Bemisos a la hora de hablar, uno de los inmigrantes que duerme en las tuberías afirma que "porque contemos nuestra historia no se va a acabar la crisis". Ya ha anochecido y se tapa bajo las mantas asegurando que sólo están ocupadas tres de ellas, por hombres todos de origen argelino, pero que sus compañeros no han ido a dormir y que esa noche está él solo en el descampado de las obras de Benalúa Sur. "No sé dónde están", añade. Sin embargo, son cinco las canalizaciones de tamaño gigante que están acondicionadas para vivir con lo mínimo. Dentro hay sábanas, mantas y colchones, y la entrada está tapada con telas como si fueran cortinas.

Los vecinos detectaron movimiento en la zona hace unos días y vieron a una mujer recogiendo, porque, pese a estar a la intemperie, sobreviven con cierto apaño. Tienen carros de la compra, sillas de plástico y sillones en los que sentarse a charlar, barreños y útiles de aseo, y dejan colocados sus zapatos cuando se meten en el tubo a dormir. En la tierra quedan signos de la hoguera encendida las noches más frías. Por la mañana se observa que son más, cinco, que han hallado refugio en los colectores que quedaron abandonados con el parón de las obras.

El inmigrante que, con cuentagotas, explica su historia, relata, desde su cama, que lleva 19 años en Alicante, pero que "todo se ha acabado". Se refiere a su matrimonio con una alemana y a su trabajo, "en la obra", que perdió. Añade que ha agotado el paro y no tiene ayuda, y que al quedarse sin dinero se ha visto obligado a dejar el piso en el que vivía en alquiler.

Pese a estar buscando trabajo, "en lo que sea", de momento no ha encontrado. Mejor suerte parecen haber tenido dos de sus compañeros, los que no fueron a dormir. "Han empezado ahora a trabajar -no aclara en qué-, pero siguen aquí, porque hasta el día diez no cobran". Al preguntarle si le gustaría volver a Argelia, responde que hasta ahora iba a su país cuando podía a ver a un hijo.

El solar donde están las tuberías gigantes pertenece al plan parcial Benalúa Sur y está previsto que acoja viviendas de lujo. De hecho, la zona es conocida como la Milla de Oro y está al lado del hotel AC Alicante. Sin embargo, la mercantil urbanizadora Prasa paralizó las obras en julio, en principio durante seis meses, por problemas económicos, y tenía que haber reanudado los trabajos el 24 de enero. Según dijo ayer el gerente municipal de Urbanismo, Enrique Sanus, el Ayuntamiento les envió un escrito instándoles a continuar las obras, pero, de momento, no ha sido así. "Tienen que contestar, y decidiremos si rescindimos el contrato o les sancionamos".