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Entrevista | Rafael Tamames Empresario y tecnólogo experto en la IA

Rafael Tamames: "Igual que no prohibimos los coches porque puedan provocar accidentes, no debemos frenar la IA porque alguien pueda usarla mal"

El experto el inteligencia artificial inaugura el próximo miércoles en Ibi el Congreso "Innovar hoy para liderar el mañana"

El tecnólogo Rafael Tamames

DeepSeek, la IA china que compite con Chat GPT / INFORMACIÓN

Jose A. Rico

Jose A. Rico

El tecnólogo Rafa Tamames (1981, Madrid) visitará el próximo miércoles la provincia de Alicante para ofrecer la ponencia inaugural del VII Congreso "Innovar hoy para liderar el mañana" en Ibi, bajo el título "La IA: todo lo que es bueno, incluido el empleo".

Este empresario y experto en inteligencia artificial y emprendimiento es un reconocido conferenciante que busca ofrecer una perspectiva innovadora sobre el impacto real de la tecnología en la sociedad y el empleo. Autor de varios libros, ha sido incluido entre los 100 principales conferenciantes de España en los últimos cinco años por la consultora Thinking Heads

Es evidente que para usted la IA es una esperanza, no una amenaza. ¿Por qué?

La IA es una herramienta al servicio de las personas, no un actor con voluntad propia. En manos libres y responsables, amplifica la creatividad y la productividad humana. Es una extensión del conocimiento descentralizado del que hablaba Hayek: millones de decisiones individuales, mejor informadas, que generan progreso.

"El principal problema de la IA no es tecnológico, sino humano y organizativo. Falta formación, mentalidad emprendedora y cultura de adaptación"

Rafael Tamames

— Tecnólogo

Cuando se usa bien, reduce costes operativos, libera talento de tareas repetitivas y permite concentrar esfuerzos en la innovación y el valor añadido. Lo que convierte a la IA en una esperanza no es la tecnología en sí, sino la capacidad de las personas y las empresas para aprovecharla libremente y multiplicar su potencial competitivo.

¿Qué destacaría como la mejor virtud y el principal problema de la IA?

La mejor virtud de la IA es su capacidad de escalar el conocimiento y democratizar la información. Acelera el aprendizaje, optimiza procesos y permite decisiones basadas en datos sin depender de estructuras centralizadas. Esto tiene un profundo sentido liberal: el conocimiento deja de concentrarse en pocos y pasa a estar distribuido entre muchos.

"La regulación previa a la innovación es el error clásico del intervencionismo: intentar planificar lo desconocido. Regular por anticipado no protege, sino que frena el progreso"

Rafael Tamames

— Tecnólogo

Y el principal problema no es tecnológico, sino humano y organizativo. Falta formación, mentalidad emprendedora y cultura de adaptación. Cuando las personas no se preparan para integrar estas herramientas, surgen los malos usos, los sesgos y la desconfianza. La tecnología funciona; lo que falla a menudo es nuestra disposición a asumir la responsabilidad de aprender a usarla.

¿Por qué mantiene que llevar a cabo una regulación específica de la IA, como ha anunciado la Comisión Europea, es un error?

La regulación previa a la innovación es el error clásico del intervencionismo: intentar planificar lo desconocido. Regular por anticipado no protege, sino que frena el progreso. La mejor regulación es la que emerge del propio mercado, a través de buenas prácticas, auditorías voluntarias y estándares sectoriales creados por quienes entienden la tecnología en la práctica.

"La IA empodera al ciudadano frente a la burocracia y la rigidez institucional. Cuanto más se extienda su uso individual, más difícil será para cualquier sistema centralizado imponer su control o limitar la iniciativa"

Rafael Tamames

— Tecnólogo

El exceso normativo no genera confianza, sino rigidez. Las leyes deberían centrarse en el riesgo real por uso, no en la mera capacidad técnica. La innovación florece en entornos libres, donde la responsabilidad individual y la competencia sana impulsan la calidad y la seguridad más que cualquier decreto.

