La posible falta de aparcamiento y la elevada circulación por la afluencia de personas son algunos de los inconvenientes planteados por los vecinos de Virgen del Remedio a la mezquita que la Comunidad Islámica pretende instalar en el barrio. Por ello, desde el Ayuntamiento de Alicante se comprometieron ayer con ellos a realizar un estudio sobre el impacto que tendrá en el tráfico el futuro centro social y religioso. Así lo aseguró ayer la edil de Coordinación de Proyectos, Sonia Alegría, tras reunirse con los representantes vecinales que han promovido la recogida de firmas en contra del proyecto.

Ante el conflicto surgido al respeto, el Ayuntamiento de Alicante se ofreció a mediar entre los vecinos que se oponen a la instalación de la que será la mayor mezquita de la ciudad -sustituirá a la del Raval Roig- y la Comunidad Islámica para buscar el consenso entre las partes. Ayer, Sonia Alegría, junto con la concejal de Participación Ciudadana, María Ángeles Goitia, y técnicos de estas dos concejalías y de Acción Social escucharon las preocupaciones de los vecinos. Según Alegría, las mismas "pasan por la posible aglomeración de personas en el edificio y por si se produjeran dificultades de tráfico o molestias en cuanto a la hora de apertura o cierre del centro".

Durante el encuentro, las responsables municipales comunicaron su intención de reunirse con la Comunidad Islámica para conocer de primera mano los usos y el volumen de personas que puede atraer el centro para el que han pedido licencia. Después, la intención municipal pasa por "propiciar una reunión a tres bandas para que ambas partes alcancen un acuerdo".

Una vez se hayan sentado a hablar con la Comunidad Islámica para conocer los datos del proyecto, las dos concejalas involucradas en este proceso de mediación tienen previsto solicitar al departamento de Tráfico un informe complementario a los que se realicen desde Urbanismo.

Por su parte, los vecinos se limitaron a explicar que estarán "a la espera de ver los informes y conocer el estudio de tráfico", según una portavoz.

Como se recordará, además de las 2.000 firmas de vecinos y comerciantes registradas ante el Ayuntamiento, varias comunidades de propietarios presentaron alegaciones en las que sostienen que el inmueble no está preparado para recibir a una importante afluencia de personas, que en la zona no hay suficiente aparcamiento y que produciría "un impacto económico, social y de convivencia negativo". Unas alegaciones que la Comunidad Islámica rechaza de plano al señalar que el edificio es idóneo y que se ajusta a las exigencias urbanísticas para la instalación del centro que, según incide, tendrá carácter sociocultural y no sólo religioso.