias de ahorro que se piden, ya que es más factible optar por otras tecnologías.

Cambio progresivo

Eso sí, las calderas de gas no van a desaparecer ya de las casas ni va a ser necesario sustituirlas. Al menos por ahora. Aunque la normativa se encamina a una progresiva sustitución, con el horizonte de que en 2040 no se usen combustibles fósiles en las viviendas. Eso sí, falta por ver lo que pasará la próxima década para llegar a ese objetivo.

De cualquier forma, Bernabeu ha destacado que desde 2015 las calderas nuevas que se están ya instalando están preparadas para funcionar no solo con gas ciudad, sino con otras energías que sí que tiene futuro, como por ejemplo el biometano, recordando que el problema de las calderas no es su funcionamiento, sino su fuente de alimentación, por lo que siempre está la posibilidad de que se usen otras fuentes no fósiles o híbridas.

Butano

Lo que sí está en clara vía de desaparición son las calderas de gas butano, que aún siguen siendo usadas por miles de alicantinos, sobre todo en zonas rurales, y cuya instalación cada vez es más compleja por los requisitos de ventilación que se exigen, según han destacado desde Fempa.

Una instalación de placas solares térmicas para calentar el agua en Alcoy

Una instalación de placas solares térmicas para calentar el agua en Alcoy / Juani Ruz

De cualquier forma, hay mucha incertidumbre sobre la aplicación de esta directiva de eficiencia energética por parte del Gobierno, y de cómo puede evolucionar en los próximos años, ante la inestabilidad política que vive Europa.

Para 2040 está previsto que esté completamente prohibida la instalación y uso de calderas que funcionen con gas natural, carbón o gasóleo en todas las viviendas de España. Y en esta transición hay opciones alternativas cada vez más populares, como la aerotermia, las bombas de calor, la energía solar térmica y las calderas híbridas para reemplazar las calderas de combustibles fósiles.

Cambiar combustibles fósiles por fuentes de energía renovables

Por otra parte, desde empresas como Repsol ha recordado que esta nuevo normativa europea no prohíbe las calderas de gas: "Según lo que se explica en esta directiva, no se habla de la sustitución de calderas de gas por bombas de calor, ni de la prohibición del uso de las mismas. La tecnología que se utiliza no determina la contaminación que se produce. Lo que sí debe cambiar es el uso de combustibles fósiles por fuentes de energía renovables".

Así, el Gobierno de España debe determinar qué es lo que se considera como combustible fósil y cuál es el porcentaje de CO₂ producido por un combustible para considerarse como fuente de energía renovable.

Del mismo modo, la compañía ha recordado que "ya existen opciones de combustibles renovables, como puede ser el biopropano, que pueden utilizarse en las calderas de gas (son completamente compatibles) y que entran dentro de esta regulación, incluyendo las directrices que se marcan para el año 2040. Además, con la evolución tecnológica y la investigación es muy probable que se encuentren nuevas fuentes de energía renovables para sustituir a estos combustibles origen fósil".

Las calderas de gas, un elemento cotidiano de las casas, se espera que desaparezcan en 2040

Las calderas de gas, un elemento cotidiano de las casas, se espera que desaparezcan en 2040 / Juani Ruz

Y ha apuntado que "el cambio de calderas de gas por bombas de calor no supondría una transición energética justa e inclusiva para los hogares. El coste de sustitución a esta nueva tecnología es extremadamente alto, entre 11.000 y 24.000 € dependiendo de los cambios en la instalación y los metros de la vivienda. Este es un gasto inasumible para muchos hogares y familias.

Además, ha añadido que "aunque en la instalación de nuevos edificios, se abogue por sistemas de aerotermia y bombas de calor para la calefacción, la realidad es que las calderas de gas están lejos de desaparecer. Se utilizarán otro tipo de combustibles menos contaminantes, para adaptarlos a las nuevas directrices impuestas. No existe una sola forma para llegar a la descarbonización de la calefacción de los hogares. Frente a las soluciones eléctricas que erróneamente se han propuesto como única solución, se encuentran nuevos gases renovables, como el mencionado propano, biometano o el hidrógeno renovable".  

Certificado de Ahorro Energético

Por otra parte, desde Fempa han destacado la utilidad del Certificado de Ahorro Energético (CAE), que permite a grandes consumidores como empresas o grandes edificios un ahorro importante. Y pone un ejemplo reciente, en el que una empresa ha cambiado la caldera por un sistema de aerotermia, con un coste de 90.000 euros, que ha recuperado en dos meses, ya que la reducción en el consumo que ha logrado es recompensada después por las empresas energéticas, ya que están obligadas a alcanzar un ahorro al año.

El CAE es un documento electrónico que garantiza que, tras llevar a cabo una actuación de eficiencia energética, se ha conseguido un nuevo ahorro de energía final equivalente a 1 kWh. De esta forma, si se acomete una actuación que implica un nuevo ahorro anual de 500 kWh, se podrán obtener 500 CAE.

Este instrumento permite monetizar los ahorros energéticos, recuperando parte del coste de las inversiones en eficiencia energética (cambio de iluminación, mejora del aislamiento térmico, renovación de equipos industriales o domésticos, etc.), ya que el usuario final podrá recibir una contraprestación si vende los ahorros obtenidos para su posterior certificación mediante el Sistema de CAE.

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