El problema de los suicidios "asistidos" por la IA

Hay gente que habla ya más con la IA que con sus amigos y familiares, y se están dando casos de suicidios “aconsejados” por su “chatbot”. ¿Qué se puede hacer?

Son casos graves que deben abordarse con realismo y responsabilidad. La IA puede fallar, y la responsabilidad última siempre debe recaer en el ser humano. En situaciones de riesgo, los profesionales de salud mental son quienes deben intervenir.

Los proveedores, por su parte, deben implementar protocolos para detectar señales de peligro y derivar a servicios humanos. Pero no debemos caer en la tentación de demonizar la tecnología: la solución pasa por más responsabilidad individual y transparencia, no por censura o miedo.

Todo depende de cómo se use la tecnología, pero ¿no cree que habría que poner algunas barreras?

Las únicas barreras razonables son las que derivan de la responsabilidad individual ante un daño concreto, no del miedo abstracto al progreso. Igual que no prohibimos los coches porque puedan provocar accidentes, no debemos frenar la IA porque alguien pueda usarla mal.

Archivo - Imagen de recurso de inteligencia artificial (IA).

La nuevas tecnologías y la inteligencia artificial está revolucionando todos los sectores / SOPRA STERIA - Archivo

Lo importante es que cada acto, empresa, programador, usuario, asuma las consecuencias de su uso. Las reglas deben aplicarse según el riesgo de la aplicación, no por la mera naturaleza de la tecnología. Una IA que ajusta el stock de una tienda no requiere el mismo marco que una que aprueba créditos o gestiona maquinaria crítica.

¿Cómo deberían abordar los gobiernos el tema de la IA?

Los gobiernos deben centrarse en crear un entorno de libertad e incentivos, no en sustituir al mercado. Su papel es garantizar marcos jurídicos claros, proteger la competencia y apoyar la formación técnica, pero sin intervenir en cómo se innova.

"El verdadero riesgo en el terreno militar no es la IA en sí, sino su uso para aumentar el poder coercitivo de los Estados sobre los ciudadanos"

Rafael Tamames

— Tecnólogo

La inversión pública debería ser transparente, basada en criterios técnicos y destinada a fortalecer la colaboración entre universidades, empresas y emprendedores. El desarrollo real vendrá de la iniciativa privada, de la cooperación voluntaria y de la competencia libre, no de comités centralizados que intenten planificar la innovación.

¿Y los ciudadanos?

Los ciudadanos no pueden vivir de espaldas a la revolución tecnológica. La IA ofrece una forma de libertad personal: cada individuo puede decidir cómo multiplicar su tiempo y su productividad. Yo la uso, por ejemplo, para automatizar tareas cotidianas, como organizar reuniones o tomar notas, y eso me permite dedicar más energía a pensar y crear.

La IA empodera al ciudadano frente a la burocracia y la rigidez institucional. Cuanto más se extienda su uso individual, más difícil será para cualquier sistema centralizado imponer su control o limitar la iniciativa.

Su último libro, “La inteligencia artificial y tú”, trata de acercar la IA a un público amplio. ¿Cree que el gran problema es el desconocimiento de lo que es la IA y para qué se puede usar?

Sí, el desconocimiento alimenta el miedo. Pero el problema no se resuelve solo con educación teórica, sino con formación práctica: aprender haciendo, integrar la IA en la vida diaria y medir resultados.

"La IA transforma tareas, no destruye empleo. Es un proceso de destrucción creativa. Desaparecen algunas funciones, pero surgen otras más valiosas"

Rafael Tamames

— Tecnólogo

Educar es esencial, pero también hay que enseñar a aplicar la tecnología libremente, sin miedo a equivocarse. El aprendizaje descentralizado, con personas aprendiendo a su ritmo, en sus contextos, es más poderoso que cualquier campaña institucional.

El reinado de ChatGTP

¿El reinado de ChatGPT está amenazado por otras IA? ¿Cuáles son sus principales rivales y por qué?

El mercado de la IA es, como debe ser, altamente competitivo. Existen modelos generalistas y otros especializados por sectores -visión, voz, código-. La competencia constante es buena porque impulsa la innovación, reduce costes y mejora la calidad.

No hay un “reinado” estable en tecnología: todo depende de quién ofrezca mejores datos, API abiertas, fiabilidad y respeto a la privacidad. Esa dinámica de mercado libre es la que realmente protege a los usuarios.

¿El miedo al cambio es algo intrínseco a las personas?

Sí, el miedo es una reacción humana básica, pero se agrava cuando el cambio viene impuesto desde arriba. La mejor manera de superarlo es dar libertad y propiedad sobre el propio destino. Cuando la gente ve que puede beneficiarse directamente de la innovación, la adopta sin resistencia.

Los discursos apocalípticos y las regulaciones paternalistas solo alimentan la parálisis. La solución no es negar el riesgo, sino permitir que las personas diseñen su transición hacia nuevas formas de trabajo con información, libertad y responsabilidad.

Representación artística de la fusión entre el código biológico de un virus y el código digital de una inteligencia artificial. La IA es ahora capaz de diseñar y 'escribir' los genomas completos de nuevos organismos funcionales.

Representación artística de la fusión entre el código biológico de un virus y el código digital de una inteligencia artificial. La IA es ahora capaz de diseñar y 'escribir' los genomas completos de nuevos organismos funcionales. / IA/T21

¿Qué le diría a la gente que, cuando oye hablar de los peligros de la IA, piensa en sagas de ciencia ficción como "Terminator"?

Que la ciencia ficción ayuda a imaginar futuros, pero no debe confundirse con la realidad. Los riesgos reales no están en los robots rebeldes, sino en los sesgos, la mala gestión empresarial o el fraude digital. Esos son problemas éticos, no distópicos, y se solucionan con buena gobernanza y responsabilidad, no con miedo.

La aplicación de la IA en el terreno militar sí que representa un salto cualitativo y abre cuestiones éticas por resolver en un mundo cada vez más hostil. ¿Qué se puede hacer al respecto?

La IA en defensa es un asunto delicado y requiere foros internacionales voluntarios y transparentes. No se trata de prohibir la tecnología, sino de establecer principios comunes entre naciones libres.

"Los riesgos reales no están en los robots rebeldes, sino en los sesgos, la mala gestión empresarial o el fraude digital"

Rafael Tamames

— Tecnólogo

El verdadero riesgo no es la IA en sí, sino su uso para aumentar el poder coercitivo de los Estados sobre los ciudadanos. Por eso es esencial combinar diplomacia, ciencia y control democrático, garantizando siempre que la innovación sirva a la libertad, no al autoritarismo.

Los gobiernos autoritarios y la IA

¿Es un problema que gobiernos no democráticos como China impulsen sus propias plataformas de IA? ¿Por qué?

El problema no es que China innove, sino que lo haga bajo un modelo de control centralizado. Frente a eso, las democracias deben responder no con más burocracia, sino con más libertad de mercado, talento y cooperación internacional.

La respuesta no está en igualar el intervencionismo, sino en superarlo con apertura. Cuanta más libertad, competencia y transparencia haya en el desarrollo de IA, más difícil será que un modelo autoritario domine.

Parece que la IA se aprovecha entre los estudiantes no para mejorar el aprendizaje, sino para acabar antes los trabajos. ¿Cómo puede realmente ayudar en la formación del alumnado?

Las universidades empiezan a entender que no es negativo que los alumnos usen herramientas como ChatGPT. Lo importante es que aprendan a hacerlo con criterio y responsabilidad.

La IA puede ser un acelerador del pensamiento crítico, no un sustituto. Puede ayudar a buscar información, mejorar redacciones o analizar datos, siempre que se cite su uso como cualquier otra fuente. Enseñar a los jóvenes a usarla bien es enseñarles a pensar en un entorno digital libre y abierto.

Un congreso que regresa a Ibi tras siete años

Ibi acogerá el 15 de octubre el VII Congreso “Innovar hoy para liderar el mañana”, un encuentro de referencia para la industria, la innovación tecnológica y la sostenibilidad que el Ayuntamiento recupera Ibi tras siete años sin celebrarse.

El evento reunirá a destacados profesionales del sector industrial, tecnológico y académico en el Centro Cultural Salvador Miró. Está organizado por el Ayuntamiento de Ibi y la Diputación de Alicante, y cuenta con la colaboración de entidades clave del sector industrial y tecnológico (Ibiae) y (AIJU).

Esta séptima edición se centrará en cuatro grandes ejes de transformación: impulsar la transformación industrial de Ibi y la comarca, acercando a las empresas herramientas prácticas de digitalización e inteligencia artificial; fomentar la sostenibilidad y la economía circular en sectores estratégicos como el plástico, alienados con los retos medioambientales y europeos; fortalecer el ecosistema empresarial y consolidar Ibi como referente en innovación industrial, proyectado su potencial a nivel provincial, autonómico y nacional.

La abrirá Tamames con la ponencia inaugural. Así, a lo largo del día, se combinarán ponencias de primer nivel y se desarrollarán tres mesas redondas temáticas de debate y reflexión. Tras Tamames, la jornada seguirá a las 10:15 horas con la mesa redonda: “Inteligencia Artificial en la Industria”. La segunda mesa versará sobre Industria del Plástico y Sostenibilidad, a las 11:00 horas. Y la tercera mesa redonda será a las 12:30 horas, sobre la Digitalización y Modernización Industrial.

Durante la jornada también se fomentará el networking entre los asistentes y el congreso finalizará a las 13:30 horas, con las conclusiones y clausura a cargo de Manuel Palomar, director del Centro de Inteligencia Digital de Alicante (Cenid) y experto en procesamiento de lenguaje natural, inteligencia artificial y minería de datos y textos.

Para asistir es necesario realizar la inscripción en la web www.ibilagranfabrica.com.

¿Y en los sectores productivos? Porque la evidencia es que la IA supone la pérdida de muchos puestos de trabajo.

La IA transforma tareas, no destruye empleo. Es un proceso de destrucción creativa, como describió Schumpeter: desaparecen algunas funciones, pero surgen otras más valiosas.

En una fábrica, por ejemplo, la IA puede reducir rechazos en la línea de producción, pero requerirá técnicos que mantengan los modelos, gestionen los datos y mejoren los procesos. El reto no es proteger el empleo viejo, sino facilitar la transición hacia el nuevo. Y eso se consigue con formación, incentivos y libertad para emprender.

La IA logra identificar a los pacientes de alto riesgo de forma temprana.

La IA logra identificar a los pacientes de alto riesgo de forma temprana. / Crédito: DeltaWorks en Pixabay.

La próxima semana participa en el VII Congreso "Ibi La Gran Fábrica", con la ponencia inaugural “La IA: todo lo que es bueno, incluido el empleo”. ¿Cuáles serán las claves de su intervención?

Mi intervención se centrará en mostrar casos reales donde la IA ha creado nuevos empleos, mejorado la competitividad y aumentado la productividad. El objetivo es transmitir esperanza y evidencia: la IA no viene a sustituirnos, sino a ayudarnos a centrarnos en tareas más humanas y creativas.

"Enseñar a los jóvenes a usar bien la IA es enseñarles a pensar en un entorno digital libre y abierto"

Rafael Tamames

— Tecnólogo

Quiero que la audiencia entienda que el empleo no desaparece; evoluciona. Y que la clave está en tener libertad para adaptarse y aprender, no en esperar que un reglamento nos proteja del futuro.

¿Cómo será nuestro mundo dentro de cinco años por la irrupción de la IA?

Si mantenemos la libertad para innovar, el mundo será más productivo, creativo y diverso. Veremos cadenas de producción más eficaces, servicios más personalizados y empleos nuevos que hoy no existen: operadores de modelos, auditores de sesgos, diseñadores de experiencias IA.

También surgirán tensiones en privacidad y empleo, pero la clave estará en quién se adapte mejor. Quien invierta en formación, integre la IA en sus procesos y defienda la libertad de innovar saldrá ganando. La historia demuestra que la prosperidad nace cuando la innovación y la libertad caminan juntas.

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