José Joaquín Moya, alcalde de Bigastro, dimitió ayer antes de que la jueza ordenara a última hora de la tarde su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, según informó el Gabinete de Comunicación del Tribunal Superior de Justicia (TSJ). La magistrada Natividad Navarro le imputa un delito contra la ordenación del territorio, malversación, prevaricación y varias falsedades documentales. Todas las acusaciones fueron confirmadas por su abogado, José Sánchez Alarcos.

José Joaquín Moya, que ha sido alcalde durante 25 años, hizo efectiva su dimisión antes de prestar declaración en el juzgado de guardia de Orihuela por el caso de la permuta de los terrenos en los que hay cuatro imputados más. La dimisión como alcalde y la renuncia a su acta de concejal se formalizó de una forma insólita, ya que fue tramitada por un hermano del ya ex alcalde en la Subdelegación del Gobierno en Alicante y fue el secretario de esta institución, José Pérez Grau, quien se desplazó hasta los juzgados de Orihuela para que el propio Moya estampara su firma en el documento y a continuación lo presentó en el Ayuntamiento de Bigastro.

Pérez Grau realizó un escrito de renuncia y tras comunicarle la Guardia Civil que Moya se encontraba ya en los juzgados de Orihuela, el secretario de la Subdelegación viajó hasta la Vega Baja y se entrevistó con la juez decana, Natividad Navarro, para informarle de la situación. Ésta autorizó el encuentro con el que ha sido alcalde de Bigastro durante los últimos 25 años y Pérez Grau, acompañado de un guardia civil, bajó a los calabozos, donde Moya rubricó el escrito de renuncia con una firma de considerables proporciones y su número del DNI, para que no haya dudas.

Con la dimisión firmada, Pérez Grau acudió al Ayuntamiento de Bigastro, donde la primera teniente de alcalde, Inmaculada Martínez, elaboró otro escrito informando de la recepción de la renuncia y se pasó por el Registro del Consistorio.

Sin embargo fuentes socialistas citadas por Europa Press indicaban anoche que este documento podría carecer de validez puesto que ha sido entregado por un cauce que no es el ordinario.

Esposado

Tras pasar tres días en dependencias de Comandancia de la Guardia Civil en Alicante, José Joaquín Moya, quien se granjeó en su día el apelativo del "Califa de la Vega Baja", permaneció en el Palacio de Justicia desde la diez de la mañana hasta última hora.

Todos los que le conocen y ayer lo vieron bajar del furgón policial lo vieron visiblemente desmejorado. De hecho, los propios agentes tuvieron que ayudarle a descender del vehículo policial para conducirlo hasta los calabozos donde pasaría toda la jornada prácticamente. Según algunos amigos, durante su estancia en prisión había sufrido un problema físico pues cojeaba visiblemente. Una de las cosas que más llamó la atención de todo el mundo fue el hecho de que Moya llegó a las dependencias policiales esposado cuando el pasado martes entró al Ayuntamiento de Bigastro para el registro de su despacho con un aire completamente distinto. Tres días antes se había mostrado jovial y los agentes lo condujeron sin esposas. La imagen de ayer era completamente distinta.

Su declaración ante la titular del Juzgado Número 3 y el fiscal Anticorrupción, Felipe Briones, se inició sobre las cinco de la tarde y se prolongó durante tres horas.

Tras la orden de ingreso en prisión un vehículo de la Policía Nacional trasladó al alcalde hasta las dependencias de la Comisaría de la Policía Nacional de Orihuela. La Guardia Civil ha llevado a cabo desde finales del año pasado presuntas irregularidades en tramitaciones urbanísticas municipales vinculadas a subastas y permutas, su modo de pago y destino del dinero municipal empleado para realizar esas operaciones con la gestión municipal del año 2004 y varias denucias realizadas por el Partido Popular como punto de partida. José Joaquín Moya ya es historia como cargo político en la población de Bigastro.

Tensión y más de diez horas

de espera

La llegada al edificio judicial de los encausados estuvo acompañada de una auténtica avalancha de medios de comunicación. Media docena de vecinos de Bigastro permanecían desde las nueve de la mañana a la espera de acontecimientos y para mostrar su respaldo al que ha sido primer edil de este municipio de 6.500 vecinos 25 años. "Vaya parto más largo", apuntaban los fieles a Moya conforme pasaban las horas. La tensión en la plaza de Santa Lucía crecía, y cuando todos esperaban su comparecencia en el acceso principal de los juzgados, como había ocurrió con el resto de encausados, apareció en solitario la figura de su abogado que confirmó el ingreso en prisión. José Sánchez Alarcos dijo que Moya había "aguantado" bien los tres días en dependencias policiales. "Ha estado mucho tiempo y ha hecho muchas "hechas", pero ha sido el mejor alcalde", sollozaba una vecina.