El Instituto Valenciano de la Vivienda (IVVSA) ampliará las inspecciones técnicas a todos los edificios de su propiedad en el barrio de José Antonio y reparará las deficiencias más urgentes. Así se comprometió ayer el gerente de este organismo dependiente de la Generalitat, Javier Sogorb, quien indicó que con todos los informes en la mano se decidirá si a medio plazo es necesaria una rehabilitación integral del barrio. "Por el momento, actuaremos en lo más urgente", puntualizó Sogorb.

Sobre el expediente sancionador que le abrió recientemente el Ayuntamiento de Alicante por el mal estado de tres bloques de viviendas del barrio, el gerente del IVVSA confirmó que la sanción se les había retirado porque ya han comenzado los trabajos para reparar las deficiencias en uno de ellos, donde la semana pasada se desplomó el techo de una vivienda, y se está ejecutando la inspección técnica de los otros dos edificios. Esas inspecciones serán las que se ampliarán al resto de los bloques del barrio para determinar su estado.

La intención del IVVSA es acometer en cada edificio las obras puntuales que los técnicos determinen urgentes para garantizar la seguridad de los inquilinos. Después, desde el Instituto de la Vivienda analizarán los informes para determinar si es necesario llevar a cabo una actuación integral en el barrio y, en ese caso, decidir si se opta por una rehabilitación completa de los bloques o por derribarlos y reconstruirlos, como indicaron fuentes de este organismo. La decisión dependerá de lo que revelen las inspecciones que se lleven a cabo en los inmuebles, pero a simple vista, parece necesaria una intervención global dado el deterioro y la antigüedad de muchos bloques.

El nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) -pendiente de la aprobación definitiva por parte de la Generalitat- da protección ambiental a este barrio de los años 50, pero en su última aprobación recoge la alegación que presentó el IVVSA para que permitiera el derribo o la rehabilitación de los pisos. De esta forma, el nuevo planeamiento reconoce el mal estado de las construcciones y, por tanto, permite que se sustituyan los edificios por otros siempre que se mantengan las mismas dimensiones, plantas y se les de un acabado similar al actual.

Los edificios construidos hace más de 50 años y alquilados por el IVVSA a familias con pocos recursos económicos muestran numerosas deficiencias, sobre todo derivadas de las humedades, goteras y grietas. Uno de los bloques más deteriorados es el de la calle Rubén Darío número 2. El Ayuntamiento obligó al IVVSA a reparar las importantes deficiencias detectadas por la inspección técnica a la que se sometió el inmueble con anterioridad, pero desde el organismo de pendiente del Consell no atendieron a las exigencias municipales, por lo que se le abrió un expediente sancionador de 13.000 euros que, finalmente, se le retiró al comprometerse a iniciar las obras de inmediato. Las actuaciones comenzaron después de que el techo de la cocina de una de las casas se viniera abajo por las humedades hace una semana. Los cascotes estuvieron a punto de lesionar a María Dolores Ruiz, que se estaba preparando el desayuno cuando se desplomó el techo.

Esta vecina confirma que los obreros ya han reforzado la estructura del techo y las paredes de la cocina y el baño, las más afectadas por las humedades. "Estoy más tranquila", señala esta vecina, quien temía que en cualquier momento la casa se le pudiera venir encima.