El PP tiene casi todo el poder de la Comunidad en sus manos. Pese a perder más de 100.000 votos autonómicos -un toque de atención del electorado popular por los casos de corrupción que azotan a los populares-, Francisco Camps tendrá una cómoda mayoría de 55 diputados en las Cortes -uno más que en 2007- gracias, en gran medida, a un desplome histórico de los socialistas que cosechan el peor resultado autonómico en tres décadas con derrotas en feudos como Elche.

La magnitud de la debacle socialista es de tal calibre que pierden cinco parlamentarios en las Cortes -dos en la provincia- con unos 175.000 mil votos menos y tendrán, salvo pactos de última hora, la menor cuota de poder municipal de toda su historia con apenas una treintena de Alcaldías en la provincia. Los socialistas valencianos se asoman al abismo con un nuevo periodo de convulsiones internas después de un resultado que les devuelve a una situación aún peor que cuando perdieron la Generalitat en 1995.

El símbolo del desplome socialista fue la ciudad de Elche, en la que la popular Mercedes Alonso arrebata, con mayoría absoluta, un gobierno que los socialistas controlaban desde las primeras elecciones democráticas. Pero también el alcance de la derrota en Alicante. Estrepitosa. La candidatura de Elena Martín perdió seis concejales y más de 23.000 votos para quedarse con ocho ediles, el peor resultado de su historia frente a los 18 de Sonia Castedo, récord histórico para el PP en Alicante.

El desastre es de tal calibre que al PSPV únicamente le queda una alcaldía en la comarca de l'Alacantí -Xixona- después de ceder en Sant Joan d'Alacant y Mutxamel. El PSPV tan sólo tendrá mayoría absoluta en uno de los municipios de la provincia de más de 20.000 habitantes -l'Alfàs del Pi- y es el más votado sólo en otras dos grandes localidades: Xàbia y Benidorm, donde el socialista Agustín Navarro venció por la mínima aunque el futuro del consistorio está en manos de Gema Amor. Hasta la secretaria provincial del PSPV, Ana Barceló, y la vicesecretaria, Maryléne Albentosa, salieron derrotadas en Sax y Guardamar, los dos municipios de los que hasta ahora eran alcaldesas.

Los populares de Alicante, por su parte y pese a perder quince mil votos autonómicos, aportaron a Francisco Camps el único escaño con el que apuntalan su control sobre las Cortes y logran la mayoría absoluta en trece de las principales localidades de la provincia arrebatando a los socialistas Elche, Novelda, Sant Joan d'Alacant o Mutxamel.

Además, son los más votados en otras ocho poblaciones de más de 20.000 habitantes aunque se arriesgan, merced a los pactos electorales, a dejar de gobernar en Alcoy, Orihuela y Villena, donde la oposición suma mayoría.

También deberán esperar a los pactos en Dénia. Los socialistas son los más votados en una cabecera de comarca -Benidorm- mientras que los populares tienen más respaldo en siete, tres de las cuales -Elche, Alicante y Elda- las dirigirán con mayoría absoluta. Pero los alcaldes no tiraron del voto de Camps. Por vez primera en mucho tiempo, el respaldo a las listas locales del PP y a las autonómicas quedó parejo.

De la debacle socialista se beneficiaron las dos fuerzas minoritarios, que avanzaron en los municipios y lograron reforzar su presencia en las Cortes. Compromís rompió todas las encuestas y logró el mejor resultado de su história para convertirse, por vez primera, en la tercera fuerza local y también en las Cortes con seis escaños.

EU, por su parte, también tendrá más presencia local -recupera dos concejales en la ciudad de Alicante- y cinco en el parlamento. El malestar ciudadano, finalmente, no se canalizó a través de la abstención -fue similar a la de 2007- pero casi se triplicaron los blancos y los nulos.