Los actos vandálicos han dejado en la penumbra el recorrido del TRAM entre las playas de San Juan y Muchavista que se inauguró hace siete años. Y es que decenas de los farolillos que transcurren junto a las vías han quedado inutilizados. Según los vecinos consultados se trata de prácticamente la totalidad de los aproximadamente 300 que hay en la zona y hay tramos en los que fallan una treintena contiguos. Algunos tienen rota la pantalla de luz y otros han sido completamente arrancados, con el consiguiente peligro que supone por los cables sueltos y al poder invadir la calzada que transcurre paralela a las vías del tranvía.

Desde Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana aseguran que el mantenimiento y, por tanto, la reparación de estas luminarias es competencia municipal y que así se les ha comunicado a los ayuntamientos de Alicante y El Campello, pues el recorrido forma parte de ambos términos municipales. Desde el Ayuntamiento de Alicante han decidido ocuparse del problema y reponer los 45 farolillos rotos que hay en su territorio. Desde la Concejalía de Atención Urbana asegurán que el coste para las arcas públicas asecenderá a 9.000 euros y que se sustituirán por otros de un material menos frágil. Mientras, desde el de El Campello aseguraron ayer que la responsabilidad es de FGV porque los farolillos se encuentran en la plataforma tranviaria.

El problema no sólo radica en la falta de iluminación y en la mala imagen, también en los riesgos para los ciudadanos. Algunos farolillos están arrancados y pueden terminar invadiendo la calzada y otros tienen cables a la vista, con el consiguiente peligro de descarga eléctrica si alguien los toca. Desde la Concejalía de Atención Urbana del Ayuntamiento de Alicante aseguran que han actuado alguna ocasión para retirar los farolillos que presentaban un problema de seguridad, pero durante esta semana se podían ver bolardos en el suelo y con los cables en su exterior, tal y como comprobó este diario.

Los actos vandálicos salen caros a las arcas públicas. Desde FGV aseguran que cada año desembolsan 100.000 euros por los desperfectos a lo largo de la línea entre Alicante y Dénia. Se trata, sobre todo, de grafitis en el exterior de los vagones o de lunas rotas a pedradas.

Los destrozos en

la ciudad cuestan un millón de euros

El Ayuntamiento de Alicante tuvo que destinar durante el pasado año cerca de un millón de euros para reparar los daños provocados por el vandalismo callejero. Papeleras destrozadas, contenedores incendiados, farolas rotas, flores y plantas pisoteadas y arrancadas, mobiliario urbano estropeado y pintadas son algunos de los desperfectos a los que han tenido que hacer frente las arcas públicas municipales. El vandalismo y la delincuencia se han cebado con el alumbrado público con el robo de 12 kilómetros de cableado eléctrico durante el año pasado. Junto con las cajas eléctricas destrozadas y las farolas rotas elevaron a 348.000 euros el coste del vandalismo en el alumbrado público. Hace unos días, los vándalos robaron los focos y el cableado de un restaurante próximo al Ayuntamiento.