Antes de afrontar el debate de los presupuestos de la Generalitat para 2011 y en medio de las investigaciones por corrupción que salpican al PP, Francisco Camps optó por hacer terapia de grupo con sus diputados en las Cortes para instruirles en la tesis oficial sobre los escándalos que implican a los principales dirigentes populares como Joaquín Ripoll, Carlos Fabra o el propio titular del Consell, imputado por un supuesto delito de cohecho impropio en Gürtel. A la espera de que puedan producirse más imputaciones a medida que avance la investigación del caso Brugal, en opinión de Camps, hay una cacería contra el PP que quedará "en nada" pero con la que, apuntaron fuentes populares tras la comida que el jefe del Consell compartió con sus diputados a puerta cerrada, se está tratando de empañar un mandato histórico.

Tras el pleno de las Cortes, en el que Camps v0lvió a mantener un duro enfrentamiento con el socialista Ángel Luna, los diputados del PP estaban citados en un hotel próximo al Palacio de Congresos de Valencia para que el titular de Economía, Gerardo Camps, les presentara con detalle los presupuestos y, a continuación, compartir mesa y mantel en, quizá, uno de los últimos encuentros antes de que la legislatura eche el telón. Alejado del tono vehemente de otras ocasiones y de forma más distendida -explicaron estas mismas fuentes-, el líder del PP se quejó ante sus parlamentarios de la persecución y la cacería que, entiende el jefe del Consell, están padeciendo cargos populares y miembros de su Gobierno. Frente a ese escenario de ataque contra el Partido Popular, el titular de la Generalitat situó la actual legislatura, marcada por los casos de supuesta corrupción y por la crisis económica, en un plano histórico, superior, incluso, vino a decir, a la anterior, en la que se aprobó la reforma del Estatuto. Camps, sentado junto a Rafael Blasco y en un discurso breve, elogió a su equipo de colaboradores e, incluso, avanzó nuevas incorporaciones. Pedro Hernández Mateo dejará la alcaldía de Torrevieja, como ya adelantó el pasado sábado el munícipe, para centrar su actividad en Valencia. "Estará de lunes a domingo. Así será", aseguró el jefe del Consell en una comida a la que no faltó, entre otros, el ex alcalde Luis Díaz Alperi, de nuevo en el ojo del huracán tras aparecer involucrado en la pieza incluida en el caso Brugal que investiga el supuesto amaño del plan general urbanístico de Alicante.

Precisamente, el antiguo primer edil fue la "estrella" de la reunión de grupo que el pasado miércoles mantuvieron los diputados del PP, antes de que se iniciara el pleno de esta semana. Tras la habitual intervención semanal de Rafael Blasco, Alperi cogió la palabra y sacó de su bolsillo unas hojas que varios diputados, apuntaron fuentes conocedores del encuentro, identificaron como una parte del sumario de la operación Brugal. Entre apostillas de Blasco para emplazar a Alperi a aclarar hacía dónde conducía su intervención, el ex primer edil fue leyendo trozos de conversaciones hasta que aludió a la que aparecía el padre de Leire Pajín, al que Ortiz cita como la persona a la que se habría dirigido para acelerar gestiones correspondientes al Gobierno de Madrid.

La sesión de control al Consell, por otra parte, volvió a estar marcada por el cuerpo a cuerpo entre Camps y Ángel Luna, que acusó a Rafael Blasco de "falsificar justificantes" de un proyecto de cooperación en Nicaragua. El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, por su parte, aprovechó el debate en el hemicilo para salir en defensa del conseller y síndic del PP y le expresó su "apoyo total y absoluto".