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Los 43 días de lluvia -registro similar a los de las ciudades españoleas con más precipitaciones - que ha tenido Alicante durante el invierno (llovió con mayor o menor intensidad la mitad de las jornadas entre el 21 de diciembre y el domingo), ha hecho que esta estación se haya convertido en la más lluviosa de la historia en la ciudad desde que se tienen registros pluviométricos (mediados del siglo XIX).

En la provincia, donde ha llovido de media un 120% más que la cantidad considerada normal por Meteorología, hacía 47 inviernos (1962/1963) que no llovía tanto, según el balance final hecho ayer público por la Agencia Estatal de Meteorología. Una estadística que permite la recuperación de los acuíferos, deja reservas para dos años si se cumplen los desembalses del Tajo-Segura y que, además, puede disparar el riesgo de incendios forestales en verano porque el bosque estará más frondoso que nunca.

Nunca llueve a gusto de todos y en Alicante los datos han confirmado lo que era el comentario general en casi todas las conversaciones matinales durante este invierno el elevado número de días lluviosos que se han producido. Alicante registró 43 días de lluvia y casi todos se concentraron durante los fines de semana, entre el 20 de diciembre y el domingo pasado. Casi todas las comarcas de la provincia han cerrado el invierno con superávit de lluvias y Tárbena, en la Marina Alta, ha recogido la friolera de 700 litros de lluvia por metro cuadrado, la cantidad más alta de la Comunidad Valenciana.

Lo cierto es que ha habido un poco de todo. Lluvia, mucha lluvia, temperaturas mínimas como los 9 grados bajo cero de Villena el 21 de diciembre, o la máxima de 26 grados en la franja costera el 29 del mismo mes, sólo ocho días después.