Monti se jubila de su histórico quiosco en Ibi

Francisco Montilla traspasa la librería más antigua de la ciudad tras 58 años de negocio familiar en el Mercado de Abastos

Francisco Montilla "Monti", en su quiosco, que lo ha dejado tras 58 años de negocio familiar

Francisco Montilla "Monti", en su quiosco, que lo ha dejado tras 58 años de negocio familiar / INFORMACIÓN

Jose A. Rico

Jose A. Rico

"Monti" deja su histórico quiosco de Ibi. Francisco Montilla, dueño hasta la pasada semana de la librería papelería Depapel, en el Mercado de Abastos de Ibi, ha traspasado el negocio familiar tras 58 años. Después de cuatro décadas al frente del quiosco que abrieron sus padres, se retira, y ha dejado la papelería en manos de los gemelos Ángel y Miguel Asensi, que continúan con esta tradicional papelería desde el pasado 29 de mayo.

"Cuando se hizo el Mercado Central de Abastos en 1967 mis padres se quedaron con una parada. Yo me he criado detrás del mostrador, y fue en 1985 cuando ya cogí las riendas del negocio"

Francisco Montilla

— Librero

Montilla se muestra emocionado por poner fin a casi 60 años de negocio familiar, y espera jubilarse a finales de año, ya que ahora va a seguir con otras actividades. Fueron sus padres los que pusieron en marcha el quiosco en el mercado en 1967, cuando él era solo un niño.

"Cuando se hizo el Mercado Central de Abastos en 1967 mis padres se quedaron con una parada. Yo me he criado detrás del mostrador, y fue en 1985 cuando ya cogí las riendas del negocio", ha explicado.

Fina Verdú, esposa de "Monti", durante el Día del Libro en la papelería

Fina Verdú, esposa de "Monti", durante el Día del Libro en la papelería / INFORMACIÓN

Así, ha vivido su primera etapa, cuando solo tenía acceso desde dentro del mercado, como su segundo periodo, cuando tras la reforma del recinto pasó a contar desde 2001 con acceso desde dentro y también desde la calle.

"Mis padres empezaron como prensa, revistas y papelería, y yo llegué ya a abrir una segunda papelería durante 22 años, de la que mi mujer, Fina Verdú, era la titular", pero el corazón del negocio seguía en el mercado. Así, ha visto la época dorada de los quioscos, con innumerables revistas y coleccionables que inundaban sus estanterías, así como su declive y desaparición de una interminable lista de publicaciones.

Francisco Montilla con los gemelos Ángel y Miguel Asensi, que se han quedado con el negocio

Francisco Montilla con los gemelos Ángel y Miguel Asensi, que se han quedado con el negocio / INFORMACIÓN

Otros nichos

Y ya con la crisis de 2008, empezó a diversificar el negocio, ya que "la papelería y los libros los tocaba poco", y empezó a adentrarse en esos dos mundos, lo que le permitió mantenerse a flote, hasta el punto de que los libros se han convertido en uno de sus puntos más fuertes.

"Contacté con distribuidoras de libros que te servían en 24 horas, tal y como hace Amazon, y logré realizar un gran trabajo con las novedades... además también vendía bolsas de plástico para congelar, durante la primera época de moda también vapeadores...". Y es que siempre ha estado atento a nuevos nichos. Y trabajando todos los días, ya que abría también los sábados y los domingos por las mañanas: "El lector de prensa es muy particular. No puede estar ni un día su el periódico. Es muy exigente", ha apuntado.

"Monti" con su madre en el quiosco, en una foto antigua

"Monti" con su madre en el quiosco, en una foto antigua / INFORMACIÓN

Y ahora, a sus 63 años, ha vendido el negocio. Una librería muy codiciada. "Uno no valora muy bien su negocio cuando está dentro, y la verdad no pensaba que iba a poder venderlo con esta facilidad. En cinco meses ha habido 14 personas que se han interesado por quedárselo. La verdad es que tiene muy buena ubicación y es el quiosco más antiguo que queda, el quiosco de toda la vida".

El quiosco antes de la reforma del mercado que se realizó en 2001

El quiosco antes de la reforma del mercado que se realizó en 2001 / INFORMACIÓN

Y también ha querido destacar el apoyo de su mujer, que aunque ella no ha estado normalmente detrás del mostrador, salvo los 22 años de la segunda papelería: "Mi esposa me apoyó incondicionalmente y también tiene gran mérito en mi trayectoria. Sin ella se me hubiese complicado tirar hacia adelante en los momentos duros del negocio". Ahora, a sus 63 años y tras 40 años al frente de la librería, emprende un nuevo camino hacia una merecida jubilación.

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