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olectivos femeninos, homosexuales y partidos políticos mostraron ayer su indignación por las declaraciones del obispo de la Diócesis Orihuela-Alicante, Rafael Palmero, en las que aseguraba que la "homosexualidad normalmente es una enfermedad". En una entrevista publicada en INFORMACION este domingo, el obispo afirmó respecto a la lacra de la violencia de género que "en otras épocas ha habido mayor paciencia y espíritu de sacrificio que ahora".

Para la Síndic de Greuges, Emilia Caballero, esta visión sobre la violencia contra las mujeres significa "un paso atrás para solucionar una situación tremenda en España, donde mueren más de 70 mujeres al año por el maltrato". A juicio de la síndica, "resulta muy grave que no se apueste directamente por la erradicación de esta lacra y por el rechazo absoluto del maltratador". Caballero sostiene que el prelado de Alicante "no puede decir que las mujeres tienen que soportar durante años una situación límite por mantener una serie de valores. Tenemos que romper ese síndrome para evitar llegar a la muerte".

En esta misma línea, la ex vicepresidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis, Obdulia Martínez, cree que "en pleno siglo XXI, la Iglesia debería partir de una base clara, que el respeto a los derechos y a la dignidad de las mujeres, que no tienen por qué aguantar para salvaguardar determinados postulados cristianos". Martínez invitó a la jerarquía a "repudiar sin fisuras el maltrato y a no intentar justificarlo con este tipo de declaraciones".

Consecuente con su dogma

Por su parte, el coordinador de Decide-T, la asociación de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales de Alicante, Manuel Velandia, tachó ayer las palabras de Rafael Palmero sobre la homosexualidad de "acto homófobo y temerario". Velandia sostiene que el obispo "es consecuente con su doctrina, porque al ponernos en la categoría de enfermos crea las condiciones para cumplir con su obligación moral, que es limitar nuestras actuaciones y abonar el camino a que nos sean negados nuestros derechos". "Esta visión homófoba no hace gala de la caridad cristiana de su propia doctrina", advierte.

En opinión del portavoz del PSOE en la Diputación Provincial, Roque Moreno, "es incomprensible la frivolidad con la que el obispo trata la cuestión del maltrato a la mujer". "Como creyente, no lo entiendo", admitió Moreno, quien añadió que estas declaraciones de Palmero demuestran que la jerarquía "está aislada de la sociedad" y que "no refleja el parecer de muchos católicos". Para el dirigente socialista, "es escandaloso, lamentable y va contra el sentido común afirmar que la homosexualidad es una enfermedad".

Mientras, la coordinadora EUPV, Glória Marcos, mantiene que las palabras de Palmero "son un ataque bárbaro a los colectivos de mujeres y homosexuales". Marcos exige a la Iglesia que "deje de hacer política desde los púlpitos". "Lo que tiene que hacer es ocuparse de sus asuntos y dejar de hacer campaña electoral".