El Gobierno se queda sin presencia alicantina. La decisión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de destituir al hasta ahora vicepresidente y titular de Economía, Pedro Solbes, -algo que estaba cantado desde hace unos días- y al responsable de Sanidad y diputado por Alicante, Bernat Soria, deja el Ejecutivo huérfano de representación de la provincia. Aunque, como remarcaron ayer desde las filas socialistas, ninguno de los dos ejercía en exceso de alicantino, lo cierto, sin embargo, es que la composición del nuevo Gobierno evidencia de forma clara la escasa influencia del socialismo provincial, en particular, y del PSPV, en general, a la hora de participar en las decisiones que se toman en Madrid.

Solbes estaba virtualmente relevado desde que se "filtró" su destitución el pasado fin de semana. Su salida era inevitable: no se encontraba con fuerzas -él mismo lo confesó tras la dimisión de Mariano Fernández Bermejo- para afrontar una crisis tan compleja y dura como la que golpea a la economía española, apuntaron fuentes socialistas que destacaron la necesidad de un cambio de timón para afrontar una situación tan complicada. "Era una decisión compartida", reconoció ayer el propio Zapatero. A Bernat Soria, por contra, sí le cogió su salida del Gobierno totalmente por sorpresa. Nadie en su departamento lo esperaba, apuntaron fuentes próximas al ya ex ministro. Ni de lejos. Máxime cuando no aparecía en ninguna de las quinielas que, desde hace 48 horas, circulaban en los diferentes medios de comunicación. Finalmente, sin embargo, la remodelación también se llevó por delante a un Bernat Soria que apenas ha permanecido 20 meses en el cargo desde que dejara su puesto como investigador en Sevilla y se lanzara a intentar hacer carrera política.

El diputado por Alicante no conoció, de hecho, su relevo hasta las horas previas a que Zapatero hiciera pública la remodelación de su Gobierno, la séptima desde que llegó a la Moncloa en 2004. La sorpresa por la destitución, sin embargo, contrasta con la escasa proyección que Soria había logrado imprimir a un ministerio vacío de competencias -la gestión sanitaria está transferida a las autonomías- y que ahora, así lo entiende Zapatero, coge más peso al incorporar la política social. En ese escenario, el ex ministro, afectado por la destitución y que tras las elecciones se llevó el chasco de quedarse sin las competencias de Innovación, no descartaba ayer, explicaron fuentes socialistas, ni siquiera la posibilidad de dejar el escaño por Alicante para volver a su puesto de trabajo en Sevilla. Esa posibilidad era de dominio casi general en círculos socialistas al cierre de la edición.

Y todo ello, a pesar de que en las últimas semanas, el nombre de Soria había salido a la palestra como alternativa a Roque Moreno y posible candidato a la Alcaldía de Alicante. Sea como fuere, la decisión se tomó sin que el PSPV diera su opinión. La prueba es que Jorge Alarte, para salvar la cara, defendió el nombramiento de José Blanco en Fomento como una "alegría" que "favorecerá a la Comunidad".

El papel de Leire Pajín

Con la llegada de José Blanco al Gobierno, la actual secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, asume un papel de mayor peso al frente de todo el entramado organizativo de Ferraz. Eso no significa, sin embargo, que vaya a tomar todo el mando. Blanco, a pesar de hacerse cargo del Ministerio de Fomento, continuará como vicesecretario y, al menos hasta ahora, el número dos del PSOE -cuya relación con Pajín es compleja- ha ejercido un enorme poder sobre la organización socialista como hombre de confianza de Zapatero. Así que, está por ver, si ahora el vicesecretario socialista y ministro no va a seguir teniendo ese papel orgánico.