Un decreto de la edil de Imagen Urbana, Oti García Pertusa, ha acabado con gran parte de un inmueble del Centro Tradicional de la ciudad que se incluye en el catálogo de inmuebles protegidos del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), aprobado provisionalmente. Se trata de la construcción de tres plantas de la calle Rafael Terol 20, esquina a Galdó Chápuli 1. La edil justifica la medida al afirmar que estaba en "ruina inminente", pero el colectivo "Alicante Vivo" rechaza este argumento y califica la decisión como un acto municipal más para la "desaparición de nuestra historia y nuestro patrimonio". Para el PSOE este derribo es "una vergüenza", según Carmen Sánchez Brufal.

Del inmueble sólo restan la fachada de la primera planta. El resto ha sido reducido a escombros. La edil del PP insiste en que el derribo era obligado porque "estaba declarado en ruina inminente y lo primero es la protección de las personas", justificando así su decreto de derribo. La edil añade, no obstante, que "en coordinación con la Gerencia de Urbanismo suspendió temporalmente la demolición hasta disponer de los planes y documentos que "permitan su reconstrucción en el futuro". También dice que la planta baja se va a conservar al igual que algunos elementos de la parte derribada, como rejas y forjados.

La edil insiste en que la actuación se ha ceñido a la legalidad y que "todo se ha hecho correctamente", a lo que añade que ella es la "primera en defender las raíces de la ciudad" y en proteger los edificios históricos.

Con respecto a la demolición de un inmueble catalogado, como es el caso, el PGOU concede a este inmueble una protección ambiental, lo que obliga a la conservación de la fachada, y así se señala, textualmente en el documento urbanístico. La única excepción al respecto es que se permite la reconstrucción de elementos de la fachada, tales como sillería, cerrajería, carpintería u otros, que deberán reponerse "con idénticas técnicas constructivas".

En cuanto a este inmueble demolido, el PGOU señala que se trata de un "edificio de composición académica de tres plantas que resuelve la esquina entre Galdó Chápuli y Rafael Terol", y que "destaca la sencillez compositiva de sus fachadas, sin vuelos cerrados y su ornamentación academicista". Tras indicar que el edificio "tiene valor en sí mismo en tanto que referente histórico", añade que "su mayor interés reside en su imagen urbana, que contribuye a definir el ambiente del barrio".

El derribo de este inmueble fue calificado por la concejala socialista Carmen Sánchez Brufal como "una vergüenza ya que desaparece otro edificio catalogado en una ciudad como Alicante que los tiene contados". La edil acusó a Oti García Pertusa y al PP municipal de "ser los culpables del derribo", y condenó la política municipal que "primero protege los edificios y luego los tira".

Brufal rechazó que no hubiera más salida que demolerlo y recordó que la fachada del Palas estuvo dos años en mucho pero estado, sujeta con una estructura metálica, y no pasó nada.