La Comisión Territorial de Urbanismo aprobó ayer el informe definitivo favorable para la ejecución del Plan Rabasa, el polémico plan parcial que prevé la creación de una nueva zona urbana al norte de la ciudad de Alicante donde se construirán, finalmente, 13.503 viviendas sobre un total de 3.688.650 metros cuadrados Durante la tramitación administrativa se ha reducido un 11,6% la edificabilidad -condicionante establecido en la Declaración de Impacto Ambiental- para, entre otras cuestiones, excluir del plan las Lagunas de Rabasa, lo que se traducirá en un recorte de unos 500.000 metros cuadrados de la superficie a urbanizar, y la construcción de 1.497 viviendas menos sobre las 15.000 anunciadas en un principio por el empresario Enrique Ortiz cuando el Ayuntamiento de Alicante aprobó el plan el 13 de junio de 2006. De las 13.503 viviendas que ahora prevé el Plan Rabasa modificado, 8.047 serán de protección oficial (VPO);, un 59,6% de mismas.

Tras el visto bueno de la Comisión Territorial de Urbanismo, el comienzo de la urbanización está ahora a expensas de la firma del conseller José Ramón García Antón, que debe certificar la aprobación tras recibir el documento final con las modificaciones que debe aprobar el Ayuntamiento en un nuevo pleno y la confirmación del Ministerio de Fomento de que la promotora asume la construcción de una vía parque y la conexión viaria de la nueva zona urbana con la circunvalación de Alicante. El Ministerio de Fomento tiene tres meses de plazo para contestar y la redacción del documento final con las correcciones corre a cargo de los técnicos municipales. Fuentes de la Conselleria de Urbanismo aseguraron que las obras pueden empezar antes de que finalice el año, si no median denuncias judiciales.

En la reunión celebrada ayer quedó también aclarado el tema del abastecimiento de agua tras conocerse que Aguas de Alicante, empresa que suministra el agua para el consumo urbano, ha firmado un convenio con la sociedad estatal Acuamed a la que comprará los caudales de la futura desadora de Mutxamel, ya licitada, que prevé potabilizar 18 hm3 de agua del mar al año, lo que permitiría, incluso, la construcción de casi 50.000 viviendas en los municipios abastecidos, ya que se calcula que cada casa consume un metro cúbico diario. En este sentido, tanto la Ley Urbanística Valenciana como la Ley de Protección del Paisaje -legislación autonómica- contemplan que se puede autorizar un desarrollo urbanístico si la empresa suministradora -en este caso Aguas de Alicante- garantiza disponer de recursos. La empresa también ha llegado a un acuerdo con la Entidad de Saneamiento para la utilización de la depuradora Alicante Sud, de nueva construcción y donde se tratarán las aguas residuales del Plan Rabasa.

El documento final excluye, por otro lado, del desarrollo del plan las Lagunas de Rabasa, con una superficie de 497.932 metros cuadrados y de 45.017 metros cuadrados en el paraje El Gallo, que quedan declarados como suelo no urbanizable de especial protección. Como elementos de la Red Primaria de Infraestructuras y Dotaciones Públicas, el Plan Rabasa propone 252.671 metros cuadrados de red viaria, una zona de 47.715 metros cuadrados de protección de ferrocarril y 397.676 metros cuadrados de parque público de red primaria. Así, el propio promotor del sector construirá la vía parque y la conexión de esta vía con la autovía de circunvalación de Alicante (A-70);.

El plan parcial que ayer recibió el visto bueno establece una superficie de 991.300 metros cuadrados de red viaria, una superficie de 338.562 metros cuadrados de equipamientos destinados a diferentes usos, y una superficie de 763.992 metros cuadrados destinados a jardín público.

En conjunto, el porcentaje de suelo dotacional de red primaria será del 21,62%, el porcentaje de suelo dotacional de red secundaria, del 56,76%, lo que significa que un 78% de la superficie del sector está destinada a equipamientos.

En cuanto a las Lagunas de Rabasa, la Declaración de Impacto Ambiental exigió que deben respetarse unas distancias mínimas de 100 metros alrededor de cada laguna tanto para la construcción de casas, como de caminos, paseos, farolas o cualquier otra infraestructura, y también que se debieron establecer condicionantes para el emplazamiento de instalaciones ruidosas. Asimismo, los técnicos deberán adoptar las medidas correctoras necesarias para evitar la degradación de la calidad del agua.

El Ayuntamiento de Alicante aprobó el Plan Rabasa por unanimidad de los concejales del Partido Popular y PSOE en junio de 2006. Un pleno que significó, prácticamente, la defenestración política de su portavoz, Blas Bernal, quien meses más tarde, ya fuera de la política, acabó trabajando para el Hércules, cuyo principal accionista es, precisamente, el promotor del Plan Rabasa. Tras el apoyo inicial los socialistas siempre se han opuesto al desarrollo de esta actuación urbanística que llevará consigo la creación de una zona urbana donde residirán, cuando todas las viviendas estén entregadas, unas 45.000 personas. Los primeros pisos se entregarán, posiblemente, en unos tres o cuatro años.