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Una investigación del Instituto de Neurociencias ha permitido describir el proceso neurodegenerativo asociado a un mal funcionamiento de la ruta de la proteína CREB, que regula la expresión de genes y está implicada en procesos de memoria y de aprendizaje a largo plazo.

Este proceso y su firma genética está asociado a procesos como los observados en las enfermedades de Alzheimer o de Huntington, entre otras, según han informado hoy fuentes del citado instituto, centro mixto de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

El estudio ha sido liderado por los investigadores Luis Miguel Valor y Ángel Barco, con la colaboración del profesor de la Universidad de Castilla La Mancha Rafael Luján.

En este trabajo, cuyas conclusiones aparecen publicadas en la versión digital de la revista 'Cell Death & Differentiation', se identifican los cambios genéticos y celulares asociados a la muerte de neuronas tras alterar de forma crónica la actividad de la proteína CREB.

Esta proteína es necesaria para la supervivencia neuronal y, por tanto, podría tener un efecto protector en neuronas.

Sin embargo, su sobreexcitación puede acarrear efectos adversos, han precisado los investigadores.

Valor, uno de los autores del trabajo, ha manifestado que el estudio se ha realizado con ratones transgénicos, en los que es posible aumentar o disminuir la actividad de la proteína CREB en neuronas del cerebro.

Los resultados apoyan el papel de CREB en supervivencia neuronal, pero existe "un riesgo asociado a un aumento incontrolado y continuado de la actividad de CREB al promover una respuesta inflamatoria agresiva", lo que propicia, según han añadido, "la degeneración neuronal debido a un exceso de excitabilidad de las neuronas, con la consiguiente pérdida de las mismas".

Este hecho es de especial importancia a la hora de diseñar terapias encaminadas a la regulación de la actividad de CREB en tratamientos paliativos de enfermedades neurodegenerativas y otras patologías del sistema nervioso en los que dicha actividad podría verse afectada.

"Si queremos utilizar la actividad de CREB en estrategias terapéuticas, es preciso primero aprender acerca de los riesgos que su uso puede implicar y ser capaces de aumentar de forma controlada su activación con el fin de evitar excesos que deriven en neurodegeneración", ha incidido el investigador.

Otro de los aspectos estudiados demuestra que la comparación de perfiles de expresión de genes en los modelos de ratón transgénicos de CREB con los modelos de degeneración neuronal en enfermedades como el Alzheimer, Huntington o epilepsia inducida por fármacos -en las que la actividad de CREB está alterada-, revela marcadores comunes relacionados con la activación del sistema inmunitario.

La presencia de dichos marcadores indicaría una reacción local inflamatoria, tal y como han descrito otros investigadores.

Esta muerte masiva y local de neuronas afectadas activa el sistema inmunitario que actúa indiscriminadamente incluso frente a células sanas, lo que conduce a la degeneración y muerte neuronales.