La voz de alarma la están lanzando asociaciones y unidades hospitalarias. Los casos de adicción al alcohol están aumentando de manera alarmante en la provincia y en lo que llevamos de año se ha atendido a un 20% más de personas afectadas respecto a 2009. Los profesionales que se encargan de abordar estas situaciones tienen claro que la crisis está influyendo de manera determinante en para que esta tendencia siga al alza.

"Lo más llamativo es el cambio de perfil que se ha producido", explica Bartolomé Pérez, psiquiatra de la Unidad de Alcohología del Hospital de Sant Joan. Si hasta hace unos años, las personas que viven en ambientes marginales "suponían el 50% de nuestros pacientes, ahora estamos viendo, sobre todo, a gente de clase media-alta que se ha pegado el batacazo con la crisis". Constructores, empresarios... los nuevos adictos al alcohol son gente "muy relacionada con los problemas económicos actuales" en una situación "que recuerda mucho a la crisis que vivimos a principios de los años 90". En este sentido, añade Bartolomé Pérez, "en la consulta atendemos a diario a gente que ha pasado de vivir por todo lo alto a cobrar 400 euros de subsidio o que directamente han perdido todo su dinero". En lo que llevamos de año, en esta unidad se han atendido a 251 nuevas personas por adicción al alcohol. A lo largo de todo el año pasado fueron 259. "Calculamos que cerraremos 2010 con unos 300 nuevos casos atendidos".

Lo peor, por llegar

Desde otras asociaciones de atención a alcohólicos que trabajan en la provincia también alertan del aumento en el número de casos que empezó al producirse el año pasado, aunque advierten de que lo peor está por llegar. El alcohol es una adicción de largo recorrido, "la mayoría de personas que han comenzado a beber ahora por problemas económicos pedirán ayuda dentro de dos o tres años". En previsión de este aumento de casos, en asociaciones como Proyecto Hombre, donde el incremento de pacientes también ronda el 20%, han querido anticiparse al problema. Según explica la directora de esta organización, Ana Robles, "cada vez recibimos a un mayor número de personas en esta situación, por lo que a partir del próximo año crearemos un programa específico de atención para ellos".

La franja de edad de quienes acuden a Proyecto Hombre buscando ayuda por este problema "está entre los 26 y los 35 años y la mayoría vive con sus familias de origen". La mitad de los atendidos "está en paro" y destaca "el alto número de pacientes que se encuentra de baja por incapacidad temporal".

Respecto a los hábitos de consumo, la tendencia también ha variado. "Hay que romper con el tópico del bebedor que consume todos los días", señala Bartolomé Pérez. Ahora, es más frecuente "la persona que consume sólo una vez por semana pero ese día se dispara". En este sentido, muchos de los pacientes "vienen derivados de los servicios de Urgencias o de los centros de salud".

Sin embargo, el aumento de pacientes de mayor poder adquisitivo ha ido en paralelo con un descenso de los casos atendidos por adicción al alcohol en personas de clase baja. "Es una situación preocupante. Son personas que a lo mejor acuden a Urgencias cuando están muy mal, pero luego no van al médico a tratar su problema", afirma Bartolomé Pérez. En este sentido, el facultativo de la Unidad de Alcohología del Hospital de Sant Joan reclama para esta gente unas prestaciones sociales "que no se están dando". La asistencia en estos casos "no es suficiente" porque son personas "que están yendo con un carrito a la parroquia para que les den comida, no tienen casa y en muchos casos viven en su coche".

Las Unidades de Conductas Adictivas (UCA) de la ciudad de Alicante han registrado durante el primer semestre del año 123 admisiones a tratamiento a causa de la adicción al alcohol. En el mismo periodo del año anterior esta cifra fue de 111, según datos facilitados por la Conselleria de Sanidad.

Aumenta la incidencia entre los inmigrantes

El presidente de APAEX (Asociación de Protección y Ayuda a Ex Alcohólicos) de Elche, Juan Maciá, reconoce que en los últimos meses se ha detectado en la asociación un incremento de personas inmigrantes que reclaman información relacionada con los procesos de desintoxicación, sobre todo sudamericanos. "Suelen ser personas reacias a relacionarse con los demás y, por sus propias costumbres, suelen celebrar sus fiestas con mucho alcohol", explica Maciá, quien afirma que incluso han atendido a varios menores que habían sido multados por la Policía Local por ingerir bebidas alcohólicas en la calle. "Para algunos de ellos su rato de ocio consiste en consumir alcohol". Los expertos creen que en el caso de los inmigrantes la relación entre crisis económica y alcohol no tiene relación, y que en estos casos la integración en la sociedad española les lleva a advertir que en ocasiones la ingesta de alcohol se debe a un problema de adicción. "Es cierto que estamos atendiendo a personas que han iniciado el consumo a raíz de las consecuencias de la crisis económica. Es una situación que se está empezando a detectar ahora y que aflorará en el futuro. Es un problema que hace daño y que al final acaba consumiéndote", señala Juan Maciá.