"Bienvenidos a casa": José y Antonio vuelven con los suyos tras 80 años en una fosa

El salón de plenos del Ayuntamiento de Alcoy acoge un acto cargado de memoria, en el que se han entregado urnas con los restos de dos alcoyanos asesinados por la represión franquista a sus familias

José y Antonio vuelven con los suyos tras 80 años en una fosa

Sara Rodríguez

Emoción desbordada este domingo en el salón de plenos de Alcoy. Tras más de 80 años de incertidumbre, silencio y espera, las familias de José Sanchis Gracia y Antonio Barber Moltó han recibido por fin los restos de sus seres queridos, localizados en una fosa común del cementerio de Alicante. Ellos fueron dos vecinos de Alcoy asesinados por el franquismo tras un consejo de guerra "injusto y sin garantías". El acto, cargado de simbolismo y memoria, contó con las palabras de dos de sus nietos, Gemma Sanchis y Mario Pla Barber, quienes se dirigieron directamente a sus yayos con un emotivo: "Bienvenidos a casa".

José Sanchis Gracia, mecánico y militante de la UGT y del Partido Socialista, formó parte del Comité Revolucionario de Alcoy y fue teniente del ejército republicano. Fue condenado a muerte y ejecutado el 28 de enero de 1941, con tan solo 36 años. Antonio Barber Moltó, de 32 años, trabajador textil y miembro de la CNT, fue también fusilado por haber defendido la República y por haber luchado contra el fascismo. Este domingo sus familiares han podido "devolver la dignidad" a ambos, recordando a dos hombres que murieron por "defender la libertad". 

Por parte de José Sanchis Gracia acudieron al acto su hija, de 90 años, seis nietos y otros familiares. En representación de Antonio Barber Moltó asistió su nieto, acompañado también de allegados.

La hija de José Sanchis Gracia, a la izquierda, presente en el acto.

La hija de José Sanchis Gracia, a la izquierda, presente en el acto. / S. Rodríguez

Jordi Sanchis, nieto de José, definió el momento como una "reparación justa", y recordó cómo durante su infancia su padre apenas hablaba de su abuelo. "También él sufrió las consecuencias por ser hijo de quien era", explicó. El silencio en casa, reconoció, fue una forma de protección.

Su hermana, Gemma Sanchis, tomó la palabra para leer un emotivo texto en homenaje a su abuelo: "Mi yayo ha sido toda la vida un fantasma para nosotros, ausente y presente a la vez. Nadie nos hablaba de él, no sabíamos dónde estaban sus restos… podéis imaginar lo que eso supone para la dignidad de una familia", expresó con la voz entrecortada.

Gemma recordó que su abuelo "descansaba" en la fosa común "con otras diecisiete personas más", y que fue un hombre comprometido con la libertad. "En 1941 no quiso marcharse, porque había defendido un gobierno legítimo salido de las urnas", añadió.

Mario Pla Barber, nieto de Antonio, también ha vivido su propia cruzada personal para poder, por fin, tener este domingo a su abuelo con él. Desde que era niño preguntaba con insistencia a su abuela por qué su yayo no tenía una lápida en el cementerio. Pero esas preguntas nunca obtuvieron respuesta ni de su madre ni de su abuela, a quienes quiso rendir homenaje durante el acto como "mujeres republicanas que también sufrieron la represión franquista", dejando un ramo en recuerdo a las Trece Rosas. Ya en la edad adulta, Mario emprendió por su cuenta el camino de la memoria, decidido a recuperar los restos de su abuelo. Su búsqueda lo llevó hasta una fosa común en el cementerio de Alicante. "Lo que quería era traer a mi abuelo a casa, poder devolverle la dignidad".

"Erán números"

Jorge García, el arqueólogo responsable de la excavación en la fosa común del cementerio de Alicante donde fueron hallados los restos de José y Antonio, también intervino durante el acto. "Hoy es un día muy feliz para nosotros, este es el culmen de todo el trabajo", afirmó. "Siempre deseamos que llegue este momento: poder entregar los restos a sus familias. Detrás de cada cuerpo hay una historia".

García contó que durante los trabajos de identificación, los restos de José y Antonio eran simplemente los números 4.040 y 4.150. "Pero ahora tienen nombre, historia y, sobre todo, tienen familia que los recuerda. Aún quedan más de cien números esperando en el laboratorio. Nuestra labor no termina hasta que todos puedan volver a casa y recuperar la dignidad que les fue arrebatada". En este sentido, durante la ceremonia se apeló por "seguir defendiendo la cultura" y "hacer oposición" contra el odio, ya que "sin memoria no somos nada".

El alcalde de Alcoy, Toni Francés, fue el encargado de cerrar el acto, tildandolo de "difícil" pero "absolutamente necesario" para contribuir a la "recuperación de la memoria" de dos alcoyanos como Antonio Barber Moltó y José Sanchis Gracia. Además, durante la ceremonia de entrega de los restos, tanto las familias de los represaliados como los representantes municipales destacaron la labor de la Asociación de Familiares de Represaliados por el Franquismo en el Cementerio de Alicante, cuya ardua tarea ha sido clave para la recuperación de decenas de cuerpos enterrados en fosas comunes.

En el acto estuvieron presentes María José Pérez Galant, presidenta de la Asociación de Familiares de Represaliados por el Franquismo en el Cementerio de Alicante; Óscar Presa González, fiscal delegado de Derechos Humanos y Memoria Democrática en la Fiscalía Provincial de Alicante; la diputada nacional, Patricia Blanquer (PSOE); el alcalde de Alcoy, Toni Francés (PSOE); el vicealcalde, Álex Cerradelo (Compromís); así como miembros de la corporación municipal de los grupos PSOE, Compromís y Guanyar. Destacó, sin embargo, la ausencia de representantes del PP y Vox.

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