La huelga general convocada por CC OO, UGT, CGT y la Intersindical Valenciana contra la reforma laboral del Gobierno se dejó sentir ayer con fuerza en el transporte, la industria y las principales obras públicas de la provincia pero no logró paralizar la actividad económica en los núcleos urbanos, donde la mayoría de los comercios y los servicios públicos siguieron funcionando. No obstante, los centros de las ciudades sí registraron un notable descenso en la afluencia de ciudadanos, seguramente para evitar posibles incidentes, y el tráfico también fue mucho más fluido que en un día normal.

Los sindicatos cifraron el seguimiento de la huelga en el conjunto de la provincia en un 70% (en 2002 fue del 80%) y expresaron su "satisfacción" por el "éxito" de la convocatoria. Por el contrario, la patronal provincial Coepa destacó "la escasa incidencia" de los paros que, según sus datos, fueron "casi nulos" o por debajo del 10% en prácticamente todos los sectores productivos, con excepción del transporte y de la industria del mármol, donde la repercusión superó el 50%, según las organizaciones empresariales, que también lamentaron "los graves perjuicios" ocasionados a la economía provincial.

Por su parte, la Generalitat y la Delegación del Gobierno en la Comunidad destacaron el cumplimiento de los servicios mínimos pactados y la ausencia de altercados significativos. En este sentido, la jornada se cerró con sólo dos detenidos -el primero por enfrentarse a la Policía en la puerta de la concesionaria de la limpieza de Alicante y el segundo por romper un cristal en El Corte Inglés de la capital- frente a los seis de la anterior huelga general. Además, hubo dos heridos leves. No obstante, las centrales criticaron lo que consideraron un desproporcionado despliegue de las Fuerzas de Seguridad del Estado y su "exceso de celo" durante la jornada.

Sin recogida de basuras

Uno de los primeros servicios afectados por la protesta fue la recogida de basuras. Alicante, Elche o Benidorm aparecieron con los contenedores llenos, mientras que en varias ciudades de la Vega Baja y el Vinalopó se adelantó la limpieza de las calles para evitar el paro. También fueron comunes en toda la provincia los problemas de transporte. Sólo circularon los autobuses urbanos e interurbanos establecidos en los servicios mínimos (el 25%); las estaciones de tren, como la de Alicante, permanecieron casi desiertas durante buena parte del día al suprimirse todos los trayectos de media y larga distancia, así como la mayoría de los Cercanías.

En el aeropuerto, Iberia se limitó a cumplir con los servicios mínimos -que sólo incluían un trayecto de ida y vuelta con Madrid, Sevilla, Bilbao e Ibiza-, mientras que la principal compañía de El Altet, Ryanair, decidió cancelar la mayoría de sus vuelos, lo que provocó enormes colas para cambiar los billetes.

Además, se paralizó la actividad en el Puerto de Alicante, donde secundaron el paro el 100% de los estibadores, y en Mercalicante bajó notablemente la distribución de mercancías. Los sindicatos se anotaron otro tanto con la clausura del centro de tratamiento postal de Correos de la capital de la provincia.

En cuanto a la industria, la mayor repercusión se dio en las fábricas de turrón de Xixona y en las de mármol de Novelda, donde se detuvo casi por completo la producción, al igual que en las canteras de Pinoso. También se vieron afectados el sector del juguete, con una participación en la huelga superior al 80%, según los sindicatos, y el textil, en la zona de Alcoy. En el caso del calzado el seguimiento fue mayoritario, según las centrales, tanto en Elda como en Elche, aunque las patronales señalaron que, en realidad, en la mayoría de plantas sólo se retrasó el inicio de la jornada.

En el resto de polígonos el seguimiento fue desigual, sobre todo entre las pequeñas empresas. No obstante, la acción de los piquetes consiguió detener la actividad de las grandes empresas de la provincia, como Famosa, Alcoa o Cemex. También se detuvieron la mayoría de las grandes obras públicas, como las del Auditorio Provincial o los trabajos del Tram.

Por el contrario, el seguimiento entre los funcionarios fue muy escaso, del 8,7% en el caso de la Administración General del Estado, según el Gobierno, y aún menor en los ayuntamientos. Igualmente, el Consell cifró en un 4,4% el seguimiento en la Sanidad, aunque las centrales lo elevaron hasta el 60%, eso sí, sin contar con los elevadísimos servicios mínimos. Lo cierto es que no hubo colas ni retrasos en la atención a los pacientes.

En cuanto a la Educación, el mayor problema en Primaria fue la falta de transporte escolar, que impidió que llegaran algunos estudiantes. En Secundaria, fueron los alumnos los que faltaron mayoritariamente. Los piquetes dejaron casi desierta la Universidad de Alicante, mientras la incidencia fue mínima en la de Elche.

En el caso del comercio, la presencia de los sindicatos obligó a retrasar el horario de apertura de algunas grandes superficies pero, en términos generales, los establecimientos sólo bajaron las persianas mientras pasaban los piquetes. Desde Facpyme se señaló que la mayoría de los pequeños negocios pudo abrir sin problemas pero destacó la falta de clientes, ante la escasa afluencia de personal al centro.