"Bares de guardia" contra la despoblación en el interior de Alicante
Los bares de ocho pequeñas poblaciones de la Vall de Seta se unen para coordinar sus horarios y evitar que esta zona de El Comtat se quede sin un servicio que es vital tanto para sus habitantes como para trabajadores y visitantes

Juani Ruz
Si hay farmacias de guardia, por qué no "bares de guardia". Nueve restaurantes de la Vall de Seta, con el apoyo de los ayuntamientos, se han unido para impulsar un horario semanal que garantice el servicio en el corazón rural de El Comtat. Todo, con el trasfondo de la despoblación y de un elemento, los bares, que se erigen en estas pequeñas poblaciones de entre 40 y 300 habitantes en el punto de socialización y vida. Y cuyo cierre, se convierte en un drama.
Los sábados y domingos los bares se llenan y están todos abiertos, pero entre semana es otra cosa. Sobrevivir es complicado, y para la gente que trabaja en la zona, el saber que van a poder tomarse un café o almorzar, o para turistas, es una bendición esta iniciativa.
Se trata de nueve restaurantes de ocho localidades, que suman poco más de 1.000 habitantes. Para una de estas poblaciones el cierre de su bar sería el golpe de gracia para su futuro, y con esta iniciativa buscan colaborar y mejorar un servicio para poder subsistir.
Son los locales de Balones, Benimassot, Fageca, Famorca, Gorga, Millena, Quatretondeta (2 bares) y Tollos. Desde navidad está disponible este horario, cuyo diseño gráfico ha corrido a cargo del Ayuntamiento de Fageca, en redes sociales y en algunos de los restaurantes, para que los clientes sepan, sobre todo entre el lunes y el miércoles, qué locales están abiertos y su horario, si tienen servicio todo el día o cierran ya por la tarde.
Una aventura
A principios de semana es cuando los bares libran, uno o dos días. Y con esta iniciativa se garantiza que siempre hay varios locales abiertos, detallando el horario y teléfonos, lo que es mucha ayuda para obreros, agricultores, apicultores, fontaneros, electricistas… así como para los propios vecinos y visitantes que tengan la suerte de poder acudir a la Vall de Seta entre semana. Así, encontrar un restaurante deja de ser una "aventura" gracias a "bares de guardia".
Estos bares son auténticos centros sociales donde late la vida de estos pequeños pueblos, que van desde los 38 habitantes censados de Tollos o los 44 de Famorca, hasta los 284 de Gorga o los 249 de Millena. Está también Benimassot (96 habitantes), Fageca (100), Balones (131), Quatretondeta (134).
El alcalde de Fageca, Ismael Vidal, ha explicado que hace años ya planteó esta idea, y ha sido ahora cuando se ha materializado, siendo el propio Ayuntamiento el que se ha encargado del diseño del cartel, que se cambiará cuando haya modificaciones de horarios, o también para el verano, cuando se amplían los mismos por la campaña estival, por turistas, segundas residencias, etc.
Coordinación a coste cero
Vidal ha señalado que “aprovechamos un recurso que tenemos, el bar del pueblo, para ponerlo en valor y coordinarlo". Así, ha destacado que “hemos querido trasladar el concepto de farmacia de guardia a los bares, que es una necesidad de los municipios. Así pueden saber cuándo abren, o si a dos kilómetros tienen un bar abierto para tomarse un café caliente o un almuerzo o comida, sobre todo en invierno”, ya que el verano la actividad aumenta y hay más opciones al ampliar horarios.
“Mucha gente se quejaba de que estaba cerrado el bar y no sabían dónde ir, y así ahora saben que en el pueblo de al lado tiene uno abierto. Y está funcionando muy bien, con un coste cero, que evita perder clientela por el desconocimiento de lo que hay abierto”, ha agregado Vidal.
El responsable del bar de Gorga, Manuel Esquembre, ha apuntado que con esta iniciativa procuran que siempre haya servicio en la Vall de Seta, para lo que también se pone de acuerdo con las vacaciones. “El cierre de un bar es un drama para un pueblo pequeño, porque es su centro neurálgico”. Por eso "el tema es organizarnos y llegar a un acuerdo para que la Vall de Seta no se quede sin servicio, que siempre haya algún bar abierto, para la gente que visita esta zona tan bonita. Para que puedan almorzar y disfrutar de esta zona”, destacando que “del campo cada vez se vive menos, y el futuro, por lo que tenemos, tiene que ser turístico”.
Más servicios
Por ello ha insistido en la necesidad de dar facilidades a la gente para que pueda volver a los pueblos, y “ampliar servicios, que faltan muchos", aunque ha recordado la calidad de vida que se tiene en esta zona, en medio de naturaleza.
Alba Llodrà, del bar l’Om de Fageca, ha recordado que “la idea surgió en una reunión de asociaciones de empresarios, políticos… hablamos de las necesidades de los pueblos y el alcalde dijo de hacerlo, y todos estuvieron de acuerdo”. Llodrà, que tiene el cartel con los horarios en la entrada, señala que así si viene un cliente y está cerrado, puede ver dónde puede ir. “Nunca sabías los horarios de los otros bares, y tampoco sabías a dónde enviar a algún cliente que no podías atender. Ahora con esto sí que sabemos quién abre y su horario”.
Rolando Pérez, del restaurante Ca Canyares de Quatretondeta, ha recordado que “hacer horarios, siempre está bien para que la gente tenga un servicio”, pero es muy pesimista con el futuro de la restauración en las localidades pequeñas, ya que la despoblación “al final acabará con todos los negocios. Esto llega ya tarde”.
Susana Reig, vecina de Quatretondeta, ha explicado que “me parece muy bien la iniciativa para los pueblos pequeños. Tener un calendario donde se puedan orientar los que vienen está muy bien y es una ventaja".
Una bendición para los trabajadores
Iván Salvador, apicultor que viene a la zona desde Montroi (Valencia), ha celebrado la medida ya que "alguna vez nos hemos encontrado todos los bares cerrados un lunes, y así tiene asegurado poder almorzar en algún sitio".
José Luis Palacios, de Alcoy, viene también a trabajar a la zona y destaca que "está muy bien saber qué bares están abiertos para poder tomarte un café, y saber sus horarios". Y Roberto Aracil, Joaquín Domenech y Silverio Martínez, vecinos de la zona, han destacado que dependiendo del bar que está abierto, se desplazando "un día a Balones o Millena, otro a Gorga... La medida está muy bien sobre todo para la gente que viene a trabajar o de turismo a la Vall de Seta".
Por su parte el alcalde de Quatretondeta, Alejandro Montava, ha señalado que desde el Ayuntamiento han impulsado en la localidad esta iniciativa, recordando que “las poblaciones de montaña del interior de Alicante, donde a veces no llegan a 100 habitantes, los bares juegan un papel esencial. No son solo un lugar donde tomar un café o una cerveza, sino que funcionan como auténticos centros de reunión, espacios de cohesión social donde vecinos y visitantes comparten momentos, noticias y tradiciones”.
Único punto de encuentro
Así, “para los habitantes, el bar es muchas veces el único punto de encuentro, un lugar donde romper la monotonía diaria, debatir sobre el día a día del pueblo o simplemente disfrutar de la compañía de los demás. Su importancia va más allá del ocio: en muchas ocasiones, es también un sitio donde se organizan eventos, reuniones o incluso se realizan pequeñas compras cuando no hay tiendas cercanas”, de ahí la importancia de que siempre haya alguno abierto y se sepan sus horarios, ha recordado Montava.
Además, “estos bares tienen un papel clave en la conservación y difusión de la gastronomía local. Platos como el arroz al horno, las olletas o embutidos artesanales encuentran en ellos su mejor escaparate. Para los turistas que llegan buscando autenticidad, estos establecimientos son la mejor forma de conocer la riqueza culinaria y cultural de la zona”.
Y ha agregado que “en un contexto de despoblación rural, la supervivencia de estos bares no solo mantiene viva la esencia del pueblo, sino que también ayuda a dinamizar la economía local y a hacer que el visitante se lleve un pedazo de la historia y el sabor de Alicante interior en cada visita”.
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