La crisis económica ha detenido la inmigración a la provincia desde Latinoamérica y he hecho que, por primera vez en más de una década, descienda de una forma significativa la presencia de ciudadanos de estas nacionalidades. Según el padrón oficial de habitantes a 1 de enero de 2009, del Instituto Nacional de Estadística (INE), en la demarcación de Alicante viven 462.974 personas extranjeras, un 3,72 por ciento más que en 2008, pero las procedentes de Ecuador, Colombia, Argentina y Bolivia (las cuatro colonias más numerosas) son casi 2.000 menos que un año antes.

En líneas generales, la inmigración exterior a la provincia prácticamente se ha estancado después de una verdadera escalada continua, ya que el aumento de la población extranjera es muy exiguo en comparación con años anteriores. Además, la mayoría de los países de los que se incrementa el número de residentes en los municipios de Alicante son de la Unión Europea, como el Reino Unido y Rumanía. Fuera de este ámbito, tan sólo destaca la subida del número de marroquíes, que pasan de 30.385 a 32.789.

En el caso de los países latinoamericanos, los datos muestran un destacado cambio de tendencia. La cifra de empadronados de nacionalidad ecuatoriana, colombiana, argentina y boliviana ha descendido en 23 de los 39 municipios de la provincia que tienen más de 10.000 habitantes. Los ciudadanos de Ecuador han descendido en casi un 11 por ciento en Alcoy y Torrevieja, y más de un 7 por ciento en Elche. También ha disminuido casi un 10 por ciento la presencia de colombianos en Torrevieja, así como un 8 por ciento los argentinos en Sant Joan y más de un 17 por ciento los bolivianos en Elche. Asimismo, Ibi es el único de los principales municipios alicantinos donde desciende, aunque muy levemente, la cifra total de extranjeros.

El cambio en la situación económica y la falta de expectativas laborales para gran parte de la población no son el escenario más atractivo para inmigrar a España. Además, hay que tener en cuenta que los extranjeros son aún más débiles ante estas circunstancias. A esto hay que añadir las personas que deciden regresar a sus países, bien porque ya encuentran inviable su presencia en España, o bien por una mejora en el contexto económico allí.

De la asociación cultural a la que da asesoramiento

La incertidumbre generada por la crisis en buena parte de la población extranjera ha provocado que colectivos que en origen tenían una función más cultural pasen a ser también puntos de asesoramiento. Carmen Sarango, presidenta de la asociación Americamanta de ecuatorianos de Alicante, explica la "alarma" que sufren muchas personas por no poder afrontar sus gastos corrientes. "Es asfixiante, porque pueden llegar a perderse los papeles por no tener un trabajo". También incide en el desánimo que puede generarse, y que ante ello muchos opten por marcharse.