Que el modelo sanitario necesita un cambio para garantizar su viabilidad en el futuro es una conclusión que comparten los responsables sanitarios de la Comunidad Valenciana, Andalucía y el País Vasco, que ayer participaron en una mesa redonda organizada por el Hospital de San Juan en Alicante con motivo de su 20 aniversario. Ante las dificultades para obtener mayor financiación, los tres representantes sanitarios coincidieron en que la solución a los males del sistema de salud no pasa por la implantación del polémico copago, sino por una reforma del modelo encaminada a contener el gasto, rentabilizar los recursos con la ayuda de las nuevas tecnologías e incentivar la productividad de los trabajadores con sistemas eficaces que sirvan para medir y compensar los objetivos que hayan cumplido.

La clave pasa por "hacer más con lo mismo", como apuntó el consejero de Salud del Gobierno Vasco -presidido por el socialista Patxi López-, Rafael Bengoa. Este último indicó que "el chasis de la medicina es viejo y hay que introducir cambios en el modelo organizativo". Al respecto, señaló que, si bien la financiación "es importante", debe existir una concienciación de que en tiempos de dificultades económicas "no la va a haber". En cuanto al copago, considera que "se podría hacer algo más, pero el modelo asistencial seguiría siendo el mismo y lo que hace falta es cambiar otras cosas y hacer una reforma del modelo".

Bengoa incidió en la necesidad de "activar al paciente para que acepte su parte de responsabilidad y deje de ser un sujeto pasivo" que deja todo el peso de sus cuidados en manos del médico. Además de educar en este sentido a los pacientes, el consejero vasco apuesta por las políticas de prevención de enfermedades y por la prescripción de medicamentos genéricos. Según él, la prioridad de los gestores pasa por garantizar la sostenibiliad sanitaria y éstas son algunas de las 14 líneas que propone.

Por su parte, el secretario autonómico de la Conselleria de Sanidad, Luis Rosado (quien asistió a la jornada en sustitución del conseller Manuel Cervera), coincidió en la necesidad de frenar el gasto sanitario ante la insuficiencia de recursos económicos. En su opinión, la viabilidad del sistema de salud pasa por una colaboración de lo público y lo privado. Así, defendió la apuesta de su departamento por las privatizaciones y aseguró que hospitales como el de Torrevieja (público de gestión privada) "están dando muy buenos resultados". En esta línea concluyó que "ante la necesidad de hacer ajustes económicos, resulta indispensable establecer criterios de colaboración público-privada para la supervivencia de las dos partes". En su intervención, Rosado aprovechó para reclamar al Estado, una vez más, mayor financiación para la Comunidad debido, dijo, a que "en esta autonomía la población ha crecido más que la media".

La consejera del ramo en Andalucía, María Jesús Montero, aseguró que la sanidad "aunque se nos presenta como un sector de gasto, no lo es". En su opinión, "es un sector de inversión y sus beneficios son indudables para el desarrollo económico". No obstante, consideró necesario cuestionar el futuro del modelo. Al igual que los otros dos representantes sanitarios, Montero descartó el copago y defendió el uso de las nuevas tecnologías y de la receta electrónica como fórmulas de ahorro.

Descentralización

Para la consejera andaluza la descentralización del sistema sanitario, dejando la gestión en manos de las comunidades autónomas, ha dado resultados positivos porque se ha traducido "en una mayor capacidad de innovación por parte de las autonomías y un intercambio de ideas entre ellas". Además, "permite tomar decisiones más cercanas y establecer prioridades" y fomenta "la participación de los profesionales y los ciudadanos".

Entre los grandes caballos de batalla se encuentran, según Montero, el elevado gasto farmacéutico y la deuda que, en su opinión, es necesario ir saneando para lograr la sostenibilidad del sistema. Al respecto, aseguró que en Andalucía "podríamos alcanzar el equilibrio presupuestario en el año 2012".

Al final de sus intervenciones y a pregunta de una médico del público todos coincidieron en la necesidad de mejorar los mecanismos para medir e incentivar la productividad del personal, con un sistema efectivo que permita conocer si se han cumplido o no los objetivos. En definitiva, apostaron por buscar la implicación del personal sanitario para que su trabajo sea más productivo